No hay recursos para campesinos yucatecos, responde gobierno federal

Nosotros estamos prácticamente en el olvido, indican ejidatarios de Mesatunich
Foto: Gobierno del Estado

El paso de la tormenta tropical Cristóbal por Yucatán provocó la pérdida del 85 por ciento de los cultivos en el estado. Al respecto, el gobernador Mauricio Vila Dosal acudió a instancias federales para solicitar apoyo en beneficio de los campesinos afectados, pero la respuesta fue que no hay recursos, además de que el seguro para responder a las pérdidas agrícolas no fue contratado este año.

“Desde que inició la tormenta tropical Cristóbal, el 1 de junio, no hemos podido sembrar nada, ahora las tierras están casi secas pero estamos esperando a ver cómo caen la lluvias para decidir si podemos sembrar soya, de lo contrario, solicitaremos créditos para sembrar sorgo”, expresó Manuela Dzul Uc, propietaria de seis hectáreas y comisaria ejidal del Ejido de Mesatunich, ubicado a unos 90 kilómetros al sur de Tekax, al referirse a las consecuencias que dejó en la zona la tormenta.

De acuerdo con reportes preliminares, la pérdida total contabilizada por el paso de Cristóbal es de más de5 mil 422 millones de pesos, de los cuales, 2 mil 66 corresponden al sector agropecuario, donde se perdieron 95 mil hectáreas.

Nueve de cada 10 personas afectadas producen para el autoconsumo y 60 por ciento pertenecen a la comunidad maya.

Las pérdidas, además, se calculan en mil 389 millones para el sector vivienda y mil 968 millones en infraestructura, según informó el gobierno del estado a través de un comunicado.

Dzul Uc comentó que antes que llegara el meteoro habían plantado 30 hectáreas, de las 100 que tiene el ejido, con calabaza y maíz, “pero la tormenta se llevó todo y no nos dio tiempo a sembrar las otras 70 hectáreas. Nosotros estamos prácticamente en el olvido, no hemos recibido ningún tipo de ayuda”, abundó. La razón, según la productora, es porque hace unos 18 años la mayoría de los ejidatarios vivía en la zona, pero cuando llegó el huracán Isidoro (septiembre de 2002) las tierras se inundaron y gran parte de la gente se refugió en Tekax; el agua tardó tres meses en bajar, y la gran mayoría de los ejidatarios no regresó a vivir allí.

“Si bien casi todos residimos en Tekax, vivimos del campo y trabajamos las 100 hectáreas del ejido, que son tierras mecanizadas”, comentó.

Con relación a los apoyos, aseguró que ni despensas han recibido y lo mismo para las viviendas, “porque con respecto a las casas nos dijeron que no calificamos para el Fonden (Fondo Nacional de Desastres Naturales). Yo tengo una casa de láminas de zinc forrada en madera y nos informaron que ese tipo de casa no califica, pero eso es lo que nosotros podemos construir”.

Visita a Tekax

Vila Dosal le solicitó al titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Villalobos Arámbula, se contemplen recursos federales a fin de impulsar la reactivación del campo yucateco y respaldar a las familias que dependen de esa actividad, sin embargo, el funcionario federal sostuvo que su dependencia no cuenta con los recursos para apoyar a los campesinos yucatecos, dio a conocer el gobierno estatal en un comunicado el pasado 18 de julio.

El gobernador realizó el mismo planteamiento, la semana pasada, al secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) del gobierno federal, Román Meyer Falcón, en el sentido que el Fonden no está considerando a las familias yucatecas, cuyas casas se vieron resultaron con daños, ya que de los más de mil 700 millones de pesos de daños en vivienda que reportaron los alcaldes de los municipios afectados, el Fonden únicamente reconoció 14 millones de pesos.

Según declaró el alcalde de Tekax, Diego Ávila Romero, a mediados de junio de este año, Aurora Muñoz, la representante de Sedatu de la Ciudad de México, y personal de esa dependencia, realizó una verificación en la zona afectada, pero el Fonden no considera las viviendas precarias, según porque no cumplen con los criterios establecidos en el programa.

Lo mismo ocurrió con las vialidades, dañadas por las tormentas; de 42 calles, sólo dos calificaron para ser evaluadas, porque el Fonden sólo apoya vialidades altamente transitadas.

“Los criterios con los que venían para evaluar eran muy estrictos, y lamentablemente parecía como que no querían ayudar; ya vimos al gobernador que ha estado yendo y le dicen que no hay dinero, y la verdad es que hay mucha afectación”, sostuvo Ávila.

El campo ha sido el sector más gravemente afectado “puesto que para la recuperación paulatina se requiere de una gran inversión no sólo en semillas y fertilizantes, sino también en herramientas, reparación de sistemas de riego o en algunos casos adquisición de equipo totalmente nuevo, perforación de pozos nuevos, adquisición de cajas, equipo apícola, compra de animales para repoblamiento, y lo más importante, la mano de obra”.

Tekax tiene una población de 42 mil 440 habitantes, 26 por ciento de la cual depende directamente de actividades agrícolas, según el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2015, es decir, más de 11 mil personas, en su mayoría, población indígena.

“Tenemos 64 comunidades, de las cuales 36 resultaron gravemente afectadas por la tormenta Cristóbal, es decir, 56 por ciento del municipio”, abundó el presidente municipal.

Solicitud del Ejecutivo estatal

El gobierno de Yucatán solicitó al Fonden que se incorporara a los Subcomités de Evaluación de Daños un subcomité para el tema agrícola, lo cual fue rechazado alegando que este rubro no se encuentra contemplado para el apoyo.

Aunado a esta situación, el gobierno federal canceló este año el seguro catastrófico de Yucatán, el cual permitía apoyar a los pequeños productores con sus cultivos en caso de resultar afectados por fenómenos climatológicos como sequías, vientos, trombas, inundaciones o huracanes, por lo que los hombres de campo no cuentan con ese respaldo, quedando aún más desamparados ante las afectaciones sufridas.

En su exposición a la Sedatu, Vila Dosal explicó que la casa tradicional maya de paja y las que tienen techo de lámina no fueron consideradas por el Fonden, pues ese fondo alega que estas viviendas no tienen estructura y los daños se deben a falta de mantenimiento.

Tras presentar el reporte de daños que registran más de 17 mil viviendas en 75 municipios de Yucatán, Vila Dosal puntualizó que la mayoría de quienes habitan ese tipo de casas viven en pobreza extrema, por lo que su situación se agrava más, además de señalar que las reglas de operación del Fonden están hechas para atender afectaciones por sismos y huracanes, pero no para inundaciones.

Las inundaciones causaron daños en pisos, cimentaciones, puertas, sistema eléctrico y drenaje en las viviendas. En otros casos, las paredes de las casas son de piedra y el techo de lámina, pero no fueron consideradas ya que el personal de la Sedatu indicó que las afectaciones se deben a que el sistema constructivo fue malo, cuando muchas son de autoconstrucción porque sus propietarios son de escasos recursos.

Respecto a la casa maya tradicional, Vila Dosal detalló que éstas son construidas a base de huano y palo, mientras que los acabados de las paredes son de lodo y pasto, pero el Fonden consideró que este tipo de vivienda no cumplía con los criterios para recibir apoyo, aunque muchas de ellas sufrieron graves daños y prácticamente son el único patrimonio de las familias.

La vida actual 

Mientras tanto algunos campesinos se han refugiado con parientes. “En mi caso personal tenemos una casita aquí en Tekax y estoy ayudando a mis hermanos que tienen pequeños negocios de comida, mientras mi esposo busca otros trabajitos para subsistir. La mayoría se ha ido a trabajar de albañil o en lo que encuentra”, detalló Dzul Uc. 

“Nosotros vivimos del campo y algunos rentan sus tierras. Por ejemplo, mis hermanos rentan tierras y luego que recogen la cosecha, pagan el alquiler, para que esas tierras no queden abandonadas y no se las vendan a los menonitas que nos están invadiendo. Los ejidatarios ya les hemos dicho que no queremos que vengan a sembrar soya transgénica en nuestras tierras”, explicó.

En Yaxcabá

El agricultor Gustavo Pat Uicab, de Kancabdzonot, municipio de Yaxcabá, comentó que perdió sus cultivos de calabaza, maíz, frijol, lenteja, ibes y sandía, que sembró a mediados de mayo; un total de cinco hectáreas que destruyó la tormenta Cristóbal.

“Sin embargo a mediados de junio resembramos las mismas cantidades, pero no dio los resultados esperados debido a que los residuos que dejó la tormenta afectó a la nueva siembra, causando la putrefacción de las semillas y aparecieron plagas como gusanos, por lo que esa cosecha se perdió también”, expresó Pat, de 68 años de edad.

 

Edición : Elsa Torres


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