Mujeres feministas convocaron a una velada sorora en el Palacio de Gobierno para recordar a todas las mujeres víctimas de feminicidio en Yucatán, en especial, por Teresa Cuéllar Vega, quien en semanas pasadas fue privada de la vida en su domicilio, frente a su hija de un año y tres meses.
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“Ya no queremos que se vean sólo como cifras”, piden justicia.
Una de las manifestantes, quien no reveló su identidad, por protección personal, levantó la voz pidiendo que se deje de hablar de Mérida como la ciudad blanca, tranquila y segura, “porque sólo esta semana encontraron dos desaparecidas”.
Sumó que, actualmente, tienen conocimiento de cinco niñas desaparecidas, menores de 15 años, “¿cuándo van a hacer algo?”.
“Son policías deberían velar por la seguridad de los ciudadanos, ¡Estamos hartas! ¡Estamos cansadas de que no hagan nada”.
Añadió que apenas hace dos días realizaron una manifestación de forma virtual por las que ya no están y fueron silenciadas, porque ya no quieren impunidad.
“Nos estamos manifestando por las que ya no están, la violencia en Mérida hacia las mujeres parece algo normalizado”.
Y, al unísono, comenzaron a gritar “Mérida no es blanca, es feminicida”; ante lo cual una de ellas agregó que la ciudad, no solamente no es blanca, sino que además se está pintando de rojo con los feminicidios de las mujeres.
Durante la velada también leyeron la postura Greta Corona Martínez, una sobreviviente, quien reconoce que incluso tiene tics nerviosos y problemas para hablar como consecuencia del riesgo que vivió y que cuando decidió decir lo que pasó, la violencia incrementó, pues incluso en la Fiscalía les revisan a ella y a su hijo “como si fuéramos los agresores y no las víctimas”.
Y, aunque ha presentado todas las pruebas que tiene, aún no le muestran ningún avance en la investigación que dicen estar llevando a cabo, sumando que las personas atendiendo el caso han sido groseras y sin perspectiva de género, agrega.
Hasta la fecha, señala, su agresor continúa libre y ella y su hijo están en riesgo y en las calles con miedo; “me arrepiento de haberme atrevido a denunciar, pido justicia pronta, vivir libre de violencia”.
También la madre de Fernanda, quien fue víctima de feminicidio el año pasado, pidió el megáfono para alzar la voz; Lizbeth Martín recuerda con mucho dolor el 20 de agosto de 2020, cuando su hija salió de casa “para no verla nunca más”.
Entre lágrimas reconoció que su hija fue víctima de alguien que le dijo amarla y ella nunca se imaginó lo que pasaría porque siempre le mostró una cara amable, aunque resultó ser todo lo contrario y que fue cuando su hija terminó la relación que el hombre la engañó para llevársela y asesinarla de un balazo en la cabeza.
A un año del doloroso suceso, afirma que está en la lucha y seguirá en ella porque no quiere que ninguna otra madre tenga que sufrir lo que ella ha sufrido hasta ahora.
Fue a las puertas del Palacio de Gobierno donde expresaron todo su dolor y gritaron pidiendo justicia, colocando velas, carteles y fotografías de las mujeres que llevan en el corazón y para quienes anhelan que la justicia tome su lugar.
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Edición: Estefanía Cardeña