Lo que más le gusta pintar a Bruna Vega son los rostros, por ejemplo, el de una virgen que llora.
En un entorno en donde la mayoría de los artistas del graffiti son hombres, Bruna Vega se abre camino para continuar haciendo lo que le gusta a la edad de 23 años.
“La escena artística acá en Yucatán es machista, y hay muchos hombres. Y las pocas mujeres que habemos somos muy buenas, pero literal, muy buenas”.
Además, compartió que en la Ciudad de México ha conocido a más artistas de Mérida que en Yucatán.
“Hay muchísimas mujeres que están pintando aquí mismo en Yucatán, me he topado a muchas morras que son muy buenas en lo que hacen, no necesariamente en el graffiti, pero sí en la pintura, que son de Tahmek, de Ucú”, señala.
La artista recomendó a las jóvenes que quieran incursionar en el mundo del graffiti a creer en su instinto y creer siempre en tu potencial para hacer las cosas. “Uno tiene que creer en sí mismo, nosotros nos damos nuestro primer voto de confianza”, recalcó.
Antes de dedicarse al graffiti, trabajaba en una panadería, pero no tenía tiempo para cuidar a su hijo pequeño.
“Soy mamá soltera y trabajaba para alta cocina, son jornadas de trabajo muy largas, sin embargo, yo tenía ese trabajo porque me pagaban muy bien, Yo me iba y él estaba durmiendo, regresaba y estaba durmiendo”.
Eran jornadas de 14 horas, lo cual no le dejaba tiempo para cuidar a su hijo, Bruna dijo que la misma necesidad hizo que cambie de trabajo, pues su salud también se vió afectada.
A casi un año de haber incursionado en el mundo de la pintura en aerosol, la muralista recibe encargos.
“Para mí el arte es terapéutico, lo hacía porque para mi es relajante”, compartió Bruna.
El primer mural que pintó surge gracias a una invitación del municipio de Umán, de donde es ella, para formar parte de la remodelación del Callejón Romántico junto con otros artistas.
En 2023, la spray painter fue invitada a participar en el South Color Fest Cozumel en donde la idea era hacer una galería urbana en la calle con la realización de diferentes murales.
“Nos invitaron a ser partícipes y colaboramos, no fui la única de Yucatán que fue. Es el proyecto que se llevó mi corazón ese año porque me enseñó mucho y yo soy muy ajena al mundo del graffiti y me enseñó cómo se quieren”.
Para esa ocasión, Bruna pintó un rostro surrealista en colores naranjas y verde turquesa.
Usualmente, la artista es contratada para pintar en casas particulares, pero mantiene un costo fijo de cuota de recuperación para emprendimientos con el objetivo de apoyarlos.
Próximamente, Bruna estará representando a Yucatán en diferentes ciudades gracias a certámenes en los que ha resultado elegida entre diferentes artistas.
Puede consultar el contacto para contrataciones aquí.
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