El alza en los camiones

Paul Antoine Matos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 12 de agosto, 2016

La mitad de los meridanos serán afectados por el aumento de las tarifas del transporte público que promueven los empresarios del sector. Esto no significa que los choferes de los camiones recibirán aumento o beneficio alguno.

Cada día, 500 mil personas de Mérida y el interior del estado utilizan el transporte público, principalmente para trasladarse de sus hogares a sus centros de trabajo o alguna institución educativa. La mayoría de ese medio millón son trabajadores de los comercios y servicios que generan dinero a los empresarios. El posible aumento del pasaje afectará sus ingresos.

Distintas personas, distintas situaciones. Los concesionarios justifican el alza del pasaje por el alto costo del dólar en relación con el peso mexicano, lo que provoca que el mantenimiento de sus unidades se eleve. Otra razón es el aumento en el precio de la gasolina. Justamente un despachador de combustible declaró que, si crece el precio del pasaje, “afectará aún más, porque de por sí a la semana ya es una buena lana”.

Su sueldo es mísero. Apenas gana 600 pesos a la semana. Cada día usa cuatro camiones, lo que se traducen en 28 pesos; si sale con su familia –su esposa, y tres hijos-, el costo se eleva hasta 200 pesos.

Jesús, un tablarroquista, se transporta desde la Emiliano Zapata hasta la Díaz Ordaz. Gana mil 500 pesos a la semana, pero también paga cuatro camiones diarios, dos de ida y dos de vuelta. Expresa que el pasaje actual “está un poco caro, me quedaría con el mismo precio, no pagaría más porque ahora es más barato”.

La historia de los estudiantes, sin ingresos propios, es similar. Haziel estudia la preparatoria en el Conalep, gasta al día 30 pesos en camiones. Lo redondea, son 28, porque utiliza uno para ir desde su hogar hasta el centro y de ahí a su colegio, dinero con el que su papá lo apoya. Considera que “ya se pasa, es mucho. Todo sube, todo es más caro, pero no suben los pagos en los trabajos”.

Leticia cursa la licenciatura en trabajo social; realiza su servicio social y por las tardes va a la Facultad de Ingeniería, de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY). Utiliza al menos cinco camiones diarios, los cuales paga con la beca que recibió. Cuando se acaba el dinero, su madre la apoya.

“El cambio de Situr medio mejoró, pero no es gran cosa porque a veces la actitud de los camioneros, sobre todo si eres estudiante y tienes credencial, no te quieren dar parada”, manifiesta.

Jóvenes y adultos mayores sufren lo mismo. Ambos son mal vistos por los choferes. Doña Mary cuenta con credencial del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), cada mes recibe una pensión de 3 mil pesos que, en sus palabras, “no es nada”. Señala que “los camioneros son muy groseros y también impacientes. No dan parada, sólo por no aceptar la tarjeta del Inapam. Uno no se ha subido bien y ya están arrancando y te pueden botar”.

Exige “que no le suban más al pasaje, y que los camioneros nos atiendan. Que no le suban más porque no hay. Lo que tienen que hacer es cambiar a los choferes o darles cursos de relaciones humanas para que mejoren”, expresa.

Doña Mary debe acudir diariamente al hospital y gasta entre 12 y 15 pesos. Viaja desde la colonia Madero hasta el centro, de ahí va al Hospital O’Horan. “Si tengo que salir a comprar, o alguna visita, ya no puedo porque ya usé lo que puedo dividir para ese día. No da para tener ese tipo de gastos. El gobierno todavía está diciendo que con 73 pesos diarios puede uno vivir; me gustaría que le den ese sueldo, que le quiten todo lo que ganan, a ver si les da”.

Héctor Fernández Zapata, líder del Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV), que agrupa a taxistas y camioneros, declaró que “hay ocasiones que se suben cinco o hasta siete estudiantes, dos que tres personas de la tercera edad, entonces en esa vuelta no sale para los gastos porque es una tarifa de tres pesos”.

[b]Más dinero, sin aumento en salarios[/b]

Sin embargo, el aumento sólo beneficiará a los patrones.

Desde hace 12 años, Mario es conductor de la ruta 82 García Ginerés. Desde que inició, el costo del pasaje ha subido en tres ocasiones; su sueldo en ninguna.

“Sólo es dinero para el empresario”, manifestó. A la semana, gana 750 pesos y no tiene prestaciones, revela. El aumento que se pretende, indica, es de ocho pesos a la tarifa normal y de 4.50 a la social, que incluye a personas de la tercera edad, con discapacidad y niños.

La fuerza laboral de Mérida se verá afectada por el incremento al costo de las tarifas del transporte público. Los usuarios no esperan una mejora del servicio, ni en las rutas, a pesar de lo cacareado del Sistema Integral de Transporte Urbano. Sólo están a la expectativa de que su bolsillo, afectado por aumentos a los productos básicos, sea más dañado.

Los camioneros, varios de ellos tan criticados por su actitud apática y malhumorada, no esperan ser beneficiados con el incremento; ni mejor sueldo ni oportunidades de crecer, acaso ahí es el origen de las acusaciones de dar un servicio pésimo.

Aparentemente, los únicos que obtendrán más dinero de un aumento al transporte público serán los concesionarios.