Trovadoras del Mayab: Jóvenes guardianas del legado de Las Maya Internacional

Especial: Sensibles, potentes y exitosos

Empuñando sus instrumentos, Las Trovadoras del Mayab llegaron a la escena local a romper estereotipos. Estas jóvenes de entre 15 y 18 años ganaron recientemente el Premio Estatal de Juventud; y aseguran que uno de los objetivos de su cruzada radica en preservar el legado que Las Maya Internacional -de Judith Pérez Romero- dejaron en la región. 

“Sacamos diversos ritmos como el bolero yucateco; la guaracha; y la jarana”, detalló Helena Medina, bajista del conjunto, en entrevista con La Jornada Maya.

Las Trovadoras del Mayab está integrada por Regina Ortiz, en el baile y el coro; Josselyn Pérez, como cantante principal; Anairam Cano, con su guitarra; Melisa Sansores, en la primera guitarra; y Alex Ortiz detrás de las percusiones.

“Queremos preservar la trova yucateca, pues consideramos que es algo que con el paso del tiempo se ha perdido bastante, lamentablemente. Buscamos que más gente la conozca; que no solo la escuchen los adultos que lo hicieron en su época”, expuso.

Su proyecto, reiteró la joven, tiene la intención de que la trova yucateca se expanda y conozca en otras latitudes: “que no solo sea conocida en Yucatán; sino también en otras partes de la república; y, ¿por qué no? Del mundo”. 

Cada integrante de la banda tenía conocimiento previo del género, pues se conocieron, contó, en la Orquesta Típica Infantil y Juvenil (OTIJ) que dirige Edgar Tzab. La agrupación nace cuando al director de la OTIJ le llega una invitación para participar en un encuentro en Jalisco; y solamente había cuatro boletos disponibles. 

“Me elige a mí, a la guitarrista Melisa; y a la cantante Josselyn, nosotras tres somos las fundadoras, y nos fuimos a Jalisco”, comentó.

Para Helena, su camino por la trova yucateca comenzó por diversión. Sin embargo, al regresar a Yucatán se percataron de que las Trovadoras del Mayab se posicionaban en el gusto de las audiencias; y ahí el maestro Tzab decidió consolidar la banda.

Además de Jalisco, Las Trovadoras se han presentado en foros de la Ciudad de México (CDMX); Mérida y otros municipios de Yucatán. 

Tras ganar el Premio Estatal de Juventud, la artista comentó que tanto ella como sus compañeras se siente muy emocionadas; y reconoció que no se lo esperaban. 

“Cuando el maestro nos anuncia ‘oigan, chicas, ustedes ganaron’ fue así de ‘¿es enserio?’ porque sabíamos que había otros grupos con más trayectoria que nosotras, pero el hecho de saber que se fijaron en nuestra agrupación nos hizo sentir muy emocionadas. Es un honor”. 

Es un honor ser trovadora

Según Helena, también es un honor ser trovadora en Yucatán, especialmente siendo mujer. Describió su labor como “algo extraño” en el estado, pues la gente está acostumbrada a ver a trovadores como Los Juglares; y otros tríos conocidos.

“Normalmente están conformados por hombres y siendo mujeres notamos ese cambio. Entramos (al mundo de la trova) teniendo como referencia a Las Maya Internacional; y pese a sentirse diferente, eso no le quita lo emocionante”, sentenció.

Además de la cuestión de género, para las integrantes de Trovadoras del Mayab, el incursionar en la música ha sido un proceso difícil a razón de sus actividades cotidianas. Algunas de ellas siguen en la prepa; y otras ya cursan su carrera universitaria.

“Buscar tiempo para ensayar y decir ‘vamos a tocar esto, vamos a armar esto’ es complicado, aunque creo que con el paso del tiempo lo hemos logrado; encontrar esos tiempitos para dedicarnos a lo que nos gusta”, sostuvo.

Al principio, admitió Helena Medina, sintieron nervios al pararse en un escenario, pero esa sensación desapareció cuando vieron que las personas disfrutan de su música. 

“Muchas veces nos han comentado que es muy padre ver que (la trova yucateca) ya no solo se trate de hombres; que vengan más mujeres además de Las Hermanas Núñez y Las Maya Internacional. También estamos Las Trovadoras del Mayab”.

Necesario apoyo

En ocasiones, se puede pensar que la trova es un género que únicamente escuchan las personas mayores. Sobre eso, Helena lamentó que las nuevas generaciones no conozcan mucho de este género tan representativo de la región.

“De hecho nos ha pasado muchas veces con nuestros amigos, cuando les decimos que estamos en una agrupación de trova yucateca; y se te quedan viendo, así como ‘hay que padre, pero ¿qué es eso?’” relató la artista entre risas.

En ese sentido, la bajista del conjunto destacó que, uno de sus objetivos radica en que más generaciones -sobre todo las más jóvenes- conozcan la trova yucateca, la cual considera esencial para la vida cultural del estado.

A la trova yucateca, opinó, le hace falta apoyo para que más gente pueda conocerla: “que no se quede entre las mismas personas que la escuchan diariamente, sino que sea algo que se reproduzca en la radio junto con las canciones nuevas. Que no se quede estancada”.

Actualmente, compartió, Las Trovadoras del Mayab se están tomando un breve descanso luego de que, al volver a la “normalidad” luego de la pandemia del Covid-19, se han presentado en numerosos foros.

“Nuestra meta del próximo año es irnos a Colombia, tenemos la invitación. Queremos tener más difusión, pues no tenemos suficiente dinero para comprar el boleto; y estaremos trabajando en eso el resto del año”, adelantó.

El legado de Las Maya

Para las integrantes de Las Trovadoras del Mayab, recalcó Helena Medina, lo más importante es continuar con el legado que dejaron Las Maya Internacional en su vasta trayectoria. 

“Como ellas eran una agrupación de mujeres, al maestro (Edgar Tzab) se le ocurrió que, si ellas pudieron tener su agrupación y ser un éxito, nosotras también”. De ahí, contó, surgió el impulso que le dieron para poder echar a andar el proyecto.

Finalmente, a las mujeres interesadas en incursionar en el género de la trova yucateca, Helena Medina les envió un mensaje:

“Todo es posible. No piensen en la trova como algo antiguo o que se está perdiendo, porque todavía tenemos esta pequeña llamita de esperanza que puede hacer que la trova vuelva a resurgir”, concluyó.

Edición: Laura Espejo