La tarde de este miércoles de Día de Muertos en Mérida, el Cementerio General se bañó con la lluvia originada por el huracán Lisa. En contraste con la afluencia que registró durante la mañana, los oferentes del panteón lamentaron el diluvio que propició una baja considerable en sus ventas.
Pese a las esperanzas que existían en torno al último día de los finados -dedicado a las personas adultas- la venta para tenderos, floristas y otros prestadores de servicios no fue la esperada; aunque sí superó a las del año pasado, cuando los estragos de la pandemia eran más tangibles.
Los floristas que flanquean las entradas del camposanto lucen caras largas mientras contemplan los nubarrones que se dibujan al horizonte de Mérida, más allá de la calle 66. Su jornada concluirá antes de lo esperado a razón de la lluvia que se aproxima.
“Pudo haber estado mejor”, comentó una de las floristas con respecto a la actividad que esperaban este año. Luego de los “días fuertes” las emprendedoras únicamente buscan recuperar su inversión, lo que en apariencia no sucederá en esta ocasión, ya que hay poca gente.
Fue poco antes de las 16 horas cuando la ventisca asomó por el Panteón Florido ahuyentando a quienes acudieron a visitar a sus seres queridos. De ahí, se siguió hasta un Cementerio General que lucía semivacío luego de una jornada relativamente concurrida.
La precipitación tomó por sorpresa a algunas personas que rodeaban las tumbas de sus allegados para dar paso a una desorientada huida entre criptas y mausoleos. No abundan los sitios en donde guarecerse del agua en el Cementerio General de Mérida.
Tras casi una hora, el aguacero cedió y las floristas comenzaron a levantar rosas y gladiolas, pues el cementerio cerrará en pocos minutos. La encargada de la tienda hizo lo propio y la policía comenzó con sus rondines por las arterias del lugar.
A decir de quienes pueblan los alrededores del complejo, el comercio en el Cementerio General de Mérida todavía no alcanza los niveles que acostumbraba. “¿Mejor que el año pasado? Sí. Pero todavía falta”, reconoció una vendedora mientras se alejaba, sobre la 66.
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