"Nací envuelto en un periódico": Don Romeo Frías Bobadilla

Luis A. Boffil Gómez
La Jornada Maya

Progreso, Yucatán
Lunes 4 de junio, 2018

"Nací envuelto en un periódico”, afirma, con su peculiar sentido humor, Don William Romeo Frías Bobadilla, el decano del periodismo en Yucatán y el más longevo, todavía activo, de México. A sus 98 años de edad, el también cronista vitalicio de Progreso, el municipio porteño más importante del Estado, es una persona extraordinariamente lúcida y un platicador incansable. Por sus ojos han pasado miles de sucesos y su pluma los ha descrito oportunamente.

Desde pequeño ya tenía la vena periodística. Nació un 2 de noviembre de 1920 y a los pocos años se dio cuenta de que su padre, Sixto Frías Bobadilla, “escribía de todo”. Y en 1932, como buen jovenzuelo inquieto, tomó la pluma y la libreta para no soltarlas jamás. Comenzó reporteando eventos deportivos como box, béisbol, fútbol, los más populares en aquella época en Progreso.

Pero tampoco ocupó todo su tiempo en la crónica y el periodismo. En la década de los 40’s, viajó a la escuela de aviación “5 de Mayo” en el estado de Puebla. En 1943, a los 23 años de edad, ya era piloto aviador con licencia comercial. Y vaya que le entró duro a la “piloteada”.

Recuerda que en algún momento de su vida como piloto se encontró con Pedro Infante, en el aeropuerto de Mérida, donde charlaron en varias ocasiones. “Siempre le dijo a Pedrito que los aviones que piloteaba –de la empresa TAMSA- eran malos, no eran seguros; y ya sabemos qué le sucedió al ídolo de México”, detalla con precisión.

Pero, aparte de sus cualidades como piloto aviador, Don Romeo siempre estuvo al frente de su máquina de escribir y en casi todos los periódicos de Yucatán. Estuvo 34 años en el Diario de Yucatán; 22 años en el Novedades de Yucatán; 2 en el Diario del Sureste (ya desaparecido) y en los últimos 27 años, en el Por Esto!

Evoca cómo su padre, Don Sixto, le conminaba a escribir de los que sea. Dice que su padre comenzó a escribir desde principios del siglo XX. Detalla un episodio que también lo marcó en su vida. Corría el año de 1924, y ya habían fusilado las huestes conservadoras al todavía gobernador en turno de Yucatán, Felipe Carrillo Puerto –el primero de extracción socialista en América Latina- junto con varios de sus hermanos.

Pero enfrente de su casa, en el puerto de Progreso, se organizó una multitud para protestar por la detención de cuatro seguidores de Carrillo Puerto por elementos del Ejército. “Eran cuatro muchachos, de los seguidores del Gobernador asesinado; fueron capturados en Progreso y los llevaban al cementerio municipal para ahorcarlos. Sí hubo protestas pero nadie más intervino. Eran más de 200 personas contra unos cuantos soldados. Si se hubieran decidido los hubieran liberado. Pero nadie más quiso hacer algo. Son las injusticias de la vida”, señala.

“Por eso, desde los 4 años de edad, supe de las injusticias de la vida y de las políticas nefastas de los gobiernos autoritarios como en aquella época”, sostiene el veterano periodista.

También narra sobre algunos gobernadores que él conoció personalmente y que empezaron de cuna humilde pero, al paso del tiempo, se convirtieron en hombres ricos que, prácticamente, saquearon el erario. Al menos, dos de los mandatarios “rapaces”, fueron José Novelo Torres, quien era un simple telegrafista que trabajaba en Progreso. Se hizo político y de 1940 a 1944 salió del Estado siendo una persona riquísima, y el otro se llamó Bartolomé García Correa, quien en la década de los años 30, también salió con los bolsillos repletos a costa de un pueblo pobre y una minoría influyente y rica.

-Pues han pasado muchos años, Don Romeo, y también se han mantenido los saqueos de gobernadores en años recientes –se le mencionó al periodista y cronista.

-Sí, en efecto, hay casos como los de Veracruz (Javier Duarte) y Quintana Roo (Roberto Borge), pero ahora hay más estrategias y elementos para sancionarlos. En aquellos tiempos todos eran casi intocables –aclara.

Siempre en su faceta de periodista y cronista de Progreso, Frías Bobadilla cubrió personalmente “y a riesgo de mi vida” los huracanes “Inés” (1966), “Gilberto” (1988) y hasta “Isidoro” (2002), este último cuando tenía alrededor de 82 años de edad. A lo largo de su prolífica carrera, Romeo Frías Bobadilla ha recibido distintos galardones como la Medalla Yucatán –yucatecos destacados- (1996), la distinción de Cronista Vitalicio (2004), de Periodista más antiguo de toda la República –que otorga el Senado de la República- (2006), Medalla Oswaldo Baqueiro (2009) y la Juan Miguel de Castro (fundador de Progreso) en 2010

También ha escrito una veintena de libros, entre monografías, crónicas y personajes pintorescos, el último de ellos titulado “En el cráter porteño”. Parte de esos episodios periodísticos han sido publicados en los diarios más conocidos de Yucatán a lo largo de décadas y décadas de recopilar historias. Casi 85 años de estar en la brega periodística.

Y da recomendaciones a las nuevas generaciones de periodistas y cronistas. “Cubrir de todo, todos los eventos, desde sucesos policiacos hasta pasarelas de moda. Todo ayuda a la formación periodística. Investigar y no escribir por escribir; verificar los datos y redactarlos lo mejor posible”. Don Romeo, a pesar de su edad y algunos “achaques”, se mantiene bastante sano. Dice que se alimenta adecuadamente, come de todo pero moderado.

Pero la fórmula es simple: trata de ser feliz en lo que uno hace. “Y por eso he sido feliz, tengo familia, hijos y ganas de seguir escribiendo. Yo siempre digo que nací envuelto en periódicos y me voy a morir haciendo lo que sé hacer: escribir”, finaliza.

Don Romeo Frías Bobadilla, sin duda, todo un personaje vigente en dos siglos.