Incendio de dos camiones en Mérida evidencia condiciones del transporte: agrupaciones

En una semana, dos camiones del transporte público de Mérida se incendiaron cuando estaban en circulación con pasajeros abordo. Esto “prende los focos rojos” sobre las condiciones del sistema de transporte colectivo, según indicaron agrupaciones civiles. 

Ante esta situación, las sociedades piden que las autoridades hagan una urgente verificación de las unidades de todo el transporte, con el fin de evitar accidentes que pongan el peligro de la ciudadanía; además, solicitan constatar el estado de las finanzas de las empresas concesionarias y crear mecanismos de financiamiento para la mejora del servicio, para no incrementar las tarifas. 

El pasado 18 de enero, un autobús se incendió en Francisco de Montejo, al norte de Mérida. Los hechos ocurrieron poco después de las 8 horas de ese martes, cuando un camión Minis 2000 de la ruta Mérida-Komchén se prendió en llamas.

Este miércoles, 26 de enero, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) reportó el incendio de otro autobús de transporte público en la Avenida Itzáes. La dependencia informó que los pasajeros y operador están bien, ya que desalojaron la unidad. 

Añadió que bomberos y policías de la Secretaría de Seguridad Pública apagan el fuego y aseguran el perímetro.

Desde el 2018, el Observatorio de Movilidad Sostenible de Mérida (OMSM) evidenció las malas condiciones de los autobuses y “combis” en un artículo. El estudio reveló que el desconocimiento de la fatiga de los componentes estructurales, mecánicos y el desgaste de los componentes de dirección, suspensión y demás elementos son motivos suficientes de preocupación, ya que vulneran la seguridad vial.

El documento detalló que de los mil 275 vehículos dedicados al servicio de transporte público en la Zona Metropolitana de la ciudad de Mérida, el 58 por ciento tienen una antigüedad mayor a 12 años, tiempo máximo de los vehículos para la prestación de servicio de transporte suburbano y urbano de acuerdo a lo indicado en el artículo 128 del Reglamento de la Ley Transporte del Estado de Yucatán.

“Lo anterior significa que, si se aplicara cabalmente el artículo del citado reglamento, más de la mitad de vehículos no deberían estar en circulación. Sin embargo, la realidad es distinta. Al día de hoy, es posible observar vehículos deteriorados y con adaptaciones mecánicas o estéticas para la prestación del servicio, lo cual, no sólo pone el peligro al chofer y a los pasajeros, sino también generan un alto impacto ambiental por las características del motor, los componentes y los sistemas obsoletos de mitigación de gases”, advirtió la OMSM en ese momento.

Eduardo Monsreal Toraya, analista del OMSM, reconoció que el que dos unidades se hayan quemado en tan sólo una semana hace “cuestionarios qué está pasando con el mantenimiento” y pone en evidencia las dificultades económicas que pasan las empresas de transporte público, aunque añadió que se desconoce el balance real del estrado financiero de estas compañías. 

Precisó que, si bien, por las medidas que se implementaron debido a la pandemia, se redujeron la capacidad de pasajeros y su operatividad, eso no debe ser pretexto para no darle un mantenimiento a las unidades, dijo. 

No obstante, el experto en movilidad indicó que la ciudadanía tiene el derecho a conocer cómo están operando y en qué condiciones. 

“¿Quién verifica a las unidades”, cuestionó Monsreal Toraya, ya que la Secretaria de Desarrollo Sustentable sólo examina temas de emisiones, más de corte ambiental, pero no de  mecánica, dijo. 

“Se desconoce cómo son estos procesos, y quién verifica esta cosas, hasta donde sé, esto queda en manos de las empresas el vigilar el estado de sus unidades”, indicó.   

“Hay que verificar cómo están operando, qué fallas tienen de manera interna, dónde están sus pérdidas. Hasta el día de hoy no tenemos información, no tenemos nada”, añadió. 

Señaló que luego se debe determinar cuáles empresas pueden o no seguir operando, dónde se puede mejorar, o donde están sus “fugas” de recursos. 

Pero subrayó en que urge hacer una inspección de todas las unidades del transporte público por parte del gobierno del estado, “sabemos por testimonios o experiencias propias del mal estado de los asientos, cristales rotos, cosas que se han tolerado”. 

“Pero llegar al punto de que se quemen las unidades, es como si se cayera un edificio… Hablamos de indicadores muy peligrosos”, expuso. 

“Se puede poner en riesgo la vida de personas, y eso es otro nivel”, agregó el especialista. 

Rodrigo Casanova Castro, integrante de Bitácora de Movilidad, dijo que estos casos, donde dos camiones “si se incendian con tal facilidad” han hecho evidente lo inseguras que son las unidades y que hay que comprobar qué modelos son para monitorear el estado de las otras similares.

Financiamiento

Por otro lado, Eduardo Monsreal dijo que es preocupante que usen esto de pretexto para aumentar las tarifas, ya que esto no debe pasar. 

En su opinión, dijo que se deben crear esquemas de financiamiento alternos, por ejemplo, hacer un fondo de estatal de movilidad, que sea financiado a través de diversos impuestos, en tenencias remplacamientos, cuestiones derivadas al uso del automóvil, como se hace en otras partes del mundo, finalizó.

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Edición: Estefanía Cardeña