Cerca de un centenar de trabajadores del Hospital Regional Mérida del ISSSTE -en la colonia Pensiones- se manifestó pacíficamente para exigir la destitución del director del nosocomio, Pablo Flores Salazar; así como insumos médicos de calidad, pues son los que están en la primera línea de combate al COVID-19.
Ivonne Solís Lugo, secretaria general de la sección XXXVI del ISSSTE, acusó a nombre del personal -médico y administrativo- a las autoridades del hospital de no tomar en cuenta sus peticiones, pues es la segunda vez que expresan su descontento por las condiciones de trabajo.
Maltrato, acoso laboral y equipo de protección personal de baja calidad son el pan de cada día para estos trabajadores que temen por su integridad, sobre todo quienes laboran en el área de COVID-19 atendiendo a los 60 pacientes que luchan con la enfermedad en esa clínica.
Los directivos del hospital aseguran que no han recibido reporte alguno sobre desperfectos en el equipo; y garantizan que dotarán a su personal de los insumos adecuados, pero Solís Lugo asegura que esto es mentira.
“El N95 ni lo conocemos”, añadió en relación a los cubrebocas recomendados para el personal de salud. En lugar de eso, les proporcionaban KN95, que según expuso, se trata de una imitación de manufactura asiática, aunque “ahora ya ni eso”, sino les dan unos con sello falso para cumplir con la normativa.
Relató que hoy, alrededor de las 9 horas, trabajadores de medicina interna y cirugía no pudieron acceder a relevar a sus compañeros, pues no había equipo de protección. Tras una jornada laboral de 14 horas -o más- consideró que este trato es inhumano.
La secretaria aseguró que el ISSSTE de Pensiones está saturado; aunque aclaró que sí se podría atender a más contagiados si se tuvieran elementos como camas; colchones; oxímetros; ventiladores; y sobre todo personal médico, porque ya no se dan abasto.
En ese sentido, lamentó que 40 de sus compañeros hayan resultado positivos a COVID-19; e informó que tres de ellos han requerido ingresar a un hospital. Al día de hoy uno de ellos ya falleció a causa de este mal.
Además de la destitución de Flores Salazar, piden el remplazo de la coordinadora de enfermería Rosa González Escamilla; de la subdirectora administrativa, Mariana Fernández Mena; y de la subjefa Wilma Canul Sosa, debido a su trato déspota.
Asimismo, solicitan la intervención del órgano de control del ISSSTE a nivel federal, pues señaló que al estatal “le apodan el amigo” basan su proceder en favoritismos. Solís Lugo advirtió que, de no cumplir con sus peticiones, el personal de ese nosocomio continuará en la lucha por sus derechos laborales.
Edición: Elsa Torres
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