Maquillajes y despojos para los mayas

La Jornada Maya
Eduardo Lliteras Sentíes
Foto Rodrígo Díaz Guzmán

18 de octubre, 2015


El país podrá estar sumido en una recesión –no reconocida como tal por las autoridades­­–, con recortes presupuestales tras la privatización de Pemex y con más y más pobres; cada año pero hay funcionarios que quieren ganar más dinero. Digo, ¿quién no?, el problema es que México paga sueldos de los más bajos del mundo; de hambre. Y Yucatán, además, es el estado con los salarios más bajos, o más bien más miserables del país, mientras funcionarios eternizados en cargos públicos exigen más dinero.

En efecto. Este [i]statu quo[/i], esta pax romana, que en Yucatán podríamos definirla como “la paz violenta del lugar más tranquilo del mundo” (Indignación [i]dixit[/i]), mata de hambre, de desnutrición e injusticia a su población maya, a sus campesinos mayas, los que sufren no sólo pobreza extrema sino expropiación violenta de sus tierras desde el poder, opresión política y policiaca, abusos legales y jurídicos, a lo largo y ancho de Yucatán (y de Quintana Roo y Campeche, no se diga) para quitarles sus tierras y su libertad; para arrancarles sus riquezas naturales, de las que han sido guardianes por generaciones.

El saqueo, del que es una muestra lo que sucede en el Ejido Valladolid, incluye el apoyo incondicional a trasnacionales como Monsanto para que cultiven transgénicos en la península de Yucatán, dañando irreversiblemente la producción de miel orgánica de los campesinos mayas; esos mayas que no se ven, ni se les escucha, en los mullidos sillones del carísimo festival gubernamental (Ficmaya) que los usa como propaganda gubernamental.

Como afirma Indignación, “Yucatán es uno de los estados con mayor desnutrición infantil, con mayor desigualdad, con los peores salarios del país, con condiciones laborales de explotación; uno de los estados con mayor índice violencia contra las mujeres al interior del hogar, un estado que ni siquiera se atreve a reconocer los feminicidios como tales, y uno de los estados con mayor número de crímenes de odio por homofobia”.

Pero claro, magistrados y consejeros electorales del Instituto de Procedimientos Electorales y de Participación Ciudadana (IEPAC) y del Tribunal Electoral del Estado de Yucatán (TEEY) quieren un aumento de sueldo. También los magistrados del Poder Judicial del Estado. Todos ya hicieron su cartita y la enviaron al Congreso de Yucatán pidiendo un aumento de 4 por ciento los dos primeros y de 3 por ciento los últimos.

No estaremos en proceso electoral, pero dinero les hace falta, dicen.

Sin embargo, las voces empresariales se alzan para pedir cordura. Por ejemplo, el presidente de la Canacintra, Mario Can Marín, advirtió que los institutos autónomos (incluido el INAIP) “deben apegarse a lo que tienen autorizado y no estar solicitando más (dinero), porque sabemos de las muchas necesidades que tiene el país y el estado”.

Por su parte, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Álvaro Mimenza Aguiar, indicó que no todo en Yucatán es color de rosa, o de oropel, como quieren hacer creer quienes gobiernan.

Veamos: Mimenza señaló que Yucatán necesita incentivos fiscales para creer. Pero el problema, explicó, es que cuando se voltea a ver a Yucatán desde los rascacielos de la capital, las cifras oficiales –como las publicadas en días pasados por la OCDE y replicadas alegremente por el diario [i]El País[/i] –nos hacen ver como un estado que no tiene los niveles de pobreza de otras entidades del país. Pero eso es pura fantasía, que obviamente se traduce en que Yucatán no pueda, por ejemplo, estar considerado dentro de la zona especial y obtener incentivos fiscales. Y eso no gusta a los empresarios.

Como explica Mimenza; si analizamos los números, el estado es el segundo a nivel nacional en desempleo; pero si se le rasca, hay cien mil empleos de 15 horas a las semana, y con eso no se puede vivir. Al menos no lo pueden hacer magistrados y secretarios de gobierno.

Y bueno, explicaba Mimenza, “si tú quitas esas 100 mil personas con apenas 3 horas de trabajo al día, Yucatán precipita en las hermosas estadísticas oficiales y nos vamos hasta abajo, a los últimos lugares”. Además, Yucatán está entre los estados con menor ingreso por persona. Son números que no se ven, que se esconden.

Pero los números reales fueron mostrados al diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, a quien se le pidió que Yucatán pudiera entrar en la zona económica especial.

Y en lo que son peras o manzanas, Pablo Milanés, invitado al llamado Ficmaya, se salió del guión oficial y se solidarizó con la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, provocando molestia entre los funcionarios allí presentes. “Me solidarizo con los 43 de Ayotzinapa: no solamente han mutilado la vida de esos jóvenes sino la educación de un país ... un pueblo culto es un pueblo libre, decía José Martí”, ... así lo dijo Pablo Milanés arrancando fuertes aplausos.

[h1]Greenpeace en Yucatán[/h1]

La demanda directa al gobierno del Yucatán es que reconfigure su política agrícola y que transite a una agricultura ecológica, señaló a Infolliteras, Aleida Lara Galicia, líder del programa Comida sana, tierra sana de Greenpeace.

Entrevistada a bordo del barco Esperanza, de Greenpeace, señaló que durante la reunión con el gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello, a éste “se le pidió apoyar a comunidades campesinas mayas, que son los custodios del sistema milpa y que desafortunadamente se están viendo obligados a implementar prácticas de la agricultura industrial, como el uso de pesticidas y fertilizantes, semillas híbridas, etc.

“Le pedimos al gobernador que tome en cuenta los resolutivos de un foro en que recopilamos la postura de diferentes sectores de la sociedad, de campesinos, de empresarios, de ONG, de investigadores, de consumidores, que básicamente son los principios de la agricultura ecológica. Es lo que dice el documento que le entregamos al gobernador durante su visita al barco de Greenpeace fondeado en Progreso”, explicó.

El gobernador, como se sabe, acudió acompañado por Eduardo Batllori Sanpedro, titular de la Seduma, y por Raúl Godoy Montañez, titular de la nueva Secretaria de Investigación, Innovación y Educación.

Aleida Lara Galicia agregó que “sabemos que tiene muchos retos la península de Yucatán. Nuestra campaña Agricultura sustentable comida sana tierra sana es identificar los principales problemas de la agricultura industrial que está generando la contaminación del agua por el sobreuso de tóxicos, la deforestación, la erosión de la tierra, la pérdida de biodiversidad.

“Sabemos que la península es una región súper diversa, reconocida por sus recursos naturales. El problema que está avanzando es la agricultura mecanizada e industrial por una política del gobierno a nivel nacional, a través de la Sagarpa”, afirmó.

Lara Galicia afirmó que “la Sagarpa está subsidiando este tipo de agricultura y la está reforzando, así como la ganadería. Todo este modelo, lo que está generando es la contaminación del agua. Los contaminantes terminan en el mar y producen zonas muertas por el florecimiento de algas. Se empieza a perder el oxígeno en zonas, en áreas del mar, y esto está afectando la biomasa marina. Por eso el barco Esperanza nos está ayudando a tomar estas muestras para documentar el impacto”.

@infolliteras