Adios, con aplauso de pie

Paul Antoine Matos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Lunes 22 de agosto, 2016

El telón cayó, aunque la obra aún tenía más actos para continuar. Francisco Sobero Garavito, mejor conocido como [i]Tanicho[/i], fue despedido con un gran aplauso de pie.

La escena del teatro yucateco se conmocionó con la inesperada noticia del viernes. Por la mañana, [i]Tanicho[/i] caía del techo de su teatro, su casa. Un mareo mientras realizaba labores para el espacio cultural provocó la pérdida del equilibrio, que generó un traumatismo craneoencefálico y la muerte del actor.

Tenía 70 años, pero con un alma joven y una energía para continuar con sus actuaciones. El sábado, en el mismo lugar donde vivió y murió, [i]Tanicho[/i] fue despedido por sus familiares y amigos.

Nació el 28 de abril de 1946, en la Ciudad de México, pero durante su infancia vivió en la Asturias de sus padres. En el Teatro Casa [i]Tanicho[/i] se observa una pared llena de premios, pero en lo alto y en medio aparece un plato con la imagen de Sus Majestades, los Reyes de España, Felipe VI y Letizia. Hace casi tres décadas llegó a Yucatán, invitado por Héctor Herrera [i]Cholo[/i].

En ese mismo muro cuelgan los más recientes reconocimientos; en un marco plateado. el otorgado por el Ayuntamiento de Mérida; en otro, el presentado por el gobierno estatal y el Festival de Teatro Wilberto Cantón. Ambos fueron entregados recientemente, el del municipio en junio, el de la Sedeculta apenas hace unos días. Felicitaban a [i]Tanicho[/i] por sus 50 años en la escena artística.

El diácono Carlos May Sánchez ofició la misa de cuerpo presente, a la que acudieron más de 70 personas. Sólo lágrimas y sollozos se escuchaban en el teatro, donde alguna vez se escucharon las risas que generaba con sus actuaciones en el mismo escenario. Pero [i]Tanicho[/i] fue despedido como en sus obras: con un aplauso de pie.

Sus amigos y familiares lo recordaban en sus conversaciones, como las veces que encabezó la peregrinación de artistas para llevar serenata a la virgen de Guadalupe. O sus actuaciones como monarca, en [i]Las visiones de Enrique IV,[/i] o quijotescas como en [i]El hombre de La Mancha[/i].

Su socio en Teatro Casa Tanicho, Jorge Iván Rubio Ortiz, lo recuerda como una persona entusiasta, alegre, emprendedor, propositivo en el ámbito personal, mientras que como artista era talentoso y un muy buen actor, como lo demostró en sus participaciones en [i]Aeroplanos o De Profundis.[/i]

Al momento de actuar, expresó, demostraba las emociones y tenía una buena dicción, con una presencia que se notaba en la escena, “él era el espacio escénico”. Aunque en Yucatán comenzó en la comedia regional, en tiempos más recientes decidió transformarse hacia papeles protagónicos fuertes, con obras de autor, escritas o adaptadas, de Oscar Wilde o Lope de Vega, indicó.

En la escena yucateca colaboró con [i]Cholo[/i], Kuxum, Ricardo Adrián, Conchi León, entre otros. Deja una escuela de construcción de personajes, en el que cada papel era una personalidad distinta a la otra, consideró su socio y amigo.

En un ámbito más personal, lo recuerda como alguien con una filosofía de vida pacifista, con la intención de destacar. “El éxito no está peleado con preocuparse con los demás, y eso es lo que [i]Tanicho[/i] pensaba”, expresó.

[i]Tanicho[/i] dejó como enseñanzas que es posible ser una buena persona y tener un gran talento, que no se debe perder la sencillez”, recordó.
Sobre el futuro del espacio cultural, apuntó que mantendrán los deseos de Tanicho, “continuar, como él hubiera querido”.

[b]Un corazón generoso[/b]

Una de sus amigas por más de 20 años, Olga Moguel, recuerda a Tanicho por su generosidad, como una persona llena de vida, con una capacidad de expresión diversa. “Una de sus muchas riquezas era la posibilidad de tener muchas voces, de asumir características diferentes y en todas hacerlo muy bien”.
“Siempre positivo, siempre hacia adelante, con un corazón generoso. Sin actitudes de división, sino de unión e inclusión”.

Como artista tenía varios talentos, cantaba y actuaba. Era versátil; escucharlo cantar desde música española, hasta tango y ranchera, era conmovedor, recuerda con nostalgia la empresaria y promotora cultural.