Pandemia detonó trastornos del sueño como el insomnio: Jiménez Genchi

El insomnio es uno de los principales trastornos del sueño; y a partir del inicio de la pandemia del Covid-19 -en marzo del 2020- se agudizó. De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha registrado un incremento, ya que más de 35 por ciento de la población global ha variado de manera desfavorable sus patrones de sueño.

El doctor Alejandro Jiménez Genchi, coordinador de la Clínica de Sueño del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”, explicó que el insomnio es una queja de insatisfacción con la calidad o cantidad de sueño, la cual se asocia con dificultades para empezar a dormir o mantenerse dormido.

“Esta queja de insatisfacción estará generando consecuencias durante el día, que se manifestarán en el funcionamiento de las personas a través de cansancio, somnolencia, dificultad para concentrarse y cambios en el estado de ánimo, repercutiendo en el rendimiento de cada individuo”, abundó.

Según estudios, antes de la pandemia, este trastorno estaba presente entre el 16 y 19 por ciento de los adultos en México, lo que equivaldría a que poco más de 11.5 millones de mexicanos estarían sufriendo insomnio, siendo este más frecuente en las mujeres. Casi 7 millones de mujeres lo padecen en el país.

“También es un problema que se va incrementando con la edad. En los grupos arriba de los 45 años, una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro hombres tiene este problema, lo que coloca al insomnio como el trastorno del sueño más frecuente en la población”, precisó.

Otros estudios realizados durante la pandemia del Covid-19, en los que se encuestó a casi 2 mil personas -mujeres en su mayoría- arrojaron que dos terceras partes reconocieron tener un horario de sueño regular; pero una tercera parte no. Asimismo, tres cuartas partes afirmaron haber experimentado cambios en su sueño en dicho período.

“En esta encuesta se encontró que el 65 por ciento de las personas que la respondieron presentaban características clínicas propias del insomnio y experimentaron consecuencias durante el día”, añadió el galeno.

En cuando a la calidad del sueño de las personas, Jiménez Genchi detalló que, al demorarse más de 30 minutos en conciliar el sueño, ya se estaría hablando de un problema, lo que ocurrió en 60 por ciento de las personas encuestadas. De igual modo, dos terceras partes reportaron estar durmiendo menos de seis horas.

“La mitad estaban experimentando desde mala, hasta muy mala calidad del sueño; y prácticamente todos informaron de algún tipo de anormalidad en el dormir”, expuso.

Insomnio y Covid-19

Otro aspecto revelador del estudio fue el uso de medicamentos durante el período pandémico. Uno de cada cinco adultos, según la investigación, estaba tomando algún producto para dormir, lo cual, consideró, se trata de una cifra elevada en comparación con lo que se sabía antes de la pandemia, cuando 4 por ciento de la población los consumía.

En lo referente a las personas que presentaron síntomas de Covid-19 y no estaban hospitalizadas, el estudio reveló que 60 por ciento de ellas estaba padeciendo insomnio, aunque no fue la única alteración del sueño, advirtió, también hubo una proporción elevada que reportó pesadillas o cambios en los horarios de sueño.

“Uno de los síntomas más prevalentes tras seis meses de haberse recuperado de la infección por Covid-19 son los problemas para dormir, apenas rebasados por otros síntomas como la fatiga y la debilidad muscular”, señaló. 

Alejandro Jiménez aseguró que una de cada cuatro personas que contrajo el virus presenta este tipo de problemáticas.

En ese sentido, acotó que de las personas que presentaron insomnio, una cuarta parte evolucionará hacia una forma crónica de estas alteraciones del sueño, por lo que es de vital importancia identificar y llevar un tratamiento adecuado.

“El insomnio es el trastorno de sueño más común, es altamente prevalente entre la población; y más entre quienes padecieron Covid-19. De hecho, se triplicó la frecuencia, de tal forma que está presente aún en uno de cada cuatro individuos”, concluyó.

Edición: Laura Espejo