Abraham Bote
Foto: Gobierno del Estado de Yucatán
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Miércoles 27 de mayo, 2020
En la Península de Yucatán existían un millón 814 mil personas en condición de pobreza y 299 mil en pobreza extrema, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) del 2018. Estas cifras podrían aumentar como resultado de la crisis ocasionada por la pandemia de COVID-19, pues dicho organismo estima que la cantidad de pobres incrementaría entre 6.1 y 10.7 millones de personas este año en todo el país.
El Coneval expone que la crisis sanitaria provocaría que la población que en 2018 no era pobre ni vulnerable tenga afectaciones que la conduzca a condiciones de pobreza o vulnerabilidad, pues también aumentaría el desempleo y la informalidad. Los más perjudicados serían las mujeres y las comunidades indígenas.
El organismo especifica que una persona está en situación de pobreza cuando tiene al menos una carencia social: rezago educativo, acceso a servicios de salud, a la seguridad social; calidad, espacios y servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación, e ingreso insuficiente para adquirir los bienes y servicios requeridos para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.
En cuanto a la pobreza extrema, ésta ocurre cuando una persona tiene tres o más carencias, de seis posibles; además, se encuentra por debajo de la línea de bienestar mínimo. Quienes están en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana.
En 2018, Yucatán registró 900 mil personas en situación de pobreza y 147 mil en pobreza extrema; Quintana Roo, 474 mil y 93 mil, y Campeche 405 mil y 93 mil, respectivamente.
En México, el número de personas en situación de pobreza pasó de 49.5 a 52.4 millones entre 2008 y 2018; sin embargo, el porcentaje pasó de 44.4 a 41.9 por ciento, lo que representa una disminución media anual de 0.24 puntos porcentuales.
No obstante, la contingencia sanitaria internacional, en México, “puede revertir los avances en desarrollo social de la última década y comprometer la capacidad de recuperación económica de los hogares”, advirtió el Coneval en su análisis “La política social en el contexto de la pandemia por el virus SARS-CoV-2 (COVID19) en México”.
El organismo señala que los más afectados serán los grupos de población más vulnerables y los residentes de las ciudades, por lo que plantea que se deben ampliar y fortalecer las medidas de respuesta a partir de los programas prioritarios, mejorar su capacidad operativa, asegurar que beneficien a la población en pobreza y vulnerabilidad y considerar medidas adicionales de atención a quienes pierden su fuente de ingresos.
[b]Mujeres, en mayor desventaja[/b]
El análisis precisa que las mujeres deberán afrontar esta pandemia con mayores desventajas. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que las mujeres representan 72.8 por ciento del total de personas ocupadas en los sistemas de salud de la región, cuyas condiciones de trabajo son precarias y se vuelven extremas con el aumento de horas laborales y el riesgo de contagio de COVID-19; además de los costos y esfuerzos de participar en mayor proporción en las tareas de cuidado en casa y del trabajo doméstico.
Los sectores que afrontan la pandemia con mayores desventajas son los trabajadores, tanto formales como informales; los desempleados, las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyME), los jornaleros agrícolas y los niños; estos últimos porque su aprendizaje resulta afectado por la falta de acceso a las nuevas tecnologías.
El documento añade que la pérdida de empleos traerá como consecuencia, además de la disminución de ingresos en los hogares, la pérdida de las prestaciones que el empleo formal brinda.
Edición: Enrique Álvarez
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