En promedio, anualmente 35 personas pierden la vida en altamar en sus labores pesqueras, según los datos de la Secretaría de Pesca y Acuacultura Sustentable de Yucatán (Sepasy); por todas las que se han ido de esta forma en 2021, hoy Armadores Pesqueros de Yucatán convocó a dejar una ofrenda en el mar de Progreso.
Siendo mañana el día que inicia la temporada de pulpo para los pescadores, hoy -en punto de las 11 horas- celebraron una misa en la Parroquia de la Purísima y San José; aunque normalmente este suceso acontecía en los muelles de Yucalpetén, este año, para prevenir aglomeraciones allí, se realizó en la iglesia.
El año pasado este acto tradicional fue cancelado por la pandemia, sin embargo, en esta ocasión el sector optó por cambiar la sede.
La celebración fue ofrecida por quienes mañana parten con rumbo al mar, escogiendo las lecturas en nombre de quienes echarán las redes al agua esperando traer el sustento económico para sus familias.
El párroco de la iglesia, Óscar Cetina Vega, quien estuvo al frente de la eucaristía, detalló que ofrecía la misa por la santificación del trabajo y, muy en especial, por quienes se dedican a la pesca y comenzarán esta temporada.
“Me gusta pensar que Jesús, el hijo de Dios, a las primeras personas que asoció a su vida pública, los primeros hombres que llamó para que colaboren con él, eran pescadores”, expresó.
Y continuó la homilía reflexionando “compartir significa partir con”, considerando que compartir el pan y la pesca juntos es también compartir la vida; aunque eso represente el sacrificio de dejar a la familia por un tiempo, detalló.
Luego de ello, dejaron sus ofrendas en el altar en nombre del gremio pesquero e, indirectamente, por sus familias.
Al finalizar esta hora dedicada a la gente del mar, tomaron rumbo hacia el Puerto de Abrigo, donde las flores que presentaron durante las ofrendas en la parroquia fueron tiradas al mar, como homenaje a las personas que fallecieron durante la pesca.
Mañana comenzará de forma oficial la pesca de pulpo en Yucatán, con la que esperan mejorar las ganancias, pues durante el tiempo de veda enfrentaron momentos muy difíciles.
Tal es el caso de Luis, quien decidió dejar la pesca durante un tiempo y realizar “chambitas” de electricidad, lavado de lanchas, entre otras.
El hombre de mar explicó que la pesca estuvo muy baja durante una temporada, por lo que consideró no valía la pena estar 15 días lejos de la familia e incluso en riesgo si aun así no obtendría el dinero necesario para mantenerles.
Santos, un pescador desde hace 10 años, reconoce que es muy duro dejar a la familia “pero así es nuestro trabajo” y, como él, todos los hombres de mar que se encontraban allí manifestaron que despedirse de las personas a las que aman es lo más difícil de su labor.
“Cada año es más difícil”, expresó Luis Martín, quien considera que no están cuidando lo suficiente al mar ni a sus especies y eso es lo que está ocasionando el incremento de dificultades para las personas como él, que se dedican a la pesca y cada vez tienen que irse más lejos para encontrar qué atrapar.. “Algunos tenemos el privilegio de regresar”, finalizó.
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Edición: Estefanía Cardeña
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