Paul Antoine Matos
La Jornada Maya
Foto AACC ORGFAS yéetel ANTA-BALAM

6 de noviembre, 2015

Un jaguar macho adulto es el punto central de un juicio de amparo que enfrenta a cinco comunidades mayas del oriente de Yucatán y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), cuyo titular a nivel federal es Rafael Pacchiano Alamán.

Las comunidades mayas han pedido al jaguar en custodia, para protegerlo y cuidarlo a través de un encierro digno; mientras que la Semarnat contempla la posibilidad de reubicar al felino y liberarlo, lo que implica el riesgo de que incursione nuevamente en zonas habitadas y sea cazado.

Juan Carlos Fáller Menéndez, asesor de las comunidades y especialista en conservación del jaguar, y Jaime Raúl García Delgado, abogado defensor, explicaron a La Jornada Maya el porqué interponer un amparo para que el jaguar no sea movido, por el momento, de donde se encuentra actualmente: el Centro de Investigación de Vida Silvestre (CIVS) “San Bartolomé Tekax”, en Tekax, Yucatán, dependiente de la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS-Semarnat).

Fáller Menéndez expresó que “el jaguar vivía originalmente en Quintana Roo, en la selva central, a la altura de Playa del Carmen. Al iniciar la construcción de una carretera en esa zona, el felino se movió hasta acercarse al área habitada del destino turístico, estableciendo allí su territorio. Una vez en los linderos de Playa del Carmen, empezó a alimentarse de perros callejeros, e inclusive incursionó en los patios de algunas casas de una colonia periférica, lo que alertó a los habitantes de la zona”.

“Fue capturado el 12 de octubre del año pasado y reubicado tres días después en el Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, al norponiente de la ciudad de Cancún, y a unos 20 kilómetros al oriente de Solferino, con autorización de la DGVS-Semarnat. Además se le colocó un collar que permitía que sus movimientos fueran monitoreados”.

“En una semana, el felino cruzó la frontera que separa a Quintana Roo de Yucatán e ingresó al municipio de Tizimín, para instalarse cerca de los poblados de San Pedro Bacab, Nuevo León, El Limonar, Santa María Pixoy y Tesoco Nuevo. Entre diciembre del 2014 y mayo del 2015, se registraron al menos 17 ataques a animales domésticos en los alrededores de dichas comunidades , causando la muerte de 49 borregos, 7 perros y 25 aves de corral”.

“Aun con el peligro del jaguar merodeando sus hogares, los habitantes de las comunidades decidieron, a petición del juez maya Carlos Ku Choc, evitar dañar al animal, y recurrieron, con apoyo de la Asociación Pro Comunidades Mayas, a las instancias federales para recapturarlo”.

“Fue hasta el 18 de junio cuando las autoridades federales otorgaron el permiso para recapturar al felino. Un día después fue atrapado y se le trasladó al CIVS ‘San Bartolomé Tekax’, ubicado en Tekax, donde se le mantiene encerrado hasta el día de hoy”.

“A pesar de que el jaguar merodeó sus viviendas y atacó a sus animales domésticos, las cinco comunidades mayas decidieron defenderlo, ya que el felino es parte fundamental de su cultura”.

Unidad después del caos

“Para los mayas, el jaguar es símbolo del protector de los pueblos, que primero trae caos y desorden para después alcanzar la unión, algo que sucedió con las cinco comunidades que primero se enfrentaron al temor al felino y después se aliaron para protegerlo y concebir la idea de construir un santuario donde mantenerlo en un encierro digno”, explicó Faller Menéndez.

“Sin embargo, la DGVS planea liberar al jaguar fuera del territorio yucateco; se habla de Laguna de Términos, en Campeche, e incluso del estado de Sonora”.

[h1]El jaguar como parte de su cosmogonía[/h1]

“Las comunidades mayas decidieron evitar el traslado a través de un amparo, interpuesto por el juez maya Carlos Ku Choc el 9 de octubre pasado, en contra de cualquier orden de traslado del felino porque éste posee un significado especial en su cultura y cosmogonía. El jaguar es la primera víctima de la devastación de la selva. También por eso han decidido protegerlo. Nunca atacó a una persona, lo cual es distintivo de la especie Panthera onca, misma que suele ser respetuosa del ámbito humano”.

El argumento de las comunidades demandantes es que una nueva liberación del jaguar “representa un peligro de que lo priven de la vida y con ello se perdería uno de los símbolos divinos más significativos de su identidad cultural como pueblo originario, sin que las autoridades los hayan consultado al respecto”.
Como defensa del argumento, se utiliza el Convenio 169 Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, firmado por México en 1990, donde el artículo 5 obliga a que los Estados firmantes reconozcan los valores y las prácticas sociales, culturales, religiosas y espirituales de los pueblos.

Para probar sus puntos, las comunidades solicitaron que un perito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sea designado para corroborar los significados religiosos y culturales del jaguar, o balam, nombre por el que se le conoce en maya.

El vocero expresó que “a través del proceso legal, los pobladores de las comunidades tizimileñas mencionadas enfatizan su derecho a ser consultados sobre el futuro del jaguar, al cual también señalan como factor para equilibrar la naturaleza, siendo en los hechos también un aliado de los campesinos, ya que se alimenta de animales que dañan las milpas, como coatíes, pecaríes, mapaches y otros más”.

“Se ha propuesto que el encierro que se construya en tierras de dichas comunidades sea la parte inicial de un proyecto mayor que incluya todos los aspectos materiales, culturales y sagrados para la preservación integral de la biodiversidad de la región”.

“En relación con ello, ya se ha acordado la conformación de comités de vigilancia ambiental participativa, como un medio para proteger organizadamente la selva y su biodiversidad, en coordinación con las autoridades gubernamentales”.

“Cuidar y proteger al jaguar, que es uno de los principales representantes de la biodiversidad peninsular, representa una oportunidad para el desarrollo económico y cultural de estas comunidades, y para conservar sus tradiciones y su identidad”.

El abogado Jaime Raúl García Delgado explicó la situación del proceso legal de la solicitud de amparo, en el que se les otorgó una suspensión provisional del acto, es decir, el jaguar no podrá ser movido del CIVS de Tekax, en lo que se resuelve la suspensión definitiva, que impediría el traslado del felino durante el juicio de amparo.

Las comunidades tizimileñas decidieron recurrir al amparo como último recurso, debido a que desde mediados del mes de julio pasado le enviaron una carta al presidente Peña Nieto explicándole el caso y solicitando la custodia del jaguar, pero la carta nunca fue respondida. A principios del mes de octubre se enteraron de los planes de la Semarnat para llevarse al felino de Yucatán con el fin de liberarlo nuevamente, y es por ello que, ante el peligro que ello significaba para el jaguar, se decidieron a proceder legalmente.




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