Abraham Bote
Foto: Captura de pantalla
La Jornada Maya
Mérida, Yucatán
Domingo 5 de enero, 2020
Quienes nacieron en los años 90 pueden recordar mientras corrían en las calle jugando Kimbomba, trompos de madera, caza venado, chácara, palitos chinos, tamalitos a la olla y varios juegos más, sin mayor preocupación que divertirse y soportar los regaños de los padres por terminar siempre sucios o con la ropa rota; sin embargo, poco a poco se van desvaneciendo estos recuerdos y también los mismo juegos, que son sustituidos, mayormente, por los aparatos tecnológicos y videojuegos, provocando que las calles se queden desiertas, sobre todo en las ciudades grandes como en Mérida.
A pesar de esto, José Manrique Esquivel, fundador de la Asociación de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales de Yucatán, confía en que estos actividades no se extingan por completo, pues “es algo que llevamos en la sangre, en nuestro corazón, la mente y es muy difícil sacarlo de ahí, está muy bien protegido en nuestro ser”.
Para evitar que se queden en el olvido indicó que próximamente meterá una iniciativa al congreso del estado para que los juegos tradicionales, como la Kimbomba, el trompo, las canicas, la ballesta maya, la carrera de aros, el tinjoroch, trompo, valero, chácara, caza venado, el dzop sandía sean parte de las actividades de Educación Física en las escuelas, y que además, el Juego de Pelota Maya sea considerado como el deporte oficial de los yucatecos.
Manrique Esquivel, desde su infancia, se caracterizó en practicar los diferentes juegos tradicionales entre sus compañeros del barrio, su cariño y amor a su cultura y tradiciones lo impulsaba a realizar diversas acciones siempre a favor su tierra y raza maya. Por eso, desde el 2006 se dedicó a la investigación y recuperación del ancestral Juego de Pelota Maya, el Pok Ta Pok, que estuvo en el olvido más 450 años para el pueblo yucateco.
El investigador, quien recientemente ganó el Premio Ayuntamiento de Mérida a la Cultura Ciudadana, también logró la recuperación del conocimiento para la elaboración de la pelota de hule similares con las que se jugaron en las épocas ancestrales, así como de varios juegos tradicionales que también estaban abandonados, como el Dzop Sandía y el laktakin.
En el laktakin se cuelga un comal al que se le pegan unas monedas, de tal manera que al niño se les da 20 segundos para que solamente con sus dientes las desprendan.
Para el investigador, la llegada de la tecnología ha desplazado, hasta el grado del olvido, muchos de estos juegos tradicionales, no obstante, admite que aún queda gente que sigue practicándolos en las comisarías, el interior del estado y en el sur de Mérida, principalmente donde aún no llega con fuerza la tecnología.
A pesar de esto, confía en que no se extingan por completo, “es algo que llevamos en la sangre, en nuestro corazón, la mente y es muy difícil sacarlo de ahí, está muy bien protegido en nuestro ser”, expresó.
Por lo tanto, dijo que buscará la manera en que estas prácticas y juegos se fomenten en las escuelas, que se retomen estos juegos en las clases de Educación Física, por ejemplo, recordó que hace tres años planteó ante el Congreso del Estado que los juegos tradicionales y autóctonos sean considerados patrimonio cultural, pero no hubo respuesta, por lo que espera que ahora sí se logré y además se puedan promover en las escuelas, reiteró.
Y con esto, agregó, que el Juego de Pelota Maya sea considerado como el deporte oficial de los yucatecos pues nació en estas tierras, “es creación de nuestros abuelos”.
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