Para el chef Ricardo Muñoz Zurita, Valladolid es un lugar mágico que vale la pena conocer, sobre todo desde su gastronomía. La comida, sentenció, es la mitad de cualquier viaje; y la vasta oferta de la Sultana del Oriente le motivó a emprender un proyecto editorial basado en los restaurantes que la pueblan.
La primera vez que el antropólogo de la gastronomía llegó a Valladolid -Yucatán- fue en 1990, y desde ese año ha visitado el municipio de manera intermitente en varias razones, pero fundamentalmente, contó, por la zona arqueológica de Chichén Itzá.
“He venido como turista, como guía, como regente de un grupo y un largo etcétera. Aquella Valladolid de los 90 era una tradicional, muy linda y bonita, pero en ella no existía la hermosísima oferta gastronómica que hay ahora”, recordó.
Tras tantas vueltas, el chef Muñoz Zurita conoció personas hasta coincidir con lo que él llama “la familia”. Un concepto, dijo, interesante ya que las personas tienen una familia sanguínea, la amorosa, de amigos, y también -la más grande- la del gremio restaurantero.
“Me tropecé con mucha de esta gente y hace un par de años tuve un gran acercamiento con Jordy (Abraham). No me acuerdo si él me dijo o yo le dije -mi vida está llena de mentiras- y coincidimos en que Valladolid es un crisol de maravillas increíbles”, comentó mientras meneaba su copa de vino.
El chef puso como ejemplo el jardín del restaurante La Trattoria San Giovanni -en donde nos encontramos para nuestra entrevista- como una de las aspiraciones europeas, con sus árboles y su sombra, un valor que la gente local, desde su perspectiva, no aprecia.
“Esta belleza, esta exuberancia y este verdor es para nosotros muy común, pero no pasa en todas partes del mundo: es algo único”, recalcó antes de dar otro sorbo.
‘Algo más que un libro’
Ricardo Muñoz Zurita está trabajando, en conjunto con los restauranteros vallisoletanos, en un libro gastronómico que busca ser una guía de restaurantes. No un recetario, aclaró; no una guía turística, sino “algo más que un libro”.
“Vamos a dar a conocer todas las posibilidades que hay para comer. Yo amo la comida de origen maya, pero estamos en un jardín en donde tienes la posibilidad de comer platillos japoneses o italianos, también hay otros veganos, por ejemplo.”
Dicho lo anterior, Ricardo Muñoz cita a Fidel Castro, el ex presidente cubano: “La verdad no basta con ser verdad, tiene que ser difundida”. Siguiendo sus pasos, sostuvo, es lo que hará con el municipio vallisoletano.
Para él, no basta con que existan buenos restaurantes, sino hay que difundirlos. En la entidad, prosiguió, hay auténticas joyas que lamentablemente pasan desapercibidas para el visitante que, en la mayoría de los casos, “termina comiendo cualquier cosa”.
Muñoz Zurita expresó que en la comida radica la mitad de un viaje. Una persona, mencionó, puede ir a donde sea, pero si no come bien, el viaje no será merecedor de rememorarse con el amor propio de quien añora una experiencia.
No es un pueblo de paso
“La gota que derrama el vaso es cuando Jordy (Abraham) me comentó que hay un estudio que dice que por Valladolid pasan 7 mil turistas diariamente, y muchos de ellos no comen en Valladolid, no duermen en Valladolid, y no sueñan en Valladolid”, expuso.
Este sector, insistió, no conoce la razón por la que tendría que quedarse en Valladolid. Fue así como Muñoz Zurita decidió darse a la tarea de emprender el proyecto de un libro en el que figuren las maravillas de este pueblo mágico.
“Que no vean a Valladolid como un pueblo de paso; como la ciudad a lado de Chichen Itzá, que sepan que hay muchos motivos por los cuales quedarse, muchas cosas que comer y mucho que disfrutar”, proclamó.
Con esta publicación que el chef Muñoz tilda de homenaje, pretende plasmar en papel lo que hay en la entidad para comer. Desde los “gloriosos” panuchos, pasando por unos kibis de camarón -no quiso decir de dónde-; hasta comida internacional e incluso alternativa.
“Una vez que el libro esté hecho convocaré a mis colegas y al periodismo especializado para hacer que Valladolid sea lo que tiene que ser: un centro gastronómico con una gran oferta, hay mucho que quedarse a ver”, promovió.
Yucatán sofisticado
Este libro, comentó el chef Muñoz Zurita, está en la etapa de las ilusiones. Él asegura, conocer los pasos a seguir para materializarlo, más depende de las decisiones de los restauranteros y hoteleros del municipio para llevar a cabo su empresa.
“No va a ser un libro típico sobre Valladolid, va a tener salpicadas de todo. Va a hablar sobre la experiencia de vivir y habitar el municipio. Un libro que vamos a dedicar a sibaritas, foodies, gastrólatas; para la gente que entiende que es importante comer bien.”
Acorde a Ricardo Zurita, Yucatán es un estado sofisticado. Es poseedor de tal sofisticación y privilegio que, según él, no se perciben desde el ámbito local. De eso también hablará su libro. Después de la sofisticación, dijo, sigue el refinamiento.
En ese sentido recordó que Valladolid no es una ciudad aislada, y es el epicentro de lo que pasa en la península: “si tú agarras un mapa y lo trazas en cuatro, te puedes llevar una sorpresa. Valladolid está en el centro, es la gran mamá, y ya es tiempo de que se llene su casa”.
Edición: Emilio Gómez
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