Rafael Carrillo y su familia llevan más de 300 árboles plantados en Mérida: Esta es su historia

Opina que pese a esfuerzos del ayuntamiento, hace falta la inclusión vecinal en plan de reforestación
Foto: Rafael Carrillo

A Rafael Carrillo el amor a los árboles le viene desde la niñez, gracias a las mujeres que lo rodearon en esta etapa de su vida y le enseñaron la importancia de cuidar de estos seres vivos. Desde el 2008, él y su familia han plantado más de 300 árboles en el poniente de Mérida, y en otras partes de la ciudad, incluso al interior del estado y fuera de él.

Carrillo ha solicitado al ayuntamiento un plan de arborización y piensa que hace falta la inclusión vecinal para llevar a cabo esta tarea.



Foto: Rafael Carrillo

“Crecí viendo a las mujeres de mi familia sembrar y cosechar árboles de guayaba, mango. Las vi regalando plantas. De esta forma empecé, en una casona del barrio de Santiago, ahí empezó el amor a las plantas”, comentó Rafael Carrillo, ingeniero y empresario, en entrevista con La Jornada Maya.

En esta etapa de su existencia, Rafael Carrillo entendió este acercamiento como algo totalmente natural, recuerda haber plantado su primer árbol a la edad de 9 años. De forma sistemática comenzó hace 16 años, cuando plantó un árbol de coco en Cozumel, en conmemoración al nacimiento de su primer hijo. 

Hasta hace pocos meses, Rafael Carrillo y su familia, integrada por su esposa Leonor, su hija Luz Elena y su hijo Rafael, no tenían aire acondicionado por conciencia ecológica. En este año, la temporada de calor los llevó por primera vez en sus vidas a adquirir uno, pero también a redoblar esfuerzos para plantar más ejemplares. 



Foto: Rafael Carrillo

“Le dije a mi esposa, esto es insoportable, vamos a sembrar árboles. Lo empezamos a hacer de forma más consciente, empecé a tratar de rescatar árboles en las alcantarillas, donde sabía que su destino iba a ser que los cortaran”, comentó.

La labor de la familia de Rafael Carrillo comenzó a enfocarse en el cuidado de estos árboles que criaban en casa para después plantarlos en puntos de la ciudad donde pudieran darles seguimiento, incluyendo riego y otros tipos de cuidado. 



Foto: Rafael Carrillo

“Cuando te gusta algo, afinas la vista. Piensas, este árbol está mal acá, o este árbol es nuevo, a éste ya le hicieron algo. El simple hecho de transitar por la calle hace que los vayas ubicando”.

No siempre surge el éxito del hecho de plantar un árbol, cada uno necesita de cuidados específicos, sobre todo cuando acaban de ser trasplantados, ya que sufren estrés hídrico por la pérdida de raíces. 

“Ya tengo ubicadas las áreas de oportunidad. El simple hecho de estar parado en un semáforo y sentir que te caen los rayos del sol, hace que digas: aquí puede haber un arbolito que me resguarde. Entonces, así voy ubicando espacios en la vía pública: parques, camellones. Me he estado informando, no soy experto, fui buscando información, preguntando. De esa forma llegué al departamento del arbolado público”, detalló.



Foto: Rafael Carrillo

Carrillo también ha solicitado por escrito al ayuntamiento de Mérida un plan de arbolado. Reconoce que para realizar la plantación de especies también es necesario informarse. Hay que conocer cómo y dónde colocar ciertos ejemplares que se adecuen al espacio dependiendo el tipo de sus raíces.

El ejemplar que más ha plantado y sembrado es el maculís, está entre sus ejemplares favoritos. También los tamarindos, flores de mayo, jabín, balché, uvas de mar, anacahuitas y hasta  especies introducidas como el nim.

“Es algo sumamente satisfactorio regresar a ellos y ver el porte que ya tienen, si ya están floreciendo o si están dando frutos. Si ya tienen fauna como aves viviendo ahí”.

Esta empresa también le ha dejado algunos sinsabores.

“Por el parque de Chenkú sembré cuatro anacahuitas, están hermosas dando sus frutos y sus flores. Muchas veces me las vandalizaron. Me las cortaban, me las quebraban, hacía bilis. Pero es parte de todo, la gente no tiene el cuidado y las daña, por suerte sobrevivieron”. 

“Quiero que la gente pierda el miedo a sembrar y plantar árboles. No pasa nada. Sólo hay que informarse”.

Para Rafael Carrillo no es suficiente que el ayuntamiento trace un plan de arborización, es necesario que haya inclusión vecinal y educación respecto del valor del medio ambiente. 

“Necesitamos involucrar a la gente, que sienta la necesidad. La gente no cree que nos esté alcanzando el cambio climático”. 

Las colonias en las que ahora podemos ver los muchos árboles que Rafael y su familia han plantado y sembrado son: Limones, Pensiones, Francisco Villa Poniente, Chenkú, así como en el Parque Ecológico del Poniente, en el parque Pedro Infante, e incluso en zonas del oriente del estado de Yucatán. 



Edición: Estefanía Cardeña


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