Hace 134 años en Tekax, Yucatán, nació un compositor que dejó huella en la música mexicana al crear el bambuco yucateco. Se trata de Ricardo Palmerín, el responsable de modificar el género colombiano y de ser un estandarte de la trova local.
Este 3 de abril se celebra el nacimiento de quien fuera uno de los representantes de la música yucateca más importantes de todos los tiempos.
Su nombre no sólo aparece en el parque de los trovadores yucatecos en Santa Lucía, Palmerín se lleva el crédito por musicalizar Para cuando muera, la canción con la que se despidió El Caifán Óscar Chávez.
El tekaxeño es reconocido como el creador del bambuco yucateco luego de que conoció el género gracias a una compañía cubana de espectáculos que llegó a Mérida.
Palmerín integró a sus composiciones el bambuco y con él creó más de 200 piezas, que llevaban la letra de poetas de la época.
Y no sólo eso, al yucateco también se le reconocen composiciones de boleros, romanza y danza, éste último, la canción que mayor fama le dio con Peregrina, el tema que le encargó el entonces gobernador Felipe Carrillo Puerto para su enamorada, la periodista Alma Reed.
Yucatán vio nacer a un compositor que a lado de su guitarra tuvo un alcance que traspasó las fronteras del estado y fue reconocido en todo el país.
También en el Museo de la Canción Yucateca le rindió honores al bautizar a una de sus salas con su nombre.
Entre sus piezas más destacadas se encuentran El rosal enfermo, Albura de magnolias, Que entierren mi cuerpo y Yo no quiero que llores.
Edición: Emilio Gómez
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