Seduma lo hace bien

Paul Antoine Matos
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Viernes 10 de junio, 2016

La política de rescate de playas, establecida por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (SEDUMA), ha sido la correcta y es compatible con las estrategias internacionales para su manejo integral, a pesar de que la falta de recursos provocan que el avance sea lento. Sin embargo, si la sociedad no se involucra, dejando entre otras acciones, de recurrir a obras ilegales como espolones, está condenada a fracasar, declaró Enrique Álvarez del Río, presidente de la empresa de consultoría ambiental Axis Ingeniería.

En entrevista con La Jornada Maya, Álvarez del Río señaló que uno de los problemas que provoca la erosión de las playas yucatecas en la zona vacacional, que abarca desde Chuburná hasta Telchac Puerto, son los espolones mal planificados y que los mismos dueños de los predios tienen una visión a corto plazo, así como una mala comunicación entre ellos y otros actores involucrados.

Explicó que las playas en estado natural deben tener una barra de arena sumergida, identificada popularmente como “bajo”, que actúa como atenuante de la energía del oleaje, la cual en muchos casos se ha perdido, entre otras razones, por la colocación de espolones mal planificados que generan en el corto plazo acumulción de arena de un lado, al mismo tiempo que se impide su circulación natural; mientras que a largo plazo, se imposibilita la recuperación de un equilibrio natural del sistema de playas, afirmó.

“Sólo se hacen parches ecológicamente insostenibles y los espolones individuales actúan negativamente, por lo que deben ser un conjunto funcional”, manifestó. Basta hacer un recorrido a lo largo del frente de playas de predios veraniegos, para comprobar que las playas más estables son aquellas que coinciden con tener menor o nula presencia de espolones, reveló.

Indicó que los rompeolas de tubos geotextiles, popularmente conocidos como “geotubos”, actúan de manera similar a los bajos, aunque son artificiales. En condiciones muy específicas, favorecen la recuperación natural de playas. Su función es reducir, al igual que un bajo natural, la energía del oleaje para que impacte con menor fuerza en la playa; son una solución que aporta, pero por si solo no resuelve el problema, explicó.

Afirmó que las obras ilegales que se colocan en las playas, como espolones, son perjudiciales, por la sencilla razón de que están enfocadas únicamente a recuperar un segmento específico, sin evaluar los daños a playas aledañas.

Esto simplemente es insostenible; tenemos un sistema de playas donde toda acción puede afectar a lo largo de varios kilómetros la estabilidad, añadió.

“Es una lástima que la sociedad gaste energía y recursos en instalar estas obras y las autoridades en quitarlas, en lugar de trabajar conjuntamente en una solución integral y dentro de los lineamientos y procedimientos de ley que aplican en todo el país”, lamentó.

La sociedad, consideró, ha ignorado la presencia de los centros de investigación existentes en Yucatán, algunos de los cuales son prestigiosos internacionalmente en materia de recuperación de playas. Declaró que la colaboración entre la comunidad científica, el gobierno y la sociedad es indispensable para lograr una solución sostenible a largo plazo.

La zona más deteriorada es la que abarca de Yucalpetén a Chuburná, cuyo sistema de barras está tan deteriorado y disminuido que su recuperación debe ser una prioridad, pero las acciones individuales no ayudan, expresó. A partir de Progreso y hasta Telchac, existen tramos estables e inestables, todos ellos conectados y muy sensibles a las modificaciones de los patrones de movimiento de arena, mencionó.

“Hay una gran polarización en la discusión de si los espolones son ‘buenos’ o ‘malos’ para las playas. La discusión es absurda, porque no son ni buenos ni malos por sí solos. Esto nos ha alejado de preocuparnos por un comportamiento interconectado de decenas de kilómetros de playas”, enfatizó.

“La realidad es que los espolones son populares por ser una solución que de manera inmediata retiene arena; pero, por lo general, sólo obligan a poner más y más espolones que vuelven el sistema insostenible”, apuntó.

Soluciones que favorezca la libre circulación de arena, son poco atractivas, ya que se sostienen en el fortalecimiento de las barras de sedimentos que se mueven en la parte sumergida. Sin embargo, esta arena en movimiento es la vía adecuada para recuperar el sistema en el mediano y largo plazo de manera sostenible; entonces, confinar la arena en celdas entre espolones mal planificados, es sencillamente inviable, aseguró.

Expresó que las playas de Yucatán tienen todo para implementar un modelo de manejo de playas funcional en el largo plazo, pero si no se erradica por completo la cultura de obras ilegales, independientemente de quién sea el responsable, hay muy poco que hacer: las playas se perderán.