Nombre científico: Abudefduf saxatilis Hábitat: Arrecife Tamaño: De 15 a 23 centímetros Longevidad: De cinco a seis años Depredadores: Pargos, meros y el pez león
El Sargento Mayor de las Antillas (Abudefduf saxatilis) es una especie eminentemente arrecifal que vive sobretodo en crestas arrecifales poco profundas, una especie territorial y con colores muy llamativos que van cambiando conforme el organismo pasa de juvenil a adulto; su importancia radica en que regula las poblaciones de las algas, mencionó Adán Caballero Vázquez, investigador en la unidad de ciencias del agua del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) Cancún.
“Cumplen un papel en el balance ecosistémico, sobre el equilibrio del arrecife, pues controlan las poblaciones de microalgas y otros organismos, ya que se alimentan de microalgas y crustáceos, cumplen la función de ser controladores de estas especies. En el caso puntual de las microalgas, permiten su control, que de otra forma cuando se empiezan a perder las especies herbívoras la pelea por mantener los arrecifes vivos y que las algas los invadan se pierde”, externó el biólogo.
Foto: Gabriela Bruno
Estos peces tienen áreas de pastoreo; es decir, en el arrecife tienen zonas que permiten el cuidado y crecimiento de las microalgas para cultivarlas cuando llegan al estado maduro y literalmente están cultivando su alimento. Se les considera “campesinos submarinos” altamente especializados, porque tiene sus tierras cultivables o zona de cultivos de microalgas, lo que les permite tener mejor alimento.
Se distribuyen ampliamente en toda la costa quintanarroense, el Caribe y todo el Atlántico en general; son muy costeros, habitan de los 0 a los 15 metros de profundidad y los más adultos en las cimas de los corales. “En general son organismos comprimidos, como aplanaditos y altos, Abudefduf saxatilis en particular tiene su coloración más blanca azulada. La parte posterior del cuerpo es blanca y la parte inferior más azulada, azul clarito con cinco o seis franjas oscuras a ambos lados del cuerpo. Son más dorso comprimidos,, aplastados y altos”, de acuerdo con el entrevistado.
Foto: Rodrigo Canalli
Los individuos de esta especie conforman una familia numerosa y los patrones de coloración varían entre la misma especie dependiendo si son juveniles o adultos. Esta familia tiene alrededor de 15 o 16 especies y esta en particular es muy colorida; si bien comparte la forma del cuerpo con otras familias, esas otras son más grandes y esta no lo es tanto. Su tamaño es de 15 a 23 centímetros, viven de cinco a seis años y su peso varía dependiendo de su crecimiento, pero es bajo.
Para la reproducción, el macho es quien prepara el lugar para atraer a la hembra, una vez que ella considera que el lugar es adecuado va y pone sus huevos, que el macho fecunda y es él quien protege el nido para que los huevos eclosionen. En algunos casos hay un cuidado parental bastante fuerte. De acuerdo con el especialista, no hay estudios puntuales sobre esta especie, pero sí hay cierto interés sobre su estadía en el sistema arrecifal mesoamericano porque su presencia es señal de la salud del ecosistema y el control de las algas.
Foto: Simon M. Bell
“En mi caso particular generalmente hago muchos estudios sobre la ecología general de las especies y es básicamente determinar cómo está la composición de todas las especies de peces, entonces esta especie entra como parte del estudio, obviamente si encuentro varios en diferentes estadios significa que el ecosistema está más o menos conservado y si ya no encuentro la especie o determino que la población es un poco más baja de lo que se obtuvo en muestreos pasados, empezamos a entender que hay un deterioro importante del ecosistema en general”, explicó Caballero Vázquez.
Sus depredadores son otros peces carnívoros, como pargos, meros y el pez león y en algunos casos las enfermedades arrecifales. Es interesante la simbiosis que tiene con los peces león porque el sargento mayor de las Antillas es una especie territorial y el león llega a querer ocupar su espacio, lo ve como un agresor y sale a correrlo y en ese momento se convierte en una presa fácil del pez león. En algunas zonas del Caribe son parte del mercado alimenticio, por suerte no es una generalidad, pero las poblaciones no son las que solían ser.
Foto: Dan Schofield
“La supervivencia de esta especie está íntimamente ligada a la calidad del agua, por lo que tenemos que trabajar muchísimo para tener una buena calidad del agua y mantener los ecosistemas lo más sanos posibles y con ellos esta biodiversidad que es la que le da su valor al Caribe Mexicano”, manifestó el biólogo.
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