Nombre científico: Pagrus pagrus
Tamaño: Aproximadamente 20cm
Peso: Hasta 6 kilos
Color: Depende de la variedad, amarillo y rojo
Alimentación: Algas, crustáceos
Tiempo de vida: 23 a 24 años
El pez pargo (nombre científico Pagrus pagrus) está presente en la península de Yucatán con diferentes representaciones, ya sea el pargo cana (el más común) o el rojo o huachinango.
Tan sólo en 2020, México produjo 5 mil 793 toneladas y hay más de 15 variedades de pargo en el país, según indica la Secretaría de Agricultura.
Gerardo Alberto Sosa Hernández, oceanólogo y líder del proyecto de Arrecife Alacranes, forma parte de la Dirección de Desarrollo Sustentable; comparte en entrevista para La Jornada Maya, que el pez se asocia a la temporada de veda del mero, que es del 1 de febrero al 31 de marzo.
La carne del pez pargo es rica en nutrientes, indicó, pues contiene omega 3, elemento que ayuda a las funciones del cerebro y a mejorar su sistema. También tiene vitamina A y B12, potasio y selenio.
“Tiene una gran cantidad de Omega 3, se lo dan mucho a los niños, es bueno para evitar enfermedades, para la memoria”.
Por la cantidad de proteína y vitaminas, es más recomendable consumir este tipo de pescado que carne de cerdo o res, recalcó.
Su color es rojizo y su cuerpo es ovalado, pero el pargo canané es ligeramente amarillo con aletas del mismo color, miden aproximadamente 20 centímetros y puede llegar a pesar entre 4 y 6 kilos, dijo el experto.
La especie no se encuentra en peligro de dejar de existir, pero se mantiene bajo vigilancia.
El pez se encuentra en algunos arrecifes, cerca de la costa. Su tiempo de vida aproximado es de 23 a 24 años.
Su distribución es bastante amplia, pues están desde el Atlántico hasta Brasil, propios de aguas cálidas de clima tropical.
Principalmente se alimentan de algas, crustáceos, insectos, etc.
Refugios pesqueros
Con el objetivo de tener pez pargo todo el año, desde hace 3 años existen refugios pesqueros en Yucatán. “Quienes llevan este proyecto más avanzado es Celestún con pargo canané”, detalló.
El refugio favorece a los pescadores, pues cuando no encuentran en el mar, saben que cuentan con peces en dicho lugar. Además, reciben seguimiento continuo.
“Los refugios pesqueros son como unas jaulas muy grandes donde cultivan el pargo, lo alimentan y en algún momento, cuando alcanzan el peso y talla adecuada, pescarlos”.
Los pescadores recibieron capacitación para desarrollar el proyecto, así como una guía y asesoramiento.
“Es un proyecto de ellos y para ellos. Los pescadores son los principales beneficiados”, dijo.
En ocasiones, cuando hay mal tiempo o nortes, las personas que pescan no pueden estar en altamar, es cuando recurren a pescar en los refugios.
Como cada viernes, La Jornada Maya te invita a conocer la fauna endémica del sureste mexicano. Aquí te compartimos la colección que tenemos hasta el momento. ¡Disfrútala!
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