La estructura tradicional de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) perpetúa la permanencia de hombres al frente de la Rectoría y puestos directivos en la casa de estudios, indicó Gina Villagómez Valdés, investigadora del Centro Dr. Hideyo Noguchi, de UADY.
De acuerdo con la académica, la universidad todavía no está preparada para tener a una mujer rectora, ya que así como está organizada la escuela, se prioriza a los hombres en los cargos de niveles altos y no se les abre las puertas ni las oportunidades a las mujeres para llegar a ocupar estos sitios de poder, mucho menos la rectoría.
La doctora en antropología social indicó que es necesario romper con estas estructuras que benefician sólo a los hombres, que haya igualdad de condiciones en las elecciones y que se garantice que las mujeres puedan participar en los procesos para poder ser rectoras u ocupar algún cargo de primer nivel dentro de la institución
La semana pasada, otro hombre, Carlos Alberto Estrada Pinto fue elegido por el Consejo Universitario como rector de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) para el periodo 2023-2026, en sustitución de José de Jesús Williams, quien estuvo en el cargo desde 2015.
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Para este proceso participaron tres hombres y ninguna mujer, al respecto, el nuevo rector comentó que "no se animó ninguna mujer a participar".
“La convocatoria está completamente abierta, me hubiera gustado mucho que hubiera participación de mujeres, finalmente no se animó ninguna mujer a participar”, subrayó.
“Pronto se nos va a dar el caso de que tengamos una mujer al frente de la universidad”, dijo.
Villagómez Valdés es clara: “La universidad no está preparada para tener a una mujer rectora”; no obstante, esto no se debe a la falta de preparación de las mujeres, sino a otros factores. Por ejemplo, mencionó que los puestos más importantes están asignados, por tradición, exclusivamente a hombres.
Con excepción, precisó, que recientemente una mujer, la doctora Celia Rosado, ocupa el cargo de secretaria general de la Universidad, pero en todos los demás espacios y direcciones están en manos de hombres.
Entonces, explicó que, durante años, estos cargos importantes son la “antesala” para poder ser rectores en un futuro; los cuales son destinados a los hombres, por lo tanto, las mujeres quedan relegadas.
Es una tradición dentro de la UADY, indicó, que haya una propuesta cupular para saber quiénes serán los candidatos desde antes y que se va midiendo con el tiempo, todos hombres, añadió.
“Mientras no haya puestos para mujeres en posiciones de primer nivel, difícilmente van a tener acceso a aspirar a una candidatura”, subrayó. No se abren los espacios, no se les invita a las mujeres, agregó.
Aunado a esto, según expuso la Gina Villagómez, durante años se ha normalizado la ausencia de mujeres en estos espacios de decisión y no se cuestiona esta situación; además, muchas mujeres, al tener miedo de perder sus empleos, o al observar que existen todas estas barreras, se autolimitan.
“Está tan normalizado que los hombres ocupan estos puestos, que están a cargo que las mismas mujeres no aspiran a estos puestos”, subrayó.
Estrada Pinto dijo que ninguna mujer se animó, pero Villagómez Valdés indicó que seguramente no se les apoyó para que puedan postularse; ni se han creado las condiciones para que ocupen puestos directivos ni de primer nivel. “Las mujeres no aspiran porque saben que no van a ser apoyadas, ni se les anima ni motiva para ser parte de una terna”, expuso.
En su caso, una académica con más de 40 años en la institución, no se animaría a ser candidata para ser rectora por todos estos obstáculos. “No se nos pasa la idea de ponernos en una lucha política porque las estructuras en la universidad todavía tienen normalizada la participación sólo de los hombres”, indicó.
También, indicó que los hombres tienen puestos más importantes porque cuentan con más oportunidades de estudiar posgrados, dedicarse a la investigación, ascender en el organigrama a diferencia de las mujeres, pues muchos tienen a cargo las labores del hogar, de los hijos y todo el sistema de cuidados, a la par de ser investigadores, docentes. Se trata de un problema de género, declaró.
Para la escritora, debe haber un cambio; la comunidad universitaria -tantos docentes, estudiantes- deben cuestionar este tipo de problemas, por qué no hay mujeres al frente de muchos ámbitos de la UADY, en puestos directivos, incluyendo la rectoría.
Espera que la nueva administración promueva la participación de las mujeres en espacios de toma de decisiones; que esto se vea reflejado, de primera instancia, en el gabinete del nuevo rector de la UADY.
Añadió que debe haber una cuota de participación de mujeres en las elecciones y puestos de poder de manera obligatoria; que haya paridad de género.
Edición: Estefanía Cardeña
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