‘La Pop’, 53 años ofreciendo el servicio de cafetería en el Centro de Mérida

A pesar de su ubicación y del incremento de precios en la zona, el lugar sigue siendo accesible
Foto: Rodrigo Medina

Fundada en 1971, la cafetería Pop es uno de los espacios más representativos de Mérida. Los clientes, los trabajadores, el diseño del interior del lugar y los objetos de uso se han preservado por décadas: la barra, las tazas, las mesas y las sillas permanecen como testigos quietos del irrefrenable movimiento exterior del centro de la ciudad.

Ubicada en la calle 57 por 60 y 62, La Pop, como se conoce popularmente, se inauguró el 18 de abril de 1971. Amira Peniche, Lizbeth Castilla y Gilberto González fueron, en inicio, los tres socios principales. Años después, el negocio quedaría en manos de las dos mujeres, que continúan siendo socias.  

 

Fotos: Rodrigo Medina 

 

Su diseño se inspiró en el Pop Art, movimiento estético que nació en Estados Unidos con Andy Warhol y se popularizó en todo el mundo. La idea del decorado fue de Amira, quien en un viaje a Londres conoció el concepto que ahora caracteriza el lugar.

Las paredes tienen un relieve de curvas grises sobre un fondo blanco, círculos verdes, azules y naranjas. Las mesas son anaranjadas, como las cubiertas de las sillas, que también son verdes.

 

 

“La decoración es ad hoc a la época hippie de los sesentas. Por unos años el diseño llegó tener el color negro, pero no gustó mucho y se cambió el diseño a blanco y gris en las paredes” compartió Alejandro Mena Peniche, actual administrador del café, en entrevista con La Jornada Maya.

 

 

 

La Pop se encuentra a un costado del Edificio Central de la UADY, por lo que en sus primeros años fue lugar predilecto de estudiantes. A lo largo de su historia, y por su ubicación estratégica cerca de teatros y museos, ha sido sitio de reunión para músicos, escritores, periodistas, así como para familias locales y extranjeras.

“Hay gente que nos dice que se acuerda de cuando venía a estudiar a la UADY en el 75. Se sorprenden al entrar y verlo todo como cuando eran jóvenes. Esas mismas personas que traían a sus hijos, ahora vienen con sus nietos”.

 

 

 

Fue el primer restaurante con aire acondicionado en la ciudad, además de los hoteles. En su inicio, este rasgo causó sorpresa en los clientes. Otro de los aspectos distintivos del espacio es el mural tras la barra, un dibujo de tres personajes de peculiar mirada. La ilustración es la portada del álbum Canciones Para Mi América de Quilapayún, agrupación chilena de música folklórica.

Entre los platillos más solicitados en el desayuno están los huevos motuleños, seguido de los chilaquiles. A la hora del almuerzo son el filete a la tampiqueña, el sándwich club y las hamburguesas. Todas las recetas son singulares del restaurante, cosa que distingue su sabor.

 

 

El café es de origen chiapaneco y desde hace años se mantiene la relación con el mismo distribuidor.

“Lo que tratamos de conservar y que nos ha ayudado a permanecer es la calidad y los precios, que ahora se han disparado en otros negocios. Por otra parte, la gente, cuando viene, se siente como en casa. Hay clientes que llegan y ya ni piden, los meseros ya saben qué van a comer porque desayunan y cenan lo mismo”, agregó Alex.

 

 

 

Lee también: Gimnasio en Chembech lleva décadas sobreviviendo al crecimiento de Mérida

 

La fachada es de vidrio, aunque no siempre fue así, anteriormente era de aluminio. La transparencia actual del espacio permite que durante el día sea un rincón para observar el frenético movimiento exterior, bañado por el tenaz brillo del sol.

Otro de los rasgos importantes de la cafetería son sus trabajadoras y trabajadores, muchos llevan laborando ahí por años. Uno de estos fue su conocido mesero, José Luis Aguilar, quien empezó desde joven y que estuvo activo durante 43 años, hasta su fallecimiento en 2015.

 

 

“José Luis tenía una memoria impresionante con los clientes. Le encantaba trabajar aquí. Muchos lo apreciaban, incluso algunos lloraron al enterarse de su muerte. Pidió que se le vistiera con su guayabera de mesero cuando falleció, y así fue, no se me va a olvidar nunca”.

Desde el año 2013, Alejandro está al frente de la administración de la cafetería. Siente una gran responsabilidad de conservar el negocio familiar, tan significativo para él, como para muchos. Recuerda el trabajo arduo que fue sobrevivir a las nueve semanas en las que estuvo cerrada La Pop durante la pandemia. Ahora acepta que hay una cantidad enorme de restaurantes que ha ido incrementando, por lo que la competencia es cada vez mayor.

 

 

“Administrativamente tenía un respaldo de ahorros y con eso nos enfrentamos, ningún empleado fue despedido, se les siguieron pagando sus prestaciones. Tuvimos que adaptarnos a todas las restricciones. Al principio sólo podíamos abrir cinco días, y el horario era hasta la tarde. Fue un proceso difícil”.

 

 

Son tres los rasgos que los clientes recalcan de La Pop: la calidad, el precio y el trato, uno de los pilares más importantes del negocio, la actitud de amabilidad y el compartir cotidiano que los empleados guardan con la concurrencia.

El próximo 18 de abril La Pop cumple 53 años de existencia, tiempo en el que ha logrado conservar su esencia frente al desarrollo exterior. A su lado está el restaurante anexo Pórtico del Peregrino, más enfocado a un público extranjero.
 

Edición Astrid Sánchez 


Lo más reciente

'Huacho': nuevo estilo de comunicar

Editorial

La Jornada Maya

'Huacho': nuevo estilo de comunicar

Inicia campaña nacional de vacunación contra influenza y Covid-19: Esta es la fecha

El objetivo es prevenir las muertes por ambas enfermedades

La Jornada

Inicia campaña nacional de vacunación contra influenza y Covid-19: Esta es la fecha

Claudia y la esperanza

Hay optimismo ante la nueva mandataria, pero con espíritu crítico

Rafael Robles de Benito

Claudia y la esperanza

Quintana Roo cumple 50 años de su fundación

La gobernadora Mara Lezama dirigió un mensaje a ciudadanos y legisladores

La Jornada Maya

Quintana Roo cumple 50 años de su fundación