Juan Manuel Contreras
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Jueves 7 de mayo, 2020
Desde hace algunos días las calles de varias colonias de Mérida se han llenado de música gracias al mariachi Villahermosa, que busca amenizar el confinamiento a la gente de las colonias que transitan. “Para que se les olvide el mal momento”, señala Vicente Morales, su líder; pues al igual que en muchos sectores de Yucatán, para ellos la situación “está canija”.
Los cinco intérpretes del conjunto recorren las arterias de la capital yucateca ataviados con la vestimenta tradicional; sus instrumentos y los ya imprescindibles cubrebocas. También lo hacen cuidando su sana distancia y cargando a sus espaldas cartulinas que recomiendan a la población quedarse en casa.
El mariachi Villahermosa forma parte de las más de 300 agrupaciones de este giro que amenizan las fiestas en la entidad. A falta de apoyo gubernamental, el conjunto liderado por don Vicente tomó la iniciativa de volcarse a las calles a fin de procurar el sustento familiar, pues la contingencia sanitaria los ha dejado sin su única fuente de ingresos.
Además de generar unos pesos, la idea de musicalizar la pandemia surge de sus espíritus alegres. “Decidimos salir a las calles, llevar un poquito de alegría a los hogares y que al menos por un rato, se les olvide lo que está sucediendo en el mundo”, precisó.
Don Vicente celebra que sus melodías sean recibidas con júbilo por quienes presencian el espectáculo. Incluso, los espectadores a veces lloran al verlos caminando bajo el sol buscando el sustento de sus hogares. Ellos lloran también al ver las reacciones que provocan sus acordes.
“Nos llena de tristeza, porque más que nada el mariachi se relaciona con alegría, entonces nos afecta ver que la gente no puede hacer fiestas; salir a bailar”, mencionó don Vicente Morales, quien aprendió el oficio de mariachi de su señor padre, hace más de 20 años en la ciudad de Villahermosa, en Tabasco.
Comentó que no han tenido problemas con las autoridades, mas sí con algunas personas que se enojan al escucharlos y piensan que sus vecinos están de fiesta, por lo que marcan al 911. Cuando los agentes acuden al llamado, se percatan que los músicos cumplen con todas las medidas sanitarias y los dejan seguir su camino.
Edición: Elsa Torres
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