Verónica Camacho Chávez
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida
14 de mayo, 2015


La necesidad de alcanzar una educación sexual eficaz e integradora fue analizada en las Primeras Jornadas de Diversidad Sexual coordinadas por el Ayuntamiento de Mérida y el Centro de Investigaciones Regionales Doctor Hideyo Noguchi de la UADY a través de la participación de la sexóloga Marcela Durán y del psicólogo Jorge Villanueva, procedente de la Secretaría de Educación Pública de Yucatán (SEGEY).

Para Marcela Durán (UADY), hay que romper el silencio y los prejuicios en torno a la educación sexual y la diversidad y también “trabajar de manera conjunta desde el ámbito educativo, el gobierno y las asociaciones civiles” para crear un eje común y lograr los “resultados deseados”.

Según Jorge Villanueva, aún no existe un organismo que regule los contenidos y el abordaje de esta temática en la comunidad educativa. Además, señaló que el fomento de los valores como el respeto y la tolerancia y el combate en contra de los prejuicios “con los que lamentablemente hemos sido educados” debería iniciarse en la educación inicial y preescolar y ser activa, de manera transversal, en todos los niveles educativos.

[b]Ser homosexual en el ámbito rural[/b]

El psicólogo de la SEGEY indicó que en las escuelas de educación básica de los municipios las personas que no cumplen con un comportamiento de género estándar y estereotipado suelen ser “normalizadas” con la violencia. “El cambio de escuela frente a las agresiones no es una solución. Sin embargo, existen comunidades donde los padres de familia, los docentes y los mismos compañeros valoran a sus similares por lo que son sin la intervención de ningún programa educativo”, señaló.

Ambos psicólogos admitieron que conocen a docentes que respetan abiertamente cualquier opción y que se comprometen con la educación sexual y a otros que se toman el tema “como si fuera de broma”, siendo esta, también, una muestra de violencia “no visible, pero sí pasiva”, pues existen agresiones sin comentarios. "Eso es homofobia”, declararon.

[b]"La homosexualidad femenina no se contempla"[/b]

En cuanto a la transexualidad o las diversas identidades de género, Jorge Villanueva señaló que el panorama es más desalentador pues en los planes escolares esta realidad parece no existir. “Aunque existan asignaturas que incluyen el respeto y la lucha contra la discriminación, nunca se habla abiertamente de homosexualidad y menos de la transexualidad”, señaló, asegurando que “la homosexualidad femenina ni siquiera se contempla y que el término transexualidad apenas es conocido por muchos”.

El objetivo, para ambos profesionales, es trabajar con la población a través de la sensibilización de los estudiantes para terminar con los “mitos morales, religiosos y culturales”. En este sentido, los profesores “se van haciendo responsables" acerca del papel que les corresponde “porque antes podían decir que no sabían nada sobre el tema, pero ahora tienen información y no pueden lavarse las manos”, señaló.
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La mujer pobre, indígena y lesbiana es la que sufre más[/b]

El respeto por la diversidad sexual se complica más cuando se es mujer, se es pobre y se es indígena, coincidieron ambos especialistas. “No es lo mismo ser homosexual en el interior del estado que en un ambiente urbano. La homosexualidad también depende de los ingresos que uno tenga y del nivel educativo logrado”, añadieron aunque, “tristemente, no se puede decir que a mayor educación, menor homofobia”, se lamentó el psicólogo de la SEGEY.

El espacio educativo fue definido como el lugar idóneo para trabajar aspectos relacionados con la tolerancia y el respeto a la diversidad por tener una constante convivencia interna.

Concluyeron con un dato desgarrador: Yucatán tiene los mayores índices de violencia de género del país. “La labor de los educadores de la sexualidad es llevar la información y reconocer esta realidad”, aseguró el psicólogo Villanueva, recordando que hay muchos maestros que tambien sufren agresiones por no ser percibidos como heterosexuales.


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