Texto y foto: Paul Antoine Matos
La Jornada Maya

23 de febrero, 2016

“El caso de los 43 es emblemático pero no único. Cada uno es importante, pero reducirse a un grupo es olvidar un gran número de desaparecidos por los que se está llorando en México”, declaró el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, al ser cuestionado sobre por qué el papa Francisco no abordó el tema de los estudiantes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, el 26 de septiembre de 2014, durante su visita a México.

Después de otorgar el sacramento de la confirmación a una veintena de fieles en la Catedral de Mérida, el pasado domingo, Rodríguez Vega expresó que hablar de los 43 de Ayotzinapa hubiera sido darles un lugar especial, dejando en olvido a los miles de desaparecidos que tiene México.

“Sé de muchas madres de familia llorando en Tamaulipas, Michoacán y otros lugares de México por la ausencia de sus hijos o sus esposos. Es injusto dar privilegio a un grupo de 43. Dios quiera que su caso se esclarezca, pero hay realidades muy tristes que el Papa quiso concentrar el dolor en la misa de Ciudad Juárez”, indicó.

Durante su visita al país, el Papa declaró que los jóvenes no deben ingresar al narcotráfico para ser exitosos. Sobre ello, el arzobispo recordó la frase del apóstol Santiago en su carta, en la cual se lee “ambicionan lo que no pueden tener y terminan asesinando”. Se ambicionan tanto los bienes materiales que se toman caminos equivocados para alcanzarlos, eso lo dijo el Papa, resaltó.

“Los jóvenes son una riqueza que valen en sí mismo por lo que son, no por lo que tienen ni la ropa que visten”, indicó. Sin embargo, muchas veces ingresan al crimen con la creencia de encontrar una solución a sus aspiraciones económicas, las cuales, de alguna manera, el mundo les ha negado, apuntó.

El Papa habló de que la Iglesia debe actualizarse en la comunicación con los jóvenes, expresó, pero además ellos necesitan saber que se interesan en ellos, “que les ayudemos a experimentar el amor”.

“Todo lo que necesitamos, en esencia o fundamentalmente, es experimentar el amor. Muchas veces lo que los jóvenes buscan es ser reconocidos por la forma en que visten, hablan y lujos que se pudieran dar, pero no nos da felicidad. Lo que les hace felices es reconocer nuestro valor ante Dios y los hombres y experimentar capacidad de amar y ser amados”, afirmó.

Para acercarse a los jóvenes y los laicos, la Iglesia debe seguir la obra evangelizadora, aplicando nuevas estrategias para atraer a quienes están lejos, consideró. A pesar de que los templos siempre se ven llenos, hay muchas personas afuera a quienes llevarles el Evangelio, por tanto deben procurarse los espacios para ese acercamiento, como en las calles, los hogares, los eventos públicos y hasta las redes sociales, mencionó.

En Ciudad Juárez, el papa Francisco rezó a escasos metros de la frontera con los Estados Unidos. Las fotografías son icónicas. El arzobispo de Yucatán expresó que “él quiso rezar por todos los que han muerto en el camino, ya sea en el trayecto de México, ahogados en el río o muertos en el desierto, tal como los obispos lo hemos hecho”.

Recordó que, como obispo en Tamaulipas, él mismo participó en varias celebraciones eucarísticas en Ciudad Juárez, Piedras Negras, Nuevo Laredo, en Reynosa, en Matamoros o junto al río Bravo, por tanto, que el Papa lo hiciera tiene una trascendencia grande, consideró.

[h2]Raíces amerindias[/h2]

“México necesita de sus raíces amerindias para no ser un enigma irresuelto”, declaró Francisco en su visita al país. Rodríguez Vega expresó que esas mismas raíces son las que salvarán al país, en el sentido de recuperar el respeto que merecen nuestros hermanos indígenas. “Redimiremos nuestra esencia y nuestra historia. Si nos olvidamos de ellos, de sus derechos, de sus lenguas, perderemos lo más propio de nosotros”, enfatizó.

“Si tienen que pelearse, peléense, si tienen que decirse cosas, díganselas, pero en la cara, como hombres, como hombres de Dios y mantengan la unidad episcopal”, manifestó el Papa ante los obispos. El arzobispo señaló que se omitió el contexto de esa frase, ya que antes mencionó que “hay que vivir en comunión, pero para vivir en la comunión hay que pelear”, es decir que si existen ideas distintas deben discutirse, pero siempre rezar juntos.

Ese mismo mensaje se ofreció a las familias, agregó. “Una verdadera convivencia humana no significa que no haya diferencias, hay que poner en común las diferencias. Si nunca hay pleitos ni discusiones también puede ser señal que no nos interesamos uno por otro y que cada quien vive su mundo. Si ponemos en común nuestro pensamiento y nuestras ideas, habrá diferencias, pero luego reconciliarnos y hacer la paz”, declaró.

Otro de los mensajes del papa Francisco fue “la Iglesia no necesita luz para trabajar”. La interpretación del prelado fue que, si anuncia la luz, entonces todo debe ser luminoso, incluyendo al forma de vivir de los sacerdotes, los obispos y los fieles.

Expresó que “no debe haber oscuridades de ningún tipo, ni por ocultamiento de mal manejo administrativo o por cosas negativas que haga el sacerdote. Todo debe quedar a la luz, pero tratando de iluminar ante todo con la palabra y el testimonio de vida. La historia la escribe el que gana y la Iglesia a veces ha estado en el lado equivocado”, concluyó.


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