Publican libro que manifiesta resistencia maya por conservar sus semillas

El libro Nuestras semillas, nuestras milpas, nuestros pueblos. Guardianas de las Semillas del sur de Yucatán, es una herencia ancestral y testigo físico de la resistencia de estos pueblos por conservar sus conocimientos, y además sirve para revalorizarlos y que sean conocidos por las nuevas generaciones y sean proclamados como herencia de sus padres y sus abuelos.

También narra el caminar de estos protectores en la defensa de sus semillas, y los retos que enfrentan en la época moderna y las transformaciones que ha tenido la milpa en las últimas décadas, entre otros temas. 

El libro es un trabajo colaborativo entre la doctora Margarita Rosales González, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Gabriela Cervera Arce y los Guardianes de las Semillas, Káa nán iinájóob, de 10 comunidades del sur del estado, y con apoyo del instituto.  

En entrevista para La Jornada Maya, la escritora explicó que este trabajo es resultado de una labor de investigación en 10 comunidades mayas que tienen en común la siembra de la milpa desde tiempos inmemorables, pero igual son zonas de alta marginación. Pertenecientes a los municipios de Tixméhuac, Chacsinkin, Tadziu y Peto.  

Los Guardianes de las Semillas, detalló, son un colectivo interesado en el rescate y conservación de sus semillas, desde el paso del huracán Isidoro en el 2002, cuando vieron amenazados sus campos de cultivo por las inundaciones. Desde entonces han cuidado reproducirlas e intercambiarlas en ferias de semillas, que se realizan en varias partes del estado.   

Entonces, el libro nació como un interés de estos campesinos por contar con un documento que registrara sus semillas, su labor de conservación para ellos mismos, y al mismo tiempo sean valoradas y conocidas por los más jóvenes y las personas de otras partes, señaló. 

Su lucha no es a través de la manifestación, plantones o movilizaciones, sino siguiendo cultivando sus semillas, agregó. “Su resistencia es a partir de sembrar sus semillas año con año, continuar, buscar que sean mejores, pero que conserven sus características; no usar semillas híbridas ni transgénicos”; manifestó la especialista.  

Amenazas 

De acuerdo con su investigación, los riesgos y peligros que amenazan a las semillas son varios, uno de los principales es la siembra de transgénicos. “El maíz es un cultivo de polinización libre, esto quiere decir que si se siembran transgénicos, estos se expanden y la semilla nativa se contamina y eso es peligro porque son semillas originales de más de 3 mil años", subrayó.   

Corre riesgo la biodiversidad del maíz, añadió la investigadora, además de esto, señaló, existen las semillas híbridas, que, si bien no son malas, se han elaborado a partir de material local, tienen patentes trasnacionales y las venden, lucran con algo que es de las comunidades y desplazan a las originales. “Ya cambiadas, las venden caras, necesitan un paquete de insumos químicos y no se pueden conservar año con año, pierden sus capacidades reproductivas", agregó. 

Además, precisó la especialista, a los más jóvenes no les interesa mucho aprender estos conocimientos, pues aspiran a salir de sus pueblos en busca de mejores condiciones. Hay una tendencia entre este sector, de que el trabajo de la milpa -bajo el sol, es pesado y duro- y optan por irse a estudiar a otras ciudades o trabajar en otros lados que sí les deje ganancias económicas más elevadas, aseguró. 

Por eso, este libro fue hecho igual para que los jóvenes valoren estos cultivos y las semillas; porque muchos se van, pero también regresan y es importante que sepan cómo dar continuidad a este legado de sus abuelos, añadió. 

Las semillas, resaltó Margarita Rosales, representan un valor integral de vida sagrado, la milpa no es para hacer negocio, es para alimentar a las familias. “Significa una forma de vida, por eso es conocida como la santa gracia, y se le cuida, los abuelos decían que no se puede desperdiciar nada, si se cae una semilla hay que recogerla porque es sagrada”, comentó.  

Qué podemos hacer  

El maíz es una planta que ha resistido tantos años, pero para preservar los saberes sobre el universo que representa las semillas nativas, la milpa, es necesario cambiar la mirada que se tiene hacia los pueblos mayas, revalorizar sus conocimientos y dejar a un lado los discursos racistas y discriminatorios, indicó. “Hay que cambiar la mirada hacia las poblaciones campesinas mayas y sus cultivos: que los niños y niñas sepan que sus alimentos no vienen nada más del súper, que existen comunidades que los cultivan”, manifestó.  

La doctora en Ciencias Antropológicas guarda una visión esperanzadora y positiva, no cree que se extingan las semillas, al menos no por el momento, sin embargo, advirtió que sí están amenazas actualmente, principalmente por el uso de transgénicos, la desforestación y porque las y los ancianos están muriendo y las nuevas generaciones no muestran tantos intereses en estos conocimientos ancestrales.  

Por eso, con el fin de preservar estos saberes, la investigadora publicó el libro Nuestras semillas, nuestras milpas, nuestros pueblos. Guardianas de las Semillas del sur de Yucatán, un trabajo colaborativo que realizó junto con Gabriela Cerveza Arce y los Guardianes de las Semillas de 10 comunidades del sur del estado. 

Rosales González consideró que si en cada familia, cada persona cambia la mirada hacia lo nuestro, en lugar de ver con discriminación a nuestros campesinos, sus cultivos y saberes, se contribuye también a conservar estos conocimientos. Aunado a esto, las personas podrían cultivar sus alimentos orgánicos en sus patios, y apoyar a los productores locales, consumirlos, agregó. 

El libro físico sólo se puede encontrar en las comunidades y bibliotecas comunitarias. Pero  se puede descargar la versión electrónica en los siguientes enlaces:  

https://bioteca.biodiversidad.gob.mx/janium/Documentos/15438.pdf 

https://www.mediateca.inah.gob.mx/islandora_74/islandora/object/libro%3A

Edición: Estefanía Cardeña