¿Cómo van a construir conocimientos los niños y jóvenes si yo los estoy presionando a pensar en español, pero ellos piensan y sueñan en maya?, cuestiona José Manuel Poot Cahun, profesor de Lengua y Cultura Maya de la Universidad Intercultural Maya (Uimqroo).
El académico considera que la ausencia de una educación fundamentada en torno a la cosmovisión maya ha generado poco interés de las nuevas generaciones en mantener la lengua, además de desconocimiento de su propia identidad y valor a la riqueza de la cultura y filosofía maya.
El docente de la Uimqroo, autodenominado Príncipe Maya en sus proyectos digitales que buscan difundir esta cultura, sostiene que las nuevas generaciones desconocen el valor de su propia lengua porque piensan que con su cosmovisión, no pueden tener un desarrollo social, cultural, educativo y político.
“Pero para ello tenemos que tener una educación pertinente de acuerdo con la construcción de sus conocimientos, porque ¿cómo van a construir conocimientos si yo lo estoy presionando a pensar en español, pero ellos piensan y sueñan en maya?, no van a generar conocimiento, teorías, no van a ser críticos, filósofos para que puedan entender la realidad o cuáles son las posibles estrategias que podríamos hacer para poder defender o preservar nuestra lengua”, dice.
Poot Cahun asume que, en esta lógica, las nuevas generaciones no pueden amar lo que no conocen, ni defender lo que no se ama y en tal sentido, “nunca van a defender su lengua, su epistemología, su ciencia, su arte, su medicina, arquitectura, danza y cantos”, porque desconocen su valor verdadero.
El docente universitario asegura que desde el nivel básico es indispensable generar conocimiento con niñas y niños, brindando una educación intercultural-bilingüe en donde sean críticos y defensores de su propia identidad.
El Príncipe Maya asegura que se ha perdido más de 60 por ciento de los valores de la cultura, todo porque la educación se los quita y lo coloca en otras formas de conocimiento que no son propios.
“Crece la nueva generación y dice eso no es lo mío. La cultura muere, la lengua muere, la medicina no sirve, la arquitectura no sirve”, y detrás de ello, acota, hay cosas valiosas que trascienden.
Con tristeza, cuenta cómo los jóvenes mayas ya no quieren practicar las costumbres milenarias de los tres elementos que constituyen la lengua, como la arquitectura, la filosofía, la medicina, las matemáticas o el arte.
Y en este orden, menciona que es necesario que se apliquen políticas públicas en la educación que permita a las nuevas generaciones apreciar todo su entorno cultural, y desde luego empoderar la lengua.
El académico acota que ello ya se establece en la legislación en la materia, tanto en la Constitución como en la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, que; sin embargo, no se respetan.
“En la reforma de 2001 dice claramente que los niños tienen derecho a una educación en su lengua materna, dependiendo cada región, pero no se respeta”, insiste y cita otra fracción que establece que se debe garantizar que los profesores hablen y escriban y además que conozcan la cultura indígena, pero tampoco es aplicado.
El próximo 20 de febrero convoca además al primer festival internacional maya familiar que se realizará en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna.
Edición: Laura Espejo
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