Hay locuras para la esperanza

La Jornada Maya
Enrique Martín Briceño
Foto cortesía Margarita Jiménez

4 de noviembre, 2015


[i]Hay locuras para la esperanza[/i]
Silvio Rodríguez

Desde ayer y hasta el próximo domingo se lleva a cabo en Mérida,y varios municipios yucatecos, la XV edición del Festival Internacional de Coros de Yucatán, un encuentro que reúne en el estado a decenas de directores y coralistas de nuestro país y de varias naciones de Iberoamérica. En esta ocasión, además de conciertos de gala y conciertos didácticos, el encuentro coral creado en 1993 por Néstor Rodríguez incluye talleres impartidos por prestigiados directores y compositores y un simposio sobre los festivales de coros que se realizan en la república. Con justicia puede llamársele la fiesta coral de México, por la influencia que ha tenido en el país y más allá de sus fronteras, así como por la calidad de sus participantes.

Pudiera parecer raro que un festival de provincia reclame el apellido “de México”, que suelen adjudicarse con desenfado agrupaciones e instituciones ubicadas en la capital del país. Quizá también resulte sorprendente que un encuentro de esta naturaleza haya surgido en un estado lejano del centro del poder cultural nacional. Sin embargo, como veremos, el nacimiento y el desarrollo del Festival Internacional de Coros de Yucatán son muestra de que, en muchos casos, la periferia puede dar lecciones al centro.

El Festival Internacional de Coros de Yucatán fue inspirado por el Festival Internacional de Coros de Guayaquil, que anualmente congrega a coros de todo el mundo en esa ciudad de la costa ecuatoriana. “El canto coral hermana a los pueblos” es el lema de ese encuentro no competitivo fundado en 1974 por el director de coros Enrique Gil, y que este año efectuó su XXXVII edición. Fueron precisamente el ambiente de fraternidad y la proyección social de ese festival los elementos que cautivaron a Néstor Rodríguez y al Conjunto Vocal Yucatán (entonces Octeto Vocal Yucatán) cuando en 1992 representaron a México en Guayaquil. No bien regresó a Mérida, el director del Conjunto Vocal (a la sazón subdirector de la Escuela de Música Coral del Gobierno del Estado) se puso a trabajar en la organización de un encuentro semejante al que le había tocado vivir en el Ecuador. En sus palabras, el festival yucateco “es resultado de una locura que lleva ya muchos años; en principio, haberme propuesto hacer un evento de esta magnitud sin que hubiese apoyos económicos establecidos o comprometidos para el efecto”.

Esa locura ha dado frutos: quince ediciones de un encuentro en el que han participado 63 agrupaciones corales y grupos vocales de 14 países, entre los que destacan, por el número y la calidad de sus representantes, Venezuela, Colombia, Cuba y Ecuador. Coros mixtos, corales masculinas, agrupaciones femeninas, coros de niños y grupos vocales (es decir conjuntos en los que hay solo un ejecutante por voz) han ofrecido conciertos lo mismo en el teatro Peón Contreras que en escuelas e iglesias de todo el estado. Varias de esas agrupaciones han obtenido premios internacionales (pongo entre paréntesis, los nombres de sus directores): Tonos Humanos, de Colombia (Cecilia Espinosa); Voces Oscuras de la Universidad Central de Venezuela, núcleo Maracay (César Liendo); Vocal Leo, de Cuba (Corina Campos); Camerata Vocal Sine Nomine, de Cuba (Leonor Suárez), Voz en Punto, de México (José Galván), entre otros.

Según su fundador, el Festival Internacional de Coros de Yucatán “se ha constituido como el evento coral más importante del país y es un referente en el Caribe y Centroamérica; asimismo es uno de los de mayor prestigio en Latinoamérica por la calidad de los grupos que son seleccionados para participar y los directores invitados. Ha sido generador de festivales en México y otros países. Ejemplo de lo anterior es el Festival Enlace, en Guatemala, y también El Caribe y Centroamérica Cantan, de la Federación Coral del Caribe y Centroamérica –cuyas dos primeras ediciones se realizaron en Cancún, Quintana Roo–, por mencionar solamente algunos de los proyectos corales que han nacido motivados por nuestro festival”.

La XV edición del Festival Internacional de Coros de Yucatán está dedicada al grupo anfitrión, el Conjunto Vocal Yucatán, que el 13 de octubre pasado cumplió 30 años. Se distingue de las anteriores por incluir un Campamento de Adiestramiento Coral en el que toman parte como instructores algunos de los directores, compositores y arreglistas de mayor prestigio en Iberoamérica: Lourdes Sánchez (Venezuela), Dante Andreo (Argentina), Josep Prats (España), Jorge Córdoba (México), Corina Campos (Cuba), José Galván (México), Jorge Cózatl (México), Eugenio Auz (Ecuador), Pura Tayson (República Dominicana) y Arturo Velázquez (México). El programa comprende también un simposio sobre los festivales de coros en nuestro país, en el que dialogarán los coordinadores de siete encuentros que tienen lugar en diferentes puntos de México.

¿Qué coros participan en esta edición? De México, los Niños Cantores de Morelia (Hernán Cortés Carrillo) y los grupos vocales Voz en Punto (José Galván) y Vok-6 Ensamble (Arturo Velázquez); de Cuba, el Coro de Cámara Leo (Corina Campos), y de Colombia, Ecovocal Ensamble (Tatiana Pardo). Representan al estado anfitrión el Conjunto Vocal Yucatán (Néstor Rodríguez), los Niños Cantores de Yucatán (Gaspar Gamboa), Voces Claras del Centro Estatal de Bellasw Artes (Margarita Jiménez), Gaudium Dei (María Jesús Pech) y el Coro Académico de la UADY (Cesáreo Chan Sabido). Los conciertos de gala y el simposio podrán verse y escucharse por internet en www. ustream.tv/cannel/festival-internacional-de-coros-merida-yucatan. El programa completo puede consutarse en www.culturayucatan.com.

De 1993 a 2000, aquella locura de Néstor Rodríguez contó con apoyo del Instituto de Cultura Yucatán; de 2001 a 2006, la cuerda administración estatal decidió que estaba de más (Rodríguez fue despedido), pero de 2007 en adelante ha vuelto a contar con recursos estatales y federales. El Festival Internacional de Coros de Yucatán, pues, se ha consolidado y es uno de los que anualmente organiza la Secretaría de la Cultura y las Artes con financiamiento del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. No obstante, conserva su espíritu original, según el cual los grupos participantes cubren sus gastos de traslado y no perciben honorarios. Así, el gusto por cantar, la fraternidad y el compromiso social siguen siendo los ejes de un encuentro que cada año renueva la esperanza de que, algún día, como expresó Schiller en su oda puesta en música por Beethoven, “todos los hombres serán hermanos”

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