Paul Antoine Matos
La Jornada Maya

29 de julio, 2015

Los indicadores de pobreza en Yucatán, presentados la semana pasada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), ofrecieron “resultados favorables” para la entidad, declaró el gobernador Rolando Zapata Bello, quien consideró que eso se debe a la política social aplicada desde 2012.

Durante el Consejo Estatal de Planeación de Yucatán, Reunión de la Comisión Yucatán Incluyente, realizado este martes, se analizaron la cifras de 2012 a 2014 reveladas por el Coneval: la población en situación de pobreza se redujo 3 por ciento (de 48.9 a 45.9). Traducido en números, en 2012 había 996 mil pobres, mientras que el año pasado la cifra fue de 957 mil.

El estudio reveló que la población debajo de la línea de bienestar mínimo, equivalente al valor de la canasta alimentaria por persona al mes (853.60 pesos), se incrementó 4.1 por ciento. De 354 mil personas que podían adquirir la canasta alimentaria en 2012, la cifra pasó a 432 mil en el 2014.

Sin embargo, el número de personas con ingreso menor a la línea de bienestar, el valor de la canasta alimentaria y no alimentaria por persona al mes (2 mil 518.65 pesos en zonas urbanas y mil 596.39 pesos en zonas rurales) se redujo.

El gobernador destacó que Yucatán se encuentra en el quinto lugar nacional entre los estados más efectivos en el combate de la pobreza, como consecuencia de las políticas económica y de desarrollo social establecidas durante su mandato.

Señaló que al inicio de su gobierno se diagnosticó la pobreza, la marginación y el rezago social que imperaban en el estado, por medio de estudios como los del Coneval e instituciones académicas.

Los programas, como el de las aves y huertos de traspatio, el combate a la carencia alimentaria y al rezago educativo, así como el apoyo a la actividad productiva han sido los principales elementos para el bienestar de la población pobre, consideró.

Zapata Bello resaltó que durante su gobierno ha logrado disminuir el rezago educativo, además de que se incrementó el acceso a la seguridad social y la vivienda.

Luis Enrique Borja Romero, delegado de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), reconoció el trabajo del gobierno yucateco en conjunto con la sociedad organizada.

Expresó que la Cruzada Nacional Contra el Hambre, promovida durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto, ha tenido resultados positivos en su primera etapa. En Yucatán comenzó en Mérida y Tahdziú. La implementación de dicho programa ha dejado lecciones para el gobierno, afirmó.

La política social debe atender a los ciudadanos con una perspectiva integral en los ámbitos de vivienda, salud, seguridad social y educación, añadió el funcionario. “Si los individuos son sujetos de derecho social y no sólo beneficiarios, entonces es más factible construir un piso de bienestar parejo”.

La segunda lección es involucrar a los tres niveles de gobierno en la política social. Por ejemplo, en Tahdziú se han invertido 18 mil 800 pesos por habitante desde 2013. “Se deben construir políticas de inversión con la participación de los ciudadanos”.

Reconoció que la política social debe evolucionar, para priorizar los programas productivos que generen empleos y alejarse del enfoque asistencialista.

Para disminuir los niveles de pobreza, Borja Romero se comprometió a atender a los 232 mil yucatecos en condiciones de vulnerabilidad, por medio de la focalización de los recursos públicos; agilizar la coordinación entre las instituciones y trabajar con la sociedad civil organizada, pues el combate a la pobreza “es responsabilidad de todos los yucatecos”.

Juan Jiménez Osornio, catedrático de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), afirmó que esa casa de estudios ha generado programas para el desarrollo social, en colaboración con los tres niveles de gobierno.

Los proyectos de la Uady se enfocan a la seguridad alimentaria, con productos de calidad; economía, al promover el ahorro e inversión en procesos productivos; y organización, fortaleciendo el capital social de comunidades, a través de la participación ciudadana.

"Los programas de Zapata Bello han sido un acierto para combatir la desnutrición rural e impulsar la producción entre las familias de sus alimentos", consideró.

Expuso que 94 por ciento de los beneficiarios del programa de traspatio se ha mantenido tras dos años. Las aves ofrecidas han tenido una tasa de supervivencia de 70 por ciento y la producción de más de 30 diferentes tipos de hortaliza propiciaron el autoconsumo y la comercialización de los excedentes.


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