La Jornada Maya
Foto: NASA
Mérida, Yucatán
Domingo 31 de mayo, 2020
El profesor Gareth Collins, del Imperial College de Londres, acaba de descubrir junto a un equipo internacional que el asteroide que eliminó al 75 por ciento de las especies, incluidos los dinosaurios, no sólo golpeó en el peor lugar del planeta sino que el ángulo de su trayectoria, con una inclinación de hasta 60 grados, lo hizo más letal.
En simulaciones realizadas en el Centro de Computación de Alto Rendimiento DiRAC del Consejo de Instalaciones de Ciencia y Tecnología (STFC), de la mencionada universidad, el profesor recreó el impacto del asteroide que se estrelló contra la tierra hace 66 millones de años, cuyos descubrimientos fueron publicados esta semana en la revista [i]Nature Communications[/i].
Según informó la BBC de Londres, las investigaciones en el sitio del cráter, junto con las simulaciones por computadora, sugieren que el golpe contra la corteza terrestre se dio con una inclinación de hasta 60 grados.
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Las rocas, hoy esparcidas en el Golfo de México, contenían enormes volúmenes de azufre; cuando este material se dispersó hacia la atmósfera y se mezcló con vapor de agua produjo una crisis ambiental intensa y prolongada.
Así fue el último día de los dinosaurios después del impacto del meteorito que acabó con ellos, “es evidente que la naturaleza del lugar donde ocurrió este evento, junto con el ángulo de impacto, creó una tormenta perfecta”, dijo el investigador a la BBC, por lo que la mayoría de la vida vegetal y animal en la Tierra sucumbió a las condiciones extremas.
El profesor Collins y sus colegas han estado estudiando la anatomía del cráter asociado con la caída de asteroides. Hoy, esa estructura de 200 km de ancho se ubica debajo de la península de Yucatán, con sus porciones centrales mejor conservadas a poca distancia del puerto de Chicxulub.
Para el profesor Collins, lo interesante es la asimetría que se creó en la estructura Chicxulub; en las simulaciones el asteroide llegó del noreste y golpeó la tierra en un ángulo de aproximadamente 60 grados, ya que si se ejecuta el modelo en diferentes ángulos de impacto, no se pueden igualar las observaciones.
La roca, que se cree tuvo unos 12 km de diámetro, perforó un agujero de manera instantánea en la corteza de unos 30 km de profundidad, con 200 km de ancho.
Los expertos perforaron el cráter para estudiar sus rocas y reconstruir el evento.
El próximo paso es llevar a cabo un estudio sísmico de alta resolución que proporcionará una vista 3D mejorada de la estructura.
Edición: Elsa Torres
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