Locatarios del Malecón de Progreso aseguran que cerrar la mayor parte de la playa y permitir el acceso únicamente a una zona de la misma ocasiona que sus ventas caigan los fines de semana y, al mismo tiempo, genera aglomeraciones.
Fabián Cervantes, vendedor ambulante de caracoles, explica que las playas abren sólo de lunes a viernes: “yo estoy de acuerdo con que prohíban el acceso en parte porque son vacaciones y se junta demasiado la gente, pero, ¿de qué sirve que cierren todo esto (el Malecón) si los demás puertos están abiertos? Toda la gente se va ahí”.
Desde su perspectiva, si toda la costa estuviera abierta la gente podría dividirse en los diferentes lugares, evitando aglomeraciones en sitios como Chelem y Chuburná. Además, señala que en Progreso ha encontrado acumulación de gente luego del Museo de Geología, donde la playa sí está abierta.
Y aunque sus ventas no son como espera, asegura que si las restricciones están dando resultados, está de acuerdo con que se lleven a cabo, pues desea que la pandemia termine para poder trabajar sin impedimentos.
“Nosotros entendemos que, por pandemia, que por cuidarnos nosotros mismos y cuidar a nuestros familiares, a la gente, el gobierno lo está haciendo (cerrar la playa los fines de semana), el detalle es que no es parejo”, manifiesta Carolina Osorio Alcocer, la gerente de Viña del Mar.
Y detalla que ella se encuentra al inicio del Malecón, pero a menos de 100 metros de distancia hay otro restaurante que sí puede dar servicio en la playa; “ahí se amontona la gente”.
Expresa que esta temporada, ya cerrando el mes de julio, los comensales han sido muy pocos. “Nosotros tenemos casi un año de que reaperturamos el restaurante y desde la reapertura no hemos logrado captar la afluencia de los clientes al 100 por ciento”, señaló.
Considerando los fines de semana como su mejor momento, percibe que en esos días ha habido muy poca afluencia de turistas: “nos imaginamos que van a otros lugares, a otros puertos cercanos donde sí puedan disfrutar de la playa”.
Osorio reconoce que la clientela se muestra inconforme con el cierre de la playa los fines de semana y con las remodelaciones contiguas a su restaurante, pues, aunque podrán recibir beneficios a futuro por las mismas, la temporada vacacional no fue el mejor momento para construir.
Un restaurante cercano a Viña del Mar es La Antigua de Progreso y, en su club de playa, Analí Carolina Ek Ramón, la gerente del lugar, cuenta que el cierre en el Malecón ocasiona mayor aglomeración en las áreas que sí permiten las visitas al mar, en especial los domingos. Esto no sucede entre semana, cuando el área está abierta en toda su extensión y la gente se distribuye mejor, permitiendo más distancia entre todos.
Ek Ramón asegura que les está yendo bien con las visitas, aún con las limitaciones en el aforo, horarios y protocolos que ocasionan constantes llamados de atención hacia la clientela que no quiere usar el cubrebocas.
El mesero Jorge Cárdenas, en el restaurante Carabela, indica que les va mejor entre semana actualmente y lamenta la baja afluencia de los fines de semana, pues todas las personas se van del lado que tiene la playa abierta, aunque considera como funcionales las medidas que están aplicando.
“Cierran todo el malecón, pero de ese lado, tres esquinas se llenan. Si venían 300 personas al día a bañarse al Malecón, ahora las 300 están allá, ¿entonces cuál es el chiste de cerrar para que no se den los contagios, si todos están allá en una zona más chica?”, cuestiona.
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