Texto y foto: Abraham Bote
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Lunes 24 de febrero, 2020
Ludwin Solís se caracteriza por ser alegre y una permanente sonrisa. No hay asomo de seriedad en su rostro, algo esencial para su trabajo, y primordial, pues es el primer contacto que tiene el visitante con el hotel. Es un embajador del Holiday Inn.
La labor del recepcionista de un hotel va más allá de sólo dar la bienvenida y atender a los huéspedes al llegar al lugar y a lo largo de su estancia en el establecimiento. Se trata de crear un vínculo especial entre el visitante y el centro de descanso, un lazo que hará más amena su estancia, le abrirá los ojos a lo que está a punto de vivir en su estadía.
Sus deberes también incluyen registrar la entrada y salida de los huéspedes, entregar las llaves, realizar reservaciones, preparar recibos y cobrar las facturas correspondientes, pero además, tienen la misión de ser embajadores de su hotel.
Ludwin trabaja en el hotel desde hace tres años. Ya contaba con experiencia previa en el ramo, y aunque no se especializó en esta área, adoptó a la recepción como su pasión y al Holiday como su casa.
En entrevista para [i]La Jornada Maya[/i] admite los placeres que le ha traído esta labor, así como el lado complicado. Algo difícil con lo que muchas veces lidian los recepcionistas, explica, es un cliente muy exigente, pero siempre hay que tratar de encontrar la manera de escuchar sus demandas y cumplirlas.
Asimismo, otra parte que más le gusta de su trabajo es escuchar a la gente, cumplir sus expectativas y hacer más placentera su estancia, para que regresen una vez más o las veces que quieran.
Admite que su trabajo es de vital importancia, pues son el primer contacto. Si uno no hace bien su trabajo, el cliente puede irse a otro hotel o nunca regresar, “somos como los embajadores del hotel”, dice orgullosamente.
El idioma no es impedimento ya que ha podido dominar varios para interactuar con los turistas. Sin embargo, igual con el lenguaje corporal se pueden hacer muchas cosas.
Aún se ve muchos años trabajando para su casa, el Holiday. Seguirá aprendiendo de sus compañeros y de todos los empleados del hotel.
Se despide con una sonrisa, la misma que le ofrece a todos los visitantes que llegan al Holiday Inn.
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