Paul Antoine Matos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Miércoles 18 de abril, 2018

En Dzilam de Bravo hay gente buena y mala. Llegan de distintas partes del país para la captura del pepino de mar, pero se quedan durante las temporadas de pulpo, caracol y mero.

Los hay malos, dice Carlos Eneldo Peraza Castillo, director de la Policía Municipal, “pura gente maleante”, expresa, “indecentes que trajeron consigo la droga y la prostitución”.

A tres kilómetros, entrando por tierra, en la carretera del otro Dzilam, un retén policíaco nos detiene. Está a la entrada del nuevo parque eólico que abarca un terreno de 17 kilómetros en el que se colocan 28 aerogeneradores. El oficial nos hace una señal con la mano para que paremos.

¿Qué tiene en la cajuela?, nos cuestiona. Le respondemos que somos prensa de [i]La Jornada Maya[/i]. Nos platica que el retén no es para cuidar los aerogeneradores que se construyen, sino para vigilar la costa, tras los incidentes de hace un par de meses y evitar el narcomenudeo en el municipio.

Luego, un guardia subcontratado por la empresa eólica menciona que para la construcción de los aerogeneradores hay gente de Holanda, Estados Unidos, Japón y otras partes del mundo. En Cancún aprendió inglés, razón por la cual la empresa Proser lo contrató para trabajar de vigilante. Apenas la tercera parte de los 400 trabajadores del proyecto son yucatecos, menciona.

[b]Fuera los fuereños[/b]

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El pueblo está en calma, no hay signos de que hace unas semanas se intentara linchar a los fuereños, gente que viene de otras entidades y municipios para las temporadas que se abren. A principios de agosto de 2017, una multitud de dzilameños expulsó a la gente de afuera que llegó para capturar pepino de mar.

Durante la temporada los permisionarios llegaban hasta con 50 lanchas para la captura del equinodermo. Eran alrededor de 500 personas provenientes de otros municipios y entidades del sureste mexicano, champotoneros, tabasqueños, veracruzanos, campechanos, celestunenses.

La presencia de más pescadores de fuera provoca descontento entre los locales, debido a que el negocio que significa la captura del pepino de mar sale del municipio. “Si los yucatecos nos peleamos nos aventamos dos golpes, ellos son de cuchillos y pistolas”, expresa el director de la policía municipal.

Durante los conflictos de julio, el cuartel, frente a la plaza central fue invadido por los habitantes molestos. “La misma gente asqueada por la inseguridad nos desbarató, piensan que no actuábamos”, afirma. Luego, ocurrieron los tumultos para expulsar a los de fuera. Justicia por propia mano.

La gente se organizó a través de las redes sociales. Un grupo de 300 dzilameños armaron el plantón y las manifestaciones para sacar del municipio a la gente que llegó de otros lugares.

María del Rosario Tun Echeverría expresa que la intención de expulsar a la gente era porque provocaban extorsiones, robos de equipo de cómputo en las escuelas, fumaban marihuana en las calles, a las mujeres menores de edad se les faltaba al respeto y robaban lanchas y motores. Entre ellos, menciona, había sicarios, drogadictos, extorsionadores y gente armada. Depredan el pepino de mar y otras especies como el pulpo y el caracol, lo que reduce las ganancias de los locales, añade.

Entre mayo y julio de 2017, la policía municipal detuvo 26 personas por portación de drogas. Junio, con 15 casos, fue el mes más alto en todo el año. Uno cada dos días.

Ese mes también se registraron seis detenidos por robo.

Hasta septiembre se detuvieron a 73 personas por portación de drogas. A 24 por robo y a 108 por encontrarse en estado de ebriedad.

Tantos delitos en Dzilam de Bravo provocaron que la gente se sublevara, dice el director de la policía municipal. “Ya no aguantaban más”.

En cuatro ocasiones, los dzilameños intentaron hablar con el presidente municipal, pero éste “les daba un capotazo”, recuerda. Fue cuando las 300 personas se reunieron en una turba para expulsar a los de fuera.

Las personas se dirigieron hacia la casas de un grupo de presuntos narcomenudistas con base en Cancún y Sinaloa, apodados los pelones, conformado por ocho personas. Fue Peraza Castillo quien se encargó de mediar con los supuestos delincuentes; solo, ingresó al lugar mientras afuera, el remolino de personas furibundas querían linchar a los pelones.

Huyeron por la Ciénega, mientras los policías los perseguían para detenerlos y encerrarlos en las celdas, de lo contrario habrían sido linchados, afirma Peraza Castillo.

Unos días después de la expulsión de los pelones, una gasolinera de Dzilam Bravo fue asaltada.

El 20 de julio, horas después de que se desplegaran 150 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en la zona, ocurrió el asalto de 70 mil pesos, donde los despachadores fueron encañonados con pistolas y amagados. Los pobladores creen que se trató de una venganza por parte del grupo delictivo expulsado.

[b]Madrazos contra el crimen[/b]

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En Yucatán el crimen organizado ingresa por su costa. El reporte de la Policía Municipal de Dzilam de Bravo hasta septiembre de 2017 indica que se detuvieron a 69 personas por “portación de drogas”, en un municipio de tres mil habitantes.

Peraza Castillo señala que han detenido a vendedores con hasta 150 grapas de piedra y 160 dosis de cocaína, aproximadamente 15 mil pesos. También hay acuchillados, baleados, robos e intentos de violación, menciona.

En Dzilam, la policía municipal cuenta con 14 elementos y está coordinada con la SSP y las autoridades federales como la Policía Federal, la Marina y el Ejército. La Capitanía de Puertos se encarga de los asuntos del mar y el Ayuntamiento de la tierra.

La presencia de criminales y narcomenudistas atemoriza a los habitantes de Dzilam de Bravo. Al Lobo, un distribuidor de droga que le ofrecía una mordida de dos mil a tres mil pesos mensuales por meter narcóticos y prostitución al municipio, la SSP lo detuvo tras las denuncias ciudadanas, pero fue liberado por el Ministerio Público debido a la falta de pruebas.

El director de la policía municipal advierte la impotencia que tiene la corporación con respecto a las detenciones de los delincuentes y su posterior liberación. Incluso, revela que hace unos meses, en un curso sobre actuación policiaca, cuestionaron a los fiscales federales que lo impartían sobre qué pueden hacer ellos a nivel municipal para evitar los delitos. La respuesta fue: “la única forma de que se detengan a los maleantes es que les rompan la madre”. Lo dijo un fiscal federal, promoviendo la violencia extrajudicial y la tortura policiaca.

[b]Amenazas[/b]

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Dice que ha sido amenazado. “El Lobo, en una cantina de Dzilam González, sacó un revólver de seis tiros y dijo así: dos balas para Malucho, dos para Beto y dos para el director”, eso me contaron.

“Me han amenazado a muerte como 10 veces. No tengo temor porque ya soy grande y desde niño lo primero que me regalaron fue una escopetita, pero por otro lado tengo temor porque saliendo de esta administración me salgo de aquí, ellos son jóvenes y seguirán esta carrera de policía”.

En 2014, Santiago Cupul y Juan Cupul, alias Lobo, de 34 y 32 años en aquel entonces, fueron detenidos en la comisaría de Chicxulub Puerto con varias bolsas de pepino de mar. Ambos afirmaron a las autoridades ser de Dzilam.

Un funcionario del Ayuntamiento solicita el anonimato, es cercano al presidente municipal pero teme que algo le pase si su nombre sale a la luz. Revela que hay policías estatales coludidos con los criminales. “Con esos no se juega”.

Narra que el comandante de una patrulla se queda dentro del vehículo mientras los compañeros de la SSP buscan el dinero con los vendedores. También acusa que en el retén hacia Dzilam los policías estatales quitan todo a los campesinos. “Es una corrupción terrible, a mí me da asco”, manifiesta.

[b]Los permisionarios[/b]

El próximo primero de julio, Daniel Armando Herrera Rivera será electo alcalde de Dzilam por dos razones: es del PRI y es permisionario de pepino de mar. No necesita más.

“Es un pueblo dividido entre la gente pudiente y los demás”, declara Peraza Castillo, “Por un lado los permisionarios que traen a los bandidos son la gente pudiente, la que gana dinero por carretadas. A ellos no les interesa nada. Ya son millonarios, no los asusta un millón, dos, cinco millones de pesos. No les interesa el puerto, les interesa el dinero”, manifiesta.

Peraza Castillo también es el cuarto regidor, del PAN, afirma que el negocio de la pesca se politizó con la influencia de los permisionarios, quienes se han hecho millonarios.

El Comité Náutico, formado principalmente por los permisionarios, compran y venden el producto del mar, deciden el precio a su antojo, afirma. En asuntos políticos, manejan las campañas para tener influencia sobre el presidente en turno, dice.

De acuerdo con el director de la policía local, los permisionarios son “quienes ponen a los alcaldes”. Incluso, asegura, que ya se negoció quién será el próximo presidente municipal.

“Ya sabemos quién va a ser el siguiente alcalde de entre ellos”, declaró desde septiembre.

Daniel Armando Herrera Rivera, directivo de la congeladora Hulkín, es el candidato del PRI a la presidencia municipal de Dzilam. De sus 26 embarcaciones, 15 que saldrán a la captura del equinodermo recibieron permisos para pesca comercial de pepino de mar en los últimos cinco años. En estos 15 días ganará más de dos millones de pesos.

En mayo pasado, la PGR decomisó 5.5 toneladas de pepino de mar, pero Armando Herrera declaró a la revista Vice México que fueron más de siete toneladas, valuadas en 9.8 millones de pesos.

Al respecto, declara en entrevista que “fue un robo que quisieron hacer, porque pensaron que no teníamos papeles. Llegaron a cargar todo de madrugada, pero el producto sí tenía papeles”.

[b]Sacamos a los fuereños[/b]

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Doña Charo dice comprender las necesidades económicas de las personas que acuden a la costa para las temporadas de captura. Pero pide que sólo pesquen y se vayan, para evitar más delitos en la comunidad.

José Manuel, un pescador, expresa que “los sacamos porque no los queremos, son sarna”. Considera que la situación de Dzilam es provocada por las autoridades, no el pueblo, pero ellas los están involucrando. Afirma que las autoridades estatales abusan de ellos.

Don Manuel, también pescador, señala que no le pareció buena la manera en que trataron a los de fuera, porque fue muy agresiva. “El pueblo toma decisiones correctas e incorrectas”, manifiesta.

Aunque reconoce que al principio sí afectaba la droga, porque Dzilam era uno de los lugares más tranquilos. El desajuste mental, dice, ocurrió hace como 10 años, con el pepino de mar, porque previo a eso se pescaban otras especies.

Ahora ve al futuro “de la fregada”, con el mar deteriorado por la sobrexplotación.

Conoce más información, aquí:

Parte 1: [a=https://www.lajornadamaya.mx/2018-04-17/Captura-del-pepino-de-mar--ligada-a-crimen-y-cacicazgo]https://www.lajornadamaya.mx/2018-04-17/Captura-del-pepino-de-mar--ligada-a-crimen-y-cacicazgo[/a]
Parte 2: [a=https://www.lajornadamaya.mx/2018-04-18/Todo-el-que-quiere-ganar-se-vuelve-un-depredador-del-pepino-de-mar]https://www.lajornadamaya.mx/2018-04-18/Todo-el-que-quiere-ganar-se-vuelve-un-depredador-del-pepino-de-mar[/a]


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