Gina Fierro
La Jornada Maya

Antes de integrarse a la empresa de exportación Ganso Azul, “estaba económicamente mal”, recuerda Edgar Jiménez, quien desde hace ocho años labora como operador de costura.

“El panorama que vislumbro ahora no tiene nada que ver con el que tenía anteriormente; estaba estresado, preocupado. Llegué a Ganso Azul y al poco tiempo empecé a ganar bonos; es una recuperación que sorprende”, cuenta Edgar en entrevista con [i]La Jornada Maya[/i].

Originario de Motul, tiene 43 años y es el mayor de cuatro hermanos; hoy, asegura, cuenta con estabilidad económica y no tiene deudas. Su intención era permanecer solamente por algunos meses hasta encontrar otras opciones laborales, ya que su experiencia dentro de la industria maquiladora no había sido muy alentadora, confiesa, pues los empleados, en otros lugares llegan a sufrir malos tratos.

Tal idea cambió tras su llegada a la compañía, donde encontró una oportunidad de adquirir solvencia económica y a la vez convivir con la familia en los días de descanso. “Es una empresa que nos permite ganar y disfrutar a los nuestros”.

“En otras empresas te obligan a quedarte después de tu hora de trabajo y no te preguntan si puedes, si tienes hijos por los que ir a la guardería. Y para ganar más tienes que ir sábados y domingos. Aquí trabajamos de lunes a viernes y los fines de semana los dedicamos a nosotros, cumplimos con nuestras metas y recibimos nuestros bonos”.

[b]Aprender el oficio[/b]

“Como se dice por ahí: estás aprendiendo un oficio de vida”, comparte Edgar, quien se incorporó al mundo de la costura 26 años atrás, tiempo en el que aprendió a maquilar diferentes prendas, “pero cuando llegué aquí adquirí realmente el oficio, no sólo haces una operación, aprendes a hacer muchas´cosas más. Nos movemos de operación en operación para sacar el producto”.

Los operarios somos capaces de llevar a cabo cualquier tarea, ya que somos capacitados en los diferentes procesos, “lo que permite que el trabajo fluya en tiempo y forma”.
“Es un oficio que si le agarras el gusto, aprendes rápido. Acá en la empresa te estimulan, tienes un proceso, inducción y las entrenadoras son amables, siempre con una sonrisa”.

[b]Seguridad laboral[/b]

“Trabajo puede haber en otras partes, pero una empresa que te dé seguridad laboral, prestaciones, que te traten bien y que casi casi te consientan como aquí, está muy difÍcil”.
En su amplia experiencia, el operador de costura explica que no todas las compañías tienen solidez algunas siempre están en riesgo de cerrar sus puertas; esto, aunado a la falta de prestaciones, orilla al empleado a buscar otras ofertas laborales. “Y no puedes estar así, tienes que buscar algo sólido, estable”.

Ganso Azul es una empresa estable, que ofrece a sus empleados prestaciones superiores a las de la ley. Entre los beneficios que otorga están pedir adelantos de sueldo o solicitar préstamos personales sin intereses.

[b]Trabajo en equipo[/b]

Como operador de costura, Edgar ha encontrado en el trabajo en equipo la clave para ser productivo. “La producción es nuestra fuente de empleo y somos alrededor de 600 personas que tenemos que cumplirle al cliente”.

El trabajo en equipo y la eficiente capacitación del personal permite que la producción no se detenga, incluso si alguno de los integrantes del grupo se ausenta. “Somos un engranaje y si una persona falta tenemos que cubrirla, porque tenemos el objetivo de entregarle al cliente en fecha, con tiempo y calidad del producto”.

Por ello, es importante prestar atención al personal de nuevo ingreso, ya que se trata de las futuras generaciones de trabajadores que transmitirán, a su vez, sus conocimientos a otros. “Tienen que saber que cuentan con nuestro apoyo. Somos un equipo y eso es lo importante”.

Una empresa a la que “no puedo fallarle”

“En otros lugares no te dan seguro social o te descuentan el Infonavit y no lo pagan. En Ganso Azul me he quedado a trabajar horas extras y la empresa no me ha debido ni un peso, me paga a tiempo siempre, por eso no puedo fallarle”.

El operario subraya que se trata de una empresa de puertas abiertas y con canales de comunicación con el personal a cargo, “si hay algo que no te guste o tienes una duda, puede pasar a recursos humanos, con tu supervisor, con la jefa de línea y hasta con la misma directora”.

“Ninguna labor es minúscula”, más allá del rango, todos los trabajadores son importantes para la empresa, “y si uno falla, fallamos todos, pero si uno gana, ganamos todos”.

“Somos el capital humano y todos tenemos el mismo valor. Esto te da certeza en un trabajo y a la vez te sientes abrigado”.


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