Graciela H. Ortiz
Foto: Reuters
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Viernes 3 de julio, 2020
“La intención legislativa es bastante clara, a final de cuentas cuando no está expreso por la persona que acaba de fallecer la voluntad de donar sus órganos, lo que se respetará será la decisión final de su familia”, aclaró el diputado priísta Luis Borjas Romero con relación a su iniciativa que refiere que una vez que una persona sufra muerte cerebral o parada cardíaca irreversible (insuficiencia del sistema circulatorio y respiratorio) y sea certificada su muerte, se podrán reanudar las maniobras de mantenimiento de flujo sanguíneo a los órganos para que el fallecido se convierta en un potencial donante.
El legislador explicó la intención de la iniciativa, ya que no quedaba muy claro qué pasaría con los órganos de un fallecido que no hubiese dejado plasmado, por escrito, su voluntad de ser donante.
“Ahora lo que estamos haciendo es invitar al personal médico para que conozca de esta posibilidad y que pueda accionar y tomar medidas inmediatas a fin de evitar que los órganos sufran un daño irreversible hasta que se consulte a sus familiares”, abundó.
La experiencia, la mejora en los medios de soporte vital para el donante, la conservación de órganos y el mejor manejo inmunológico ha hecho que los donantes en muerte encefálica sean perfectamente viables para el trasplante, con unos resultados similares a los de donantes vivos, refiere el documento.
La iniciativa que agrega un artículo a la Ley de Donación de Órganos, Tejidos y Células del estado de Yucatán fue aprobada, este martes, por unanimidad en la Comisión de Salud y Seguridad Social del Congreso del Estado.
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