Carlos Águila Arreola
La Jornada Maya

Cancún, Q. Roo
28 de febrero, 2016

El estadunidense William McKitrick se convirtió en la primera víctima mortal tras ingerir alimentos en el hotel Oasis Palm Beach, en Cancún. Falleció el sábado en una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ubicada en esta ciudad. Su cuerpo no ha sido entregado por un adeudo de 200 mil pesos.

La Jornada dio cuenta el 12 de febrero que alrededor de 280 personas entre, trabajadores y turistas, enfermaron de salmonelosis y amebiasis en el hotel Grand Oasis Palm de Cancún, propiedad del empresario español Pedro Pueyo Toldrá, que se ubica en el kilómetro 4.5 del bulevar Kukulcán, en la Zona Hotelera.

La víctima, de 70 años, cayó en cama enfermo de gastroenteritis luego de consumir alimentos en el hotel referido, uno de los ocho que tiene la firma española en el municipio de Benito Juárez.

McKitrick laboró hace poco más de un año en Las Vegas, hasta que fue contratado por la empresa LyfeStyle Holiday Vacation Club –que opera el tiempo compartido del Grupo Oasis– para trabajar en Cancún.

La última vez que el hombre comió fue en el Oasis Palm y contrajo gastroenteritis infecciosa provocada por una bacteria que le afectó las paredes intestinales, del estómago al colon, perforándole el intestino, dañándole el corazón y detonándole una insuficiencia renal aguda, de acuerdo al reporte del hospital “Playa Med”, donde fue ingresado originalmente.

El martes fue trasladado de ese nosocomio al Hospital número 3 del IMSS, localizado en la avenida Cobá (centro de Cancún), porque la cuenta en la clínica privada había superado los 200 mil pesos, motivo por el cual el cuerpo no ha sido entregado.

Luego que la bacteria terminó por propagarse por sus órganos, McKitrick perdió la batalla, de acuerdo con algunos de sus compañeros de trabajo, quienes indicaron que el consulado de Estados Unidos se haría cargo del cuerpo.

Desde Chile, Luis Alfonso Loyola, quien también cayó enfermo con tres de sus sobrinos –que siguen bajo tratamiento en Santiago– durante sus recientes vacaciones en el Grand Oasis Palm, mantiene sus reclamos contra la cadena española y responsabilizan también a la agencia de viajes LAN, con la que contrataron su paquete vacacional, por desatenderse de lo ocurrido.

Loyola y su familia forman parte de un grupo de 75 chilenos que viajaron a Cancún el 5 de febrero pasado –en distintos vuelos y horarios– y se hospedaron en “el fatídico hotel” (sic), comieron allí y presentaron cuadros diarreicos, mareos y vómitos.

Los enfermos fueron atendidos por personal médico del hotel y del Seguro Social, o requirieron de hospitalización en el nosocomio privado Hospiten.

La infección colectiva se ocultó por tres días, hasta que un reporte anónimo reveló los hechos. Desde entonces, las autoridades sanitarias estatales y municipales hicieron caso omiso a la solicitud de entrevistas o información.

Hasta donde se sabe, al menos una decena más de personas siguen hospitalizadas con cuadros clínicos graves tras enfermar de salmonelosis y amebiasis desde el sábado 6 de febrero, al día siguiente de su llegada a Cancún.


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