“Urge que se dignifique el Centro de Justicia para las Mujeres (CJM)” sentenció la investigadora Rocío Quintal, quien ayer, tras la agresión a una de sus vecinas, atestiguó la “simulación” que se perpetua en esa dependencia, y la denunció públicamente.
El día de ayer a las 22 horas Moisés F.M. agredió a su expareja Irene V.Q. en la colonia Bosques del Poniente, sin importarle que tenía a su hijo de dos años en brazos. Golpeó su vehículo y la empujó a ella y al infante.
“La falta de una verdadera atención integral en el CJM es una forma de revictimizar a quienes viven violencia y forma parte de la violencia feminicida, pues se vuelve caldo de cultivo que decanta en feminicidios” aseveró la doctora Quintal luego de perder cinco horas en ese lugar cuando trató de testificar en favor de su vecina.
Durante las agresiones, ella y el también activista Pablo Alemán llamaron en reiteradas ocasiones al 911 “y el servicio fue de lo más ineficiente”, condenó Rocío Quintal, pues cuando la policía llegó, el individuo ya se había retirado del lugar.
Relató que no es la primera vez que ocurre, pues en febrero también se tuvo registro de agresiones con un tubo de metal por parte de F.M., lo que consta en la carpeta de investigación B1/CJM/B1/41/2021.
“Esa vez tres veces marqué al 911 hasta que logré la llamada. Una como ciudadana se siente vulnerable, porque en el tiempo que tardan en llegar -media hora- no pueden matar a una; sino a tres mujeres”, lamentó.
Detalló que Moisés F.M. tiene denuncias ante el CJM desde el 2015 a razón de la violencia que ha ejercido en múltiples ocasiones en contra de su ahora ex esposa. Violación, tortura y severas afectaciones en la salud figuran en dichas carpetas.
“Es una historia de terror. El tipo es abogado, así que no ha pisado la cárcel”, dijo. A raíz de la solidaridad hacia la mujer, las y los vecinos salieron y la doctora Rocío, en compañía de Pablo Alemán acompañaron en calidad de testigos a la víctima para interponer la querella.
Cinco horas perdidas
Luego de que se ofrecieron como testigos, llegaron a las instalaciones la Fiscalía General del Estado (FGE) poco después de la media noche, cuando sólo había personal de guardia que no les informó que a esas horas no recibían testimonios de terceros; y tampoco había personal médico.
Primero, contó, llegaron a la FGE, en donde les indicaron que tenían que acudir al CJM. Ahí, estuvieron esperando cinco horas, en las que no recibieron atención adecuada, nadie revisó a la afectada que acababa de ser violentada por su ex esposo.
“Supuestamente los centros de justicia se crean como un modelo integral de atención a violencia, en donde en el mismo lugar debe haber todos los servicios que pueda requerir una denunciante como sicóloga, abogada, médica. Esa es su finalidad, no que la estén ‘peloteando’”, precisó.
Tras las cinco horas de espera, recibieron la denuncia de Irene V.Q. y les informaron que a ella y a Pablo no les tomarían la declaración, ya que no es competencia de quienes se encontraban de guardia. Lo anterior detonó el coraje de los activistas.
Manifestaron su inconformidad por la falta de información y la empleada, que se negó a proporcionar su nombre, recordó a la activista que había cámaras, así que Rocío Quintal se paró frente al dispositivo de vigilancia para dirigirse a la titular de la dependencia, Patricia Gamboa Wong.
“No hay médica a esta hora, en la madrugada nos apoyamos con un botiquín”, fue la respuesta de la funcionaria. “¿Esta es la atención que merece la violencia ante las mujeres?; cuando es un centro de justicia en donde llegan mujeres maltratadas y golpeadas, ¿no hay presupuesto para una médica 24 horas?”, cuestionó finalmente.
Edición: Laura Espejo
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