La Jornada Maya

14 de marzo, 2016


Sisal, una vez más, está secuestrada. En esta ocasión por un grupo que se hace llamar “Los nocturnos” y el comisario del mismo lugar.

En un breve periodo, el grupo mencionado incendió palabas ubicadas en la zona federal, que están concesionadas a una señora de Hunucmá. También tiraron bardas pertenecientes a instalaciones de la UNAM, quemaron parte de las dunas, tiraron vallas de un complejo ecoturístico en construcción y derribaron cercas en distintas propiedades privadas.

Posteriormente sitiaron el puerto. Desde las 21 horas del lunes 7, hasta las 15 del día siguiente, bloquearon los accesos a la población, dejando sin hielo a los pescadores, sin surtido a las tiendas, sin clientes a los restaurantes, sin cacería a los pateros, sin acceso a los turistas, sin transporte a los trabajadores que no laboran en Sisal y, lo más triste del asunto, sin profesores a los alumnos de primaria y secundaria; o bien sin transporte a los jóvenes de preparatoria que tenían exámenes en Hunucmá.

El movimiento demanda una ambulancia, un doctor permanente en la comunidad y que las familias jóvenes tengan facilidades para obtener terrenos.

El viernes por la noche, las campanas de la iglesia tañeron para congregar a la población. Llegó el presidente municipal de Hunucmá con la ambulancia e hizo pública la lista de los beneficiarios de los terrenos. Con el pretexto de que el presidente municipal llamó vándalos a los incendiarios, se armó el zafarrancho.

Desde el viernes, Sisal sigue secuestrada por “Los nocturnos”. Un toque de realismo fantástico se da cuando unos turistas entran al puerto a cambio de botanas y refrescos para” el movimiento”, o que una turista avienta una piedra a una señora porque no puede salir del poblado. Entonces se vuelven a armar los golpes y gente opuesta al bloqueo se enfrenta a los bloqueadores.


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