"Si volviera a nacer trabajaría en un hotel como este": mesero del Holiday Inn

Sandra Gayou Soto
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Lunes 18 de marzo, 2019

Luis Fernando Itzá Cohou es originario de Kimbilá, Yucatán, su familia se dedica a la hechura de guayaberas y al bordado y lo aprendió; sin embargo, “hubo un tiempo en que en el pueblo se cerró, nadie te compraba”, esto lo orilló a salir de su comunidad “para buscar nuevas oportunidades”.

Así llegó a Mérida y hace 26 años que trabaja en el hotel Holiday Inn, hoy ocupa el puesto de mesero y asegura que “si volviera a nacer trabajaría en un hotel así como este”. [i]La Jornada Maya[/i] platicó con Luis Fernando sobre su experiencia en estas más de dos décadas de laborar en el sector hotelero.

Inició trabajando en la limpieza de áreas públicas del hotel, estuvo ahí un año, “después me gustó pasar a la cocina”, ahí se desempeñó como lavaplatos “como en un año empecé a enfocarme en banquetes, me gustó ver el trabajo de los banqueteros”, formó parte de esa área durante ocho años, “es muy bonito”, recordó.

En esa etapa aprendió a “armar los salones en las conferencias dependiendo lo que se nos pida para hacer un banquete de 15 años, boda o bautizo; después tuve la oportunidad de pasarme a restaurante” gracias a la oportunidad que le dio la empresa, a través de uno de sus jefes,, quien le dijo: “yo creo que sí puedes y me pasó ahí, estuve cerca de 6 meses practicándolo; sí me gustó”.

“Aquí es como una escuela, mucha gente entra y siempre hay oportunidad de aprender muchas cosas, aquí no termina, cada día aprendes cosas nuevas”. Luis ya lleva 14 años siendo mesero, disfruta atender a la gente y complacerla, “servirles, darles una mejor atención cada día; hay clientes más especiales que quieren que se les apapache, que se les consienta, hay que venir bien preparado siempre”.

Recuerda con gusto haber conocido y convivido con una comensal desde hace 12 años, “por azares del destino le tocó la mesa donde yo atiendo y fue cuando entablaba unas pláticas con ella, “cada 6 meses regresaba, dejé de verla como 6 años, cuando regresó, acá a Mérida con su marido trajo a su bebito para conocerlos: 'mira Luis, mira lo que te traje', es muy bonito porque se entabla esa amistad con ellos”.

En cuanto a sus experiencias más difíciles, recuerda haber tenido un cliente que le pidió “frijol con puerco”, platillo tradicional yucateco; sin embargo, no se tiene en el menú pero se ofreció a solicitarlo al chef para el día siguiente “¿cuántos días va a estar?, mañana se va, le comenté al chef, quien me dijo: mañana en el comedor de empleados nos toca el frijol con puerco y se lo podemos preparar; El señor regresó con su esposa y fue una sorpresa para él, le gustó mucho”.

Sobre su experiencia a lo largo de estas más de dos décadas dice estar satisfecho: “es muy agradable la experiencia, creo que si yo volviera a buscar otro trabajo sería en una empresa como esta, este hotel es una gran escuela para mucha gente, yo soy de ellos (...) aquí es como una segunda casa, hay mucha comunión con la gente”.

Ha sido feliz trabajando en el hotel, “el día que me tenga que ir me voy a ir muy feliz; no tengo nada que reprochar, es muy bonito trabajar aquí”. Cuando tiene oportunidad regresa a Kimbilá a visitar a sus padres y hermanos; sin embargo, piensa que no volvería a vivir allá, “ya todo es diferente, ya tengo más tiempo aquí, ya no me hallo allá, no creo regresar”.