Greenpeace y Bicitekas respaldan ciclovías en Mérida

Las organizaciones civiles Greenpeace y Bicitekas se manifestaron a favor de la ciclovía que se construye en Mérida, Yucatán. En entrevista para La Jornada Maya, representantes de ambas agrupaciones reconocieron que los cambios traen consigo resistencias, sin embargo, dijeron que este tipo de infraestructura es urgente, sobre todo ahora, en los tiempos en que se vive una pandemia, para garantizar el derecho a una movilidad sostenible y para el medio ambiente.  

"Entonces, más que intentar boicotear estas obras, las personas deben reflexionar y dejar a un lado sus prejuicios y mirar hacia el futuro, entender que el mundo ya cambió, las ciudades también. Hay que dejar de tener calles hostiles e inequitativas", señalaron.  

Ambas organizaciones, junto a Coalición Cero Emisiones, presentaron recientemente el documento "El mundo está cambiando, nuestras calles también" #MejorEnBici, en el cual hablan sobre los mitos, rechazo y prejuicios que han traído en el país las infraestructuras ciclistas, y sobre la importancia de tener calles más seguras, saludables, sustentables y solidarias, indican que son una inversión necesaria y urgente para trabajar por el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible.  

Durante muchos años, según analizan en su investigación, comprar un coche ha sido símbolo de “éxito” y “progreso económico” a pesar de que la mayoría de la población no puede adquirir uno; “nos resignamos a que no había una mejor manera de resolver la movilidad de las personas en las ciudades y las adaptamos al paso veloz de la máquina creyendo que era lo mejor para las personas”, reflexionan.   

Sin embargo, indican, la Constitución reconoce actualmente que las personas tenemos derecho a una movilidad en condiciones de seguridad vial, accesibilidad, eficiencia, igualdad y sustentabilidad. Todas las autoridades están obligadas a construir ciudades, calles y servicios para todas las personas, con los impuestos que pagamos todos y todas.

Por lo tanto, subrayan en su investigación, deben transformar las calles y la política pública para lograr que más personas se sientan seguras y protegidas al andar en bicicleta con infraestructura ciclista adecuada, conectada, continua, de alta calidad y con programas robustos de seguridad vial que reduzcan las probabilidades de sufrir accidentes serios.  

Sobre el caso de Mérida, Areli Carreón García, autora del documento y alcaldesa de la bicicleta en Ciudad de México, indicó que es una de las ciudades que tienen proyectos más integrales y ambiciones en materia de movilidad, además que Yucatán es donde más bicicletas hay por vivienda en comparación con otros estados del país. Entonces, las obras están justificadas. “Vemos con muy buenos ojos lo que se propone en Mérida”, afirmó.  

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La también fundadora de Bicitekas reconoció que en varias partes del país, incluso del mundo, se han presentado comentarios de rechazo y prejuicios, sobre todo del sector empresarial que teme perder ingresos, por estas infraestructuras, “A muchas personas les cuesta trabajo reimaginar las calles de una manera diferente a la que conocen...ante los cambios se sienten amenazados”, expresó.  

Son temores infundados, recalcó, pues la calle es de todas y todos, no sólo de un grupo. Las ciclovías ordenan la calle y garantiza el uso para otros usuarios, contrario a lo que se teme, no es una desventaja para el automovilista, sino una ventaja, ya que en la medida de que el ciclista tenga su espacio seguro ya no hay motivo para que haya accidentes viales.  

Además, la activista comentó que la infraestructura incluyente y saludable va a generar que más personas se animen a utilizarla, sobre todo quienes tenían miedo al no contar con estos espacios seguros, lo que mejora la calidad de vida de la ciudadanía, lo que atrae más público en estas zonas, quienes van a consumir.  

No obstante, existe un “sesgo cognitivo” de algunas personas que se resisten a estos cambios, quienes han experimentado la movilidad de una manera, por lo que su percepción de la realidad está modelada a través de ésta. Es decir, explicó Areli Carreón, “si nunca te has movido en bici, ni has usado el transporte público, ni caminas, no entenderás la experiencia de las otras personas que sí se mueven de esta manera. Tienen otra percepción de la realidad cotidiana”.  

Entonces, más que intentar boicotear estas obras, las personas deben reflexionar, dejar a un lado sus prejuicios y mirar hacia futuro: “No podemos seguir transportándonos como hemos hecho hasta ahora, existe una emergencia ambiental climática, si no reducimos las emisiones de gas de efecto invernadero no hay futuro para nadie”, advirtió.  

El beneficio es para todas y todos, se respirará un aire limpio, más personas se moverán de manera activa y saludable, más espacios en el transporte público, entre otras cosas, agregó.  

Socializar proyectos

Para Carlos Samayoa Arias, coordinador de Ciudades Sustentables de Greenpeace México, es una urgencia transformar los sistemas de movilidad y la infraestructura urbana en las ciudades grandes del país, como Mérida.  

Las autoridades, opinó, deben socializar este tipo de proyectos, involucrar a las personas y demás sectores para que conozcan a detalle los beneficios de las obras para evitar conflictos y desacuerdos, pues al no hacerlo se dan casos que llegan hasta la vía jurídica, como pasa en la capital yucateca.  

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Sin embargo, el abogado ambiental indicó que, con base en su experiencia, al final termina ganando la ciudadanía estos amparos, pues los argumentos son para garantizar derechos humanos, el de la movilidad que ya es catalogado en la Constitución.  

Entonces insistió en hay que hacer una labor de concientización con los sectores que se oponen, para que se adopten un cambio de perspectiva sobre cómo funcionan las ciudades, la vía pública y la movilidad.

Edición: Elsa Torres