Abraham Bote
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Lunes 27 de mayo, 2019

En Yucatán, en promedio, seis personas mueren al día por causas relacionadas con el tabaquismo, lo que representa, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat) del 2016, apuntó Carlos González Álvarez, representante de la asociación Comunicación, Diálogo y Conciencia (Códice).

Por su parte, la Encuesta Estatal de Adicciones del 2014, la más reciente que arroja datos sobre este tema en Yucatán, refiere qe 17.6 por ciento de yucatecos son fumadores.

Ver a alguien fumando libremente en una plaza comercial mientras recorre los aparadores es imposible, sin embargo, hace un par de años era una práctica común. Este cambio de hábitos ha sido posible gracias a la Ley General de Control de Tabaco, y aunque se van ganando espacios libres de humo, aún queda mucho trabajo por hacer.

Actualmente, según la Secretaría de Salud del estado de Yucatán (SSY), existen alrededor de 320 espacios libres de humo en Mérida, entre dependencias y oficinas de gobierno, escuelas públicas y demás áreas que optan por ser parte de este programa. En 2018, fueron certificados 10 edificios libres de humo de tabaco y este año dos están pendientes por finalizar su proceso de certificación.

Shany Cámara Canto, responsable del programa Edificio libre de humo de tabaco de la Dirección de Salud Mental de la (SSY) y Arsenio Rosado Franco, subdirector de Salud Mental de la dependencia, hablan sobre la importancia de este proyecto, las consecuencias de la adicción y alternativas factibles para combatirla.

Cámara Canto informa que los lugares llevan un proceso de certificación, además de que se les imparten pláticas de concientización, con base a la Ley General de Control de Tabaco que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 30 de mayo de 2008 para que puedan ser espacios libres de humo.

Muchas veces se fuma más en casa por influencia de los padres, y ahí es más complicado incidir, comenta. Por eso buscan que espacios públicos, parques o escuelas sean lugares libres de tabaco y se restrinja su consumo.

La responsable del programa Edificio libre de humo de tabaco reconoce que cada día hay más conciencia de las escuelas y dependencias, por lo que exhorta a que más se sumen a la iniciativa e incrementar el número de espacios libres de tabaco.

[b]Consecuencias[/b]

El doctor Rosado Franco explica que el consumo de tabaco tiene consecuencias inmediatas y otras a largo plazo. Entre las primeras se encuentran el mal aliento, la alteración en el color de la dentadura, caries, afectación en la condición física, complicaciones al hablar e infecciones en las vías respiratorias; a largo plazo, el hábito de fumar tabaco está asociado a más de 30 tipos de cáncer, como el de pulmón, de lengua, d boca, así como a la bronquitis crónica, cardiopatías, amputaciones de piernas, entre otras, aunque recalcó que la expectativa de vida de los fumadores puede reducirse hasta en 10 años en comparación con la población general.

Respecto a la promoción y prevención de esta adicción, Rosado Franco señaló que la subdirección de Salud Mental cuentan con los Centros de Atención Primaria de Adicciones (Capas), donde la gente puede ir por orientación o atención y recibe ayuda de médicos y sicólogos. En Mérida hay tres centros de este tipo, y en el interior del estado hay otros tres.

[b]Práctica que no acaba[/b]

A pesar que la misma ley establece que los establecimiento comerciales no deben vender cigarrillos sueltos, reconoce que es una práctica que aún prevalece en las tienditas y expendios de cerveza, por lo que es difícil de erradicar pues no se tienen los inspectores suficientes para verificar este problema; por otro lado, reconoce que hay “usos y costumbres” de la misma gente que lo promueve porque les deja mayores ganancias. Para acabar con estas prácticas, exhorta a que la gente denuncie si nota esta actividad en los negocios.

Antes era normal ver publicidad de cigarrillos en la televisión, espectáculos deportivos y otros eventos, además de los enormes anuncios bordeando carreteras. La restricción sí ha ayudado, no obstante, admite la sicóloga Shany Cámara que la industria tabacalera trata de “entrar” a la mente del consumidor aprovechando los huecos que la ley les permite. De esta forma, las empresas tabacaleras ofrecen cajetillas más llamativas, cigarros con sabores distintos para llamar la atención de una población específica, o usan la palabra “light” para indicar que sus productos son más suaves.

También reconoce que ahora los mensajes de las consecuencias a la salud que aparecen en las cajetillas son más directos. Anteriormente sólo decía "puede causar cáncer" y ahora las leyendas dicen "este producto te mata".

[b]Verificación a establecimientos[/b]

La dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios de los Servicios de Salud de Yucatán informa que, tan sólo el año pasado realizaron 240 visitas de verificación para corroborar que se respeten las áreas de no fumar, y entonces se suspendió un establecimiento, sancionándolo con 30 UMAs, lo que corresponde a más de 24 mil pesos.

Por su parte, en lo que va del 2019, dijo que se han realizado 32 visitas de verificación, donde detectaron dos establecimientos que no cumplieron con lo que establece la normatividad, por lo que se suspendieron sus áreas de fumar, pero todavía queda por finalizar su procedimiento administrativo; por lo tanto no se les ha interpuesto alguna sanción, todavía.

Precisó que la dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios realiza control de los establecimientos que cuentan con áreas de fumar, así como aquellos que vendan productos de tabaco, con la finalidad de que cumplan con la normatividad de la Ley General para el Control de Tabaco y su Reglamento.

La dependencia realiza visitas de verificación a establecimientos con mayor probabilidad de exposición y riesgo, como restaurantes, bares, cantinas, centros nocturnos y discotecas, así como tendejones, tiendas de autoservicio, entre otros.

La vigilancia que realiza la Dirección es sobre establecimientos fijos y semifijos, quedando la supervisión y vigilancia del ambulantaje a los municipios, tal como establece la Ley de Gobierno de los Municipios y sus respectivos Reglamentos municipales de mercado.

[b]Espacios 100 por ciento libre de humo[/b]

Comunicación, Diálogo y Conciencia (Códice) es un agrupación que pugna porque en todo el país haya espacios públicos 100 por ciento libres del humo de cigarro, ya que el tabaquismo no sólo tiene consecuencias para los fumadores activos, también para los pasivos, indicó Carlos González Álvarez, representante en Yucatán de dicha asociación.

El activista indicó que para lograr el objetivo mandó una iniciativa al Congreso para reformar la Ley Estatal de Adicciones, la cual se encuentra en análisis en la Comisión de Salud del Congreso del Estado. La información más reciente, anunció, es que realizarán un foro para que se puedan expresar las distintas opiniones al respecto, aunque no tiene fecha exacta.

Algunas de estas adecuaciones que exigen son las de eliminar la palabra "abuso" del título de la Ley, ya que según expuso, no existe el abuso del tabaco. "No hay una dosis segura para fumar, el simple hecho de consumir un cigarrillo puede causar alteraciones en las células que años después se reflejará como un tumor", indicó.

Aunado a esto, buscan que haya más espacios 100 por ciento libres de humo de tabaco en la entidad, básicamente que no se pueda fumar en ningún edificio público o en establecimientos cerrados, como restaurantes.

La propuesta es que, si los negocios van a tener espacios para fumar, deben cumplir con lo que marca la ley, pero subrayó que mantener estas áreas para fumadores resulta caro. “Los empresarios tiene que cumplir con ciertos requisitos, como contar con extractores de aire, entre otras disposiciones”.

[b]Requisitos para un espacio libre de humo y áreas de fumar [/b]

De acuerdo con la Secretaría Estatal de Salud, por norma, un espacio 100 por ciento libre de humo de tabaco es un área física cerrada con acceso al público, o todo lugar de trabajo interior o de transporte público en los que por razones de orden público e interés social, queda prohibido fumar, consumir o tener encendido cualquier producto de tabaco.

Los establecimientos que presten servicios de cualquier índole para que cumpla con las disposiciones de la Ley General para el Control del Tabaco y su Reglamento deben cumplir con tres elementos.

En primer lugar, no deben permitir que se fume dentro de las áreas donde brinden sus servicios, elaboren sus productos o sean tránsito obligado para usuarios y/o trabajadores. También deben colocar un cenicero de pie a la entrada del establecimiento, donde habrán de colocar un letrero con la leyenda [i]Apaga tu cigarro o cualquier producto de tabaco antes de entrar[/i], con el propósito de prevenir que el humo de tabaco entre al establecimiento. Finalmente, deberán poner una señalización indicando que el establecimiento es un espacio libre de humo de tabaco, con la advertencia de las consecuencias para quien no lo respete.

Si el establecimiento cuenta con un área para fumar, además, deben estar físicamente separados e incomunicados de piso a techo de los espacios libres de humo de tabaco; no pueden estar ubicadas en áreas de paso obligado para las personas, ni encontrarse en los accesos o salidas del inmueble.

Para el caso de los establecimientos que vendan productos del tabaco, deberán cumplir con seis normativas. En primer lugar, mantener un anuncio al interior del establecimiento con las leyendas sobre la prohibición de comercio, venta, distribución o suministro a menores de edad; exigir a la persona que se presente a adquirir productos de tabaco que acredite su mayoría de edad, sin la cual no podrá realizarse lo anterior; no vender, distribuir o suministrar cigarrillos por unidad o en empaques que contengan menos de catorce o más de veinticinco unidades, o tabaco picado en bolsas de menos de diez gramos; está prohibido colocar los cigarrillos en sitios que le permitan al consumidor tomarlos directamente; no podrán comerciar, vender, distribuir o exhibir cualquier producto del tabaco a través de distribuidores automáticos o máquinas expendedoras; y finalmente queda prohibido comerciar, vender o distribuir al consumidor final cualquier producto del tabaco por teléfono, correo, internet o cualquier otro medio de comunicación.

El incumplimiento de estas actividades, en cuanto a la venta de cigarros, puede ser sancionado de mil hasta 4 mil veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), lo que para Yucatán representa una suma de entre 84 mil pesos y hasta los 337 mil 960 pesos.

[b]Alternativas para dejar la adicción[/b]

Arsenio Rosado Franco, subdirector de Salud Mental, indica que la terapia es una buena opción, pero la persona tiene que estar convencida de que quiere dejar de fumar. Hay varios programas de sicoterapia y agrupaciones.

Agrega que existen medicamentos que bloquean los receptores de nicotina y ayudan a combatir la abstinencia. Cuando el sujeto decida dejar de fumar, no va tener la abstinencia o “cruda” del tabaco, si es bien llevado por su terapeuta no sufrirá este proceso.

Si el cuadro no es muy severo, la terapia puede ser suficiente para quitar esta adicción al tabaco, específica.

[b]Centro de Integración Juvenil[/b]

Carmen Zapata Martínez, sicóloga encargada de la Clínica para dejar de fumar del Centro de integración Juvenil (CIJ), indica que en su clínica cada viernes atienden a personas que quieren dejar de fumar, en su mayoría se trata de adultos y de la tercera edad. Para el tratamiento utilizan el modelo cognitivo conductual, que implica cambiar cierto sistema de creencias y pensamientos relacionados con la conducta de fumar y también se da apoyo farmacológico. Al año atienden en promedio a 50 personas.

Es raro, admite, encontrar a un joven de alrededor de 20 años que reconozca tener una adicción al tabaco.

El programa cuenta con 10 sesiones, y antes de iniciar los pacientes son valorados por personal de medicina, sicología y trabajo social, apuntó.

[b]Tratamientos no recomendados [/b]

Tanto el vaper como el cigarro electrónico no están reconocidos científica ni médicamente como un tratamiento para dejar de fumar, ya que se continúa con la acción de inhalar, exhalar y consumir, además de que este artefacto contiene nicotina, sustancia que promueve la adicción. “El uso de [i]vaper[/i] o cigarros electrónicos para dejar de fumar no está avalado por ninguna sociedad médica”, afirmó Shany Cámara Canto, responsable del programa Edificio libre de humo de tabaco de la dirección de Salud Mental de la SSY.

[b]Atractivo para los adolescentes[/b]

La gente suele empezar a fumar en la adolescencia, entre los 12 y 17 años, principalmente, como una manera de demostrar que dejaron de ser niños y ahora son adultos, todo esto aunado a la fácil accesibilidad que tienen a esta sustancia, detalla Carmen Zapata Martínez, sicóloga encargada de la Clínica para dejar de fumar del CIJ.

El joven está en búsqueda de la identidad, de la aceptación y pertenecer a un grupo social, entonces empiezan a fumar por imitación, para ser aceptados en un grupo, coincide Shany Cámara Canto.

Agrega que los adultos fuman principalmente por estrés, aunque también hay quien señala que lo hace para mantenerse alerta, para no dormirse.

Aunque suele darse por imitación y tratar de encajar en algún grupo, el doctor Arsenio enfatizó que muchas veces también se sigue el ejemplo de los padres en casa, quienes fuman y advierte que cuando una persona empieza a fumar a edad temprana tiene cuatro veces más probabilidad de ser un adicto severo.

[b]Mancha de sangre al toser[/b]

El último cigarro fue el 10 de febrero del 2013, recuerda Héctor H. Fue una promesa que le hizo a su esposa, la cual había postergado e interrumpido en varias ocasiones. Luego de un sinfín de intentos y pretextos, por fin lo logró, dejó de fumar, adicción que llevó por más de 15 años.

Ahora, cuando cree sentir esa necesidad, piensa en sus hijos y esposa. “No les gustaría verme enfermo, no otra vez”, relata.

Héctor empezó a fumar cuando recién entraba a la preparatoria. Sólo quería sentirse parte del grupo del salón, quienes para aparentar ser mayores o por copiar a sus ídolos rockeros, fumaban. “Qué estupidez”, reflexiona al hacer una retrospectiva. Aunque luego siguió porque según lo relajaba, le quitaba el estrés del trabajo o del día.

Dice que todavía puede ver la sangre en sus manos cuando tosió fuertemente esa mañana, y el pánico se apoderó de él; también recuerda la mirada de su esposa. Dice que de inmediato supo lo que tenía que hacer. Ahora sí ha dejar de fumar.

Actualmente Héctor lleva más de cinco años sin probar un cigarrillo, aunque al inicio fue complicado, pero gracias a su familia y la ayuda de un grupo de apoyo pudo superar esta adicción que ya le estaba causando severos estragos a su salud.


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