A casi 20 días de la entrada en funciones de las calesas eléctricas en Mérida es difícil vislumbrar un panorama de aceptación, ya que comenzaron a operar en temporada alta y sus partidas están a la par de las tiradas por caballos. No obstante, hay necesidades apremiantes como la expedición de más licencias para los conductores, señaló Eduardo Echeverría Ayala, secretario general de la Unión de Conductores y Pequeños Propietarios de Carruajes de Yucatán.
“Todo lo nuevo causa un poquito de extrañeza por ser desconocido, pero poco a poco nos estamos adaptando y lo vemos con buenos ojos”, añadió.
A poco más de dos semanas de que se implementaran las calesas eléctricas en el Centro Histórico de la ciudad, Echeverría Ayala precisó que actualmente el turismo está en temporada alta, por lo que es difícil ver con claridad si la iniciativa está funcionando.
“Ahora sí que todos los gatos son pardos, todas se ocupan. Cuando podremos saber si funciona o no será después de la temporada. Durante la temporada baja es cuando conoceremos si las acepta la gente o no”, reiteró.
En cuanto a los conductores pertenecientes a la Unión, su secretario general aseguró que tienen la misma opinión: están en buena disposición de colaborar con el ayuntamiento en este proyecto y únicamente resta esperar.
Otro tema pendiente en ese sentido, comentó, es la necesidad de más licencias para los conductores de estos vehículos eléctricos, ya que a la fecha únicamente se han expedido seis para igual número de vehículos, lo que les impide la rotación de turnos.
“Por lo pronto sólo se está trabajando un turno, ya que no hay los choferes, porque no hay las licencias. Más miembros del sindicato quieren trabajarlas (las calesas eléctricas) pero estamos estancados porque no tienen licencias”, agregó.
Eduardo Echeverría dijo desconocer la situación con respecto a las licencias, sin embargo, subrayó que el gremio requiere dichos documentos enfocados exclusivamente en las calesas eléctricas para optimizar su manera de trabajar con los vehículos.
Al día de hoy -en temporada alta- las calesas eléctricas y las que son tiradas por caballos están teniendo el mismo número de partidas diarias: alrededor de tres.
“Cuando es temporada alta enseguida se ve la influencia del turismo y la aceptación de la gente, pero cuando baje la temporada vamos a ver la realidad de la situación. Estamos a la expectativa, pero tenemos fe en que funcionará”, dijo.
El secretario general de la Unión aclaró que, si hubieran tenido alguna duda con el plan desarrollado por la comuna, no hubieran adquirido los vehículos, por lo que es necesario hacer “que el plan salga para adelante”.
Al ser cuestionado respecto a un posible escenario en el que las calesas eléctricas no se posicionen en el gusto del turismo, Echeverría Ayala sentenció que no es momento de hablar de suposiciones. El destino de estos vehículos se verá en su momento.
“Invitamos a todas las asociaciones civiles que están contra el ‘maltrato animal’ de las calesas y caballos a que apoyen, vengan y ocupen las calesas eléctricas para que esto pueda seguir adelante”, exhortó finalmente.
Las calesas eléctricas -al igual que las tiradas por caballos- operan en un horario de 11 a 23 horas y en todos los paraderos en donde opera una “normal”, puede operar una eléctrica. El precio del paseo de 40 minutos es de 400 pesos, en ambos casos.
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