No hubo fraude en Crecicuentas

Eduardo Lliteras Sentíes
La Jornada Maya

23 de noviembre, 2015

Uno de los principales protagonistas del complicado caso Crecicuentas, en el cual fueron afectados más de 700 ahorradores pero sólo 217 levantaron denuncia, da su versión de los hechos. Hay un perjudicado político importante: el actual secretario de Educación Víctor Caballero Durán, y por lo menos una muerte asociada al caso, debido a la angustia, según cuenta Ángel Flores, hijo de la víctima: “Mi madre, Isabel Ruiz Morales, desde su infancia tuvo el sueño de ahorrar medio millón de pesos. Como maestra se dedicó a trabajar y juntar ese dinero, que depositó en Crecicuentas. Por eso cuando se enteró que lo había perdido, cayó en depresión y a los seis meses falleció”.

Jorge Argáez López, fundador de la caja de ahorros Crecicuentas, se sentó a escribir para dar su versión del enredo familiar, judicial y económico que desembocó en la quiebra de dicha empresa, en perjuicio de centenares de personas y familias en Yucatán. “La peligrosa mezcla de ignorancia y ambición, terminaron por imponerse a la lucha empresarial”. En el libro, titulado Los nombres detrás de Crecicuentas. Mitos, mentiras y realidades, soluciones y problemas, explica cómo se separó de la dirección de Crecicuentas en un acuerdo familiar que después culminó en un enfrentamiento con dos de sus hermanos, Miguel y Claudia Argáez López, quienes tienen en sus manos todavía la cartera vencida y por cobrar de la caja de ahorros.

[h2]Nombres en las sombras[/h2]

Los nombres en las sombras incluyen a un grupo de trabajadores de Crecicuentas que minaron a la empresa desde adentro, haciendo uso de información confidencial para poner en pie sus propias cajas, Credimayab y Capital Yucateco, sembrando el pánico entre los ahorradores. Se trata de David Loría Camino, actual presidente del Consejo de Credimayab y ex gerente de la sucursal Carranza; Nayeli Palacios Chávez, ex gerente de Mercadotecnia de Crecicuentas, hoy titular de la Unidad Especializada de Credimayab; así como de Wilberth Luna Martín, quien se desempeñaba como contador general y es hoy secretario de Administración y director administrativo de Credimayab; Juan Cámara Martín, ex gerente de sucursal, ahora miembro del Consejo de Administración de Credimayab. Hay que incluir a Saúl Chi Suárez, ex investigador de mesa de control, ahora miembro del Consejo de Administración de Credimayab, y a Jorge Rivero Huchim, ex Consejero de Administración de Crecicuentas y ahora directivo de Capital Yucateco.

Argáez López nos explicó personalmente, en entrevista, que “nunca fue el objetivo ni de mi persona, ni de los directivos, ni de los inversionistas, cometer algún ilícito. Por el contrario, queríamos ser una empresa de referencia. Esa era la motivación principal”, asegura.

El fundador de Crecicuentas indica “que cientos de ahorradores se quedaron sin su patrimonio gracias al pánico promovido por los propios medios de comunicación”, a los que acusa de haber “difundido, entre otras mentiras, la falsedad de que Crecicuentas no contaba con autorización” oficial para operar”. Además, afirma que la “falta de liquidez fue manejada en medios como fraude, lo que se manifestó como pánico bancario y condujo al colapso de la cooperativa”.

Y puntualiza: “Fueron principalmente tres situaciones las que originaron la falta de liquidez: 1) La estrategia de 2010 se caracterizó por la adquisición de las propiedades usadas como sucursales, para convertir el gasto en renta en inversión en imagen corporativa; lo que provocó que mucho del recurso en bancos, se dirigiera a este fin; 2) la falta de capacidad de la administración de los Argáez López (Miguel y Claudia) para generar valor, ya que no se captaban los suficientes recursos ni se colocaban adecuadamente; 3) la salida masiva de ahorradores a las cajas creadas por Jorge Rivero Huchim y David Loría Camino, es decir, a Capital Yucateco y Credimayab, las que abrieron sus puertas en 2011 en Mérida y Oxkutzcab, donde operaban las sucursales más exitosas de Crecicuentas.

[h2]Asesores de las abuelas[/h2]

Particularmente, estos dos actores han permanecido en las sombras, operando sin ser cuestionados. Jorge Rivero Huchim y David Loría Camino sangraron a la empresa, además de haber esparcido el rumor de la quiebra. “Ahora aparecen asesorando a muchos de quienes han sido perjudicados con la caída en impago de Crecicuentas, curiosamente”.

David Loría Camino, dice Jorge Argáez, no sólo provocó el pánico bancario que dejara a cientos de familias en desgracia, sino que además actualmente opera tras bambalinas el movimiento de las Abuelas de la Plaza Grande, usando la desgracia de dichas personas en beneficio de su empresa y su ego, asegura.

Explica en su libro que “el grupo de las Abuelas de la Plaza Grande tiene como abogado al contador Wilberth Alberto Luna Martín, quien como señalamos, es parte del Consejo de Administración de Credimayab, empresa creada en 2011 por David Loría Camino. Credimayab se instaló a 2 esquinas de la sucursal de Carranza de Crecicuentas, y en el mismo local que ocupaba Crecicuentas en Oxkutzcab”.

Al momento del conflicto en 2012, la empresa contaba con alrededor de 50 millones de pesos en cartera vigente, 30 millones de cartera vencida, 20 millones en propiedades y 127 millones en captación (ahorro e inversión), afirma.

Jorge Argáez, quien asegura no haberse quedado con dinero de los ahorradores ni de Crecicuentas, y estar ahora pasando apuros económicos, explica que “los ahorradores entraron en pánico pidiendo el retiro de sus ahorros por diversas causas. Ninguno alegó el miedo. En 2012 todavía podía salvarse la empresa, había al menos 40 millones de pesos en cartera y otros 20 millones en propiedades e hipotecas a favor de la empresa. En ese entonces me reuní con Miguel y Claudia para pedirles que dieran la cara y que manifestaran que no se trataba de una falta de solvencia o un fraude, sino de falta de liquidez”.

Sin embargo, Loría Camino, tras realizar varias reuniones en Credimayab, ofreció asesoría legal por cada denuncia penal interpuesta. Tanto Credimayab como Capital Yucateco hicieron por convencer a los ahorradores de que efectivamente había un fraude y de que el principal responsable era Jorge Argáez López. Pero el camino correcto para que cobraran las familias y los ahorradores de Crecicuentas era que hubieran aceptado los pagos a plazos, incluso a 4 años.

“El presunto fraude del que todos hablan nunca existió. Al día de hoy puedo decir: ni mi persona, ni Miguel o Claudia Argáez, retiraron recursos de la empresa para beneficio personal. Incluso puedo decir lo mismo de Jorge Rivero Huchim y David Loría Camino”.

Respecto al gobierno del estado y la administración de Rolando Zapata Bello, afirma que aun cuando era evidente que no había fraude, se envió la instrucción al juez sexto de lo penal para girar órdenes de aprehensión, que fueron obedecidas de inmediato. Sin embargo, un juez federal dictó la libertad por falta de elementos. En el presente, los expedientes obran en la PGR ya que la Fiscalía General del Estado se deshizo del paquete.

Jorge Argáez López insiste en que “Loría Camino llegó al extremo de cobrar a través de sus abogados la asesoría para demandarme, afirmando que me llevé 500 millones de pesos e involucrando al ex secretario de Gobierno, Víctor Caballero Durán y al gobernador Rolando Zapata Bello, para manipular la percepción de la sociedad de que sí existió fraude”.

Además, en el libro envía un mensaje al panista, Daniel Ávila Ruíz, en el que le dice: "hace unos meses, después de enterarme que el senador Daniel Ávila Ruiz había presentado una denuncia contra mi persona, en donde manifiesta mentiras como si de verdad fuera testigo o como si me conociera, decidí escribirle un correo que no envié en su momento. Con esta publicación, podrá medio orientarse en el caso".

En el caso de Crecicuentas falta mucho por conocer. Si no se ha tocado el dinero, ¿pueden retirarlo los ahorradores? ¿Se han tomado medidas para que no ocurra lo mismo en las nuevas cajas de ahorro? Y a todas estas, ¿qué dicen el actual secretario de Educación de que se le haya implicado en el asunto?