Juan Manuel Contreras
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Lunes 4 de mayo, 2020
La necesidad de la gente y el golpe a la economía de los yucatecos por la pandemia derivada del COVID-19 ya se hace evidente en las largas filas que se forman en las casas de empeño del centro de Mérida, sobre todo en el Nacional Monte de Piedad.
La debacle económica derivada de la parálisis comercial obliga a muchas personas a tomar medidas a fin de salir a flote, entre ellas figura el empeño de sus pertenencias, práctica que, según gente del ramo, se intensificará en el transcurso de la contingencia.
En el Monte de Piedad ubicado en la calle 69 por 50 del Centro Histórico se ha incrementado considerablemente la actividad en los últimos días. Sobre dicha arteria, a unos pasos del mercado de San Benito, se puede observar a numerosos pignorantes con sus artículos bajo el brazo.
Mientras aguardan su turno para entrar al establecimiento, elementos de la Policía Municipal se aseguran que no se formen tumultos y que las personas tomen la sana distancia que las autoridades sanitarias han recomendado en reiteradas ocasiones.
Haciendo la fila está la señora Marcela, quien, ante la falta de empleo, se vio en la necesidad de empeñar sus alhajas a fin procurar los alimentos para su familia de cinco personas.
Acorde al último censo de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), en Yucatán existen 450 casas de empeño, siendo el Monte de Piedad la más popular, pues según sus clientes, es ahí en donde se ofrece más dinero por los artículos.
Los negocios del mismo giro que circundan el Monte de Piedad son menos concurridos, ya que los intereses generados por los préstamos son mayores, algunos incluso superan el 10 por ciento mensual.
Estos establecimientos, evidentemente más pequeños, emplean a los llamados “coyotes”, quienes reciben una comisión por persuadir a la gente de empeñar en ciertos lugares. Aprovechándose de la ignorancia de algunas personas, ellos están haciendo “su agosto” a costa de la necesidad.
Herramientas de trabajo, televisiones, bocinas y hasta un Xbox son algunos de los artículos que los yucatecos empeñan para superar la crisis económica, ya que muchos de ellos se han quedado sin trabajo por la cuarentena.
En redes sociales circulan numerosas fotografías de la fila de pignorantes, generando opiniones encontradas entre los internautas, ya que algunos consideran que es el hambre lo que motiva a la gente a acudir estos lugares, “nadie lo hace por gusto”, aseguran.
Don César cuenta sus billetes al salir del Monte de Piedad, ya desprovisto de su celular. “No es nada agradable, pero no hay de otra”, comenta mientras camina hacia su paradero. Él se ha quedado sin empleo, pues el restaurante en donde laboraba cerró sus puertas a causa de la debacle generada por la pandemia.
Edición: Ana Ordaz
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