Festival de La Rendija

Ricardo E. Tatto
Foto: Facebook La Rendija Teatro
La Jornada Maya

11 de septiembre, 2015

Lunes por la noche. La jornada ha sido larga, pero el día aún no termina ni mucho menos el calor húmedo de septiembre. Aún así, caminando por la 68, uno alcanza a ver un gentío en espera de algo indefinible, arremolinado sobre la banqueta; buscan lo que algunos han dado en llamar experiencia estética; otros, en este caso en particular, lo llaman hecho escénico.

Sea como sea, nos congregamos en la esquina de la 47 para asistir al VI Festival de Teatro de La Rendija, que esta noche presenta “Tadeo o los visitantes”, como parte del segundo día de esta fiesta teatral, que año con año trae a Mérida lo mejor de los exponentes nacionales e internacionales cuidadosamente seleccionados por su directora artística: Raquel Araujo.

Una desgarbada figura camina haciendo gala de movimientos pantomímicos: es un clown, un triste clown que carga un fardo lleno de cachivaches como quien arrastra un pesar por la por las calles, por la vida. Así comienza “Tadeo o los visitantes”, cuyas visitas no tardan en aparecer, no sin antes hacer evidente el patetismo y el hastío de vivir en una gran ciudad, cuya vida laboral es asfixiante al grado de exprimir la locura latente en el personaje.

La dramaturgia salta de la primera a la segunda persona, que da un salto memorístico a los años sesenta, al ambiente de libertad que se vivía en aquellos tiempos antes de la debacle de la vida posmoderna, tan sólo para regresar al personaje inicial, que se esfuerza por probar que no está loco –al menos no del todo–.

Poco a poco los cachivaches van cumpliendo la función de recurso escenográfico; una caja y un perchero adquieren formas antropomórficas que dialogan con Tadeo, como un terapeuta conversaría con su paciente o como la mujerzuela amante de su profesión, en busca de seducir a su cliente.

Toda la obra es un periplo a través de distintos episodios en la vida de Tadeo. Las escenas son evocadas por el trabajo unipersonal del actor que de esta manera lo mismo nos invita a la intimidad de los pensamientos, recuerdos y emociones del narrador-personaje que a conocerle mediante terceras personas; protagonistas ocasionales que fueron
moldeando su existencia como si de un padre severo se tratara.

Pero la miríada de voces y personajes, ¿acaso son un indicio de que Tadeo en verdad está loco o, propiamente dicho, esquizofrénico? “Durante toda mi vida me han creído loco, pero para mí la vida misma es una locura”, parece respondernos durante su ensimismamiento.

Rodeado de una luz cenital roja, al amparo de una vela o de una luz azulada por momentos, el personaje se construye con un andamiaje compuesto por sus propias reflexiones pero también por los juicios de valor de quienes le rodean, lo que nos da una pista de lo que ocurre en su cabeza: “Siempre has sido muy extraño, creando mundos que no existen”, le dice un amigo español al tiempo que le ofrece un porro encendido.

Finalmente, este ensayo de autor sobre la personalidad, la memoria y la locura, no es sino la búsqueda de la libertad, de la identidad, de la cordura, de la realidad y de sí mismo, un sueño que no acabará nunca, a menos que ese ideal se alcance desnudándose como lo exige esa playa paradisiaca que simboliza nuestros más íntimos anhelos. La actuación y la dramaturgia, tanto literaria como escénica, fueron de Alejandro Sarabia, de Camaleón Teatro (México, D.F.).

Addenda: El sexto Festival de Teatro de La Rendija –Iberoamérica en escena- continuará toda la semana y finaliza el 13 de septiembre. Es una semana intensa, pero vale la pena si el espectador quiere ver y conocer otro teatro. Más información en FB y TW: LaRendijaTeatro. Reservaciones por Whatsapp al 9993291313.

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