Buscan concientizar sobre el ruido en Mérida, no sólo en el Centro Histórico

Vecinos denuncian que pese a reglamento persisten problemas y que no sólo extranjeros son los afectados
Foto: Enrique Osorno

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Concientización Contra el Ruido, el colectivo Hagamos Ruido Contra el Ruido ofreció una rueda de prensa para recordar que esta problemática no distingue nacionalidad ni clase social. 

“Es un día que se celebra porque el ruido se ha vuelvo un problema muy grave para las ciudades grandes; y que por desgracia en Mérida ha afectado desde hace mucho tiempo. No ha cedido, sino ha incrementado”, condenaron.

En el centro cultural Amaro las y los quejosos subrayaron la inacción que han tenido las autoridades ante el tema, así como la falta de empatía de vecinos y dueños de negocios, lo que ha provocado, reiteraron, que el problema vaya en aumento.

Carmen May, una de las afectadas, relató que tanto ella como su abuela han vivido junto a uno de establecimientos, lo cual les ha acarreado diversos sinsabores.

No sólo es el caso de bares y cantinas, aclaró, sino también de salas de fiestas talleres y negocios similares.

“El exceso de ruido es un problema serio que puede llevar a niveles altos de estrés, pérdida auditiva, enfermedades cardiovasculares, conflictos entre vecinos y afectaciones a la fauna”, recordó ante los medios de comunicación.

 

Pese a reglamento, problemas persisten

Desde el 2013 se han organizado grupos para hacer frente a esta situación; y a pesar de que en el 2019 se introdujo un nuevo reglamento municipal que prometía regular el ruido, tras su entrada en vigencia, se han presentado 625 quejas por ruido ante el departamento de Desarrollo Urbano.

Esto, aseveró Carmen May, indica que las promesas del ayuntamiento de Mérida para regular el ruido en la ciudad no han cumplido su cometido.

Recalcó que este nuevo reglamento está lejos de ser uno apto para promover la salud, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que los niveles de ruido en áreas residenciales no deben superar los 55 decibeles durante el día; y 45 durante la noche. 

“En áreas como en la que yo vivo el ruido puede sobrepasar los 68 decibeles y muy seguido es mucho más que eso”, mencionó.

 

Afecta a extranjeros y nacionales por igual

La quejosa destacó que, aunque el ayuntamiento continúa alegando que se trata de un problema exclusivo del Centro Histórico; que es sólo de extranjeros y que las quejas son muy pocas: 

“La realidad es que el ruido es un problema presente en toda la ciudad que afecta también a personas locales y nacionales. Las quejas no han disminuido”, recalcó.

En ese sentido, cuestionó si las autoridades pretenden aprovechar la xenofobia presente en la cultura meridana para invalidar la problemática: “Todos sin importar nacionalidad o cualquier otra característica deberíamos poder vivir sin fuentes constantes de ruido afuera de nuestras ventanas”.


Edición: Mirna Abreu


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