Graciela H. Ortiz
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Sábado 29 de febrero, 2020
Debido a la confirmación de cuatro casos positivos de COVID-19 en el territorio mexicano, continua el desabasto de gel antibacterial, toallas húmedas, cubrebocas, desinfectantes en aerosol y limpiadores, al tiempo que varias farmacias reportaron un aumento en las ventas de vitamina C, Aderogyl, ampolletas con vitaminas A, D y C que refuerzan las defensas, fortaleciendo el sistema inmunológico.
Luego de visitar varias farmacias y el supermercado mayorista Sam’s, ubicado en la avenida Aviación de la ciudad de Mérida, [i]La Jornada Maya[/i] pudo observar que el gel estaba totalmente agotado, al igual que las toallas húmedas y los desinfectantes en aerosol, mientras que los empleados de los mencionados comercios dijeron desconocer cuándo les repondrán esos insumos.
Sin embargo, los compradores llenaban sus carros con bidones de cloro y desinfectante para pisos con el afán de mantener las casas “libres de gérmenes”.
Tal vez sea apropiado tener en cuenta las palabras del Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, quien en una rueda de prensa que ofreció el viernes, desmitificó varias creencias sobre el uso de algunos productos.
Sostuvo que uno de esos mitos es pensar que, “necesitamos desinfectar las casas o los espacios de trabajo o las escuelas y que necesitamos usar desinfectantes que tienen cloro u otras sustancias que combaten los gérmenes. No lo necesitamos hacer de manera especial para prevenir o controlar el coronavirus 2019. Es una medida de higiene muy importante, no hay que interrumpirla, sirve para disminuir en general distintos gérmenes”.
Añadió que no existe ningún fundamento científico de que esta acción va a protegernos contra el coronavirus, “y como el riesgo es considerablemente bajo, tampoco tienen que malgastar el dinero”.
Indicó luego que no es necesario usar cubrebocas y, ni siquiera, si se llegara a una propagación más extensa, “porque los cubrebocas utilizados en un ambiente específico como es la atención médica en los hospitales, en los centros de salud, se usan de una manera controlada y se tiene que usar cierto tipo de cubrebocas que se considera de alta eficiencia”.
Detalló que esos cubrebocas son mascarillas blancas rígidas y, generalmente, a los 15 minutos la persona se siente acalorada y se lo pone de lado o arriba, o se lo saca para comer, entonces ya no está cumpliendo su propósito.
Por otro lado, abundó que el cubrebocas convencional “no sirve por las mismas razones que ya expliqué, pero además no es una fuente de protección porque nos quedan los ojos, que también son una fuente por la que puede entrar el coronavirus y la influenza y muchos otros virus”, aunque sí reconoció que sirve un poco para que la persona que tiene alguna enfermedad respiratoria evite contagiar a otros.
Recorrido por el centro
A la gente se la vio tranquila, relajada y feliz en un recorrido por el centro de la Ciudad. Las familias paseaban con sus hijos, los turistas y locales disfrutaban de los helados Colón y escuchaban música que ofrecía un trio bajo los portales.
La Plaza Grande estaba tan concurrida como siempre y encontrar a alguien con tapabocas fue una tarea difícil, en tanto los restaurantes llenos seguían ofreciendo sus especialidades a la gran cantidad de visitantes que llenaban las calles.
No está de más recordar la frase de Benjamín Franklin: "una onza de prevención vale tanto como una libra de curación".
Dependemos en demasía de la electricidad; ¿qué pasa con esos rincones del mundo que viven en penumbra?
Rafael Robles de Benito
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