Katia Rejón
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Jueves 1 de noviembre, 2018

"La persona que cuente la experiencia más poderosa que haya tenido con [i]La Niña Blanca[/i] se va a llevar un anillo muy efectivo", indica un hombre en la puerta de la tienda y boutique esotérica "La Catrina" frente al cementerio de Xoclán. Desde hace cinco años el establecimiento es el punto de partida de la Peregrinación de la Santa Muerte en Mérida que reúne a cientos de devotos y se realiza cada 31 de octubre.

Una persona alza la mano y cuenta una experiencia milagrosa: consiguió un servicio de mudanzas a precio económico, después de pedirle a la Santísima.

Karla es la guía espiritual que lleva las oraciones a la Santa Muerte antes de que partan hacia uno de los santuarios en la colonia Mercedes Barrera. "Aleja todo chisme, toda habladuría, toda negatividad que a nosotros quiera llegar, a cualquiera de nuestros hermanos aquí presente. Amén", repite.

Algunas de las oraciones a [i]La Niña Blanca[/i] son adaptaciones de rezos católicos dedicados a la virgen. Otras son peticiones cariñosas, en los cuatro puntos cardinales y los siete planos espirituales, casi todos los devotos contestan con un ¡amén! al final de cada rezo que incluye el [i]Padre Nuestro[/i].

“Lo que pasa es que primero vino Dios y después él creó a la Santa Muerte”, me explica un joven vestido de negro y rojo, uniforme del [i]staff[/i] oficial. Dice que los comentarios negativos, de la gente que cree que éste es un "culto satánico" no tienen importancia. "Es gente ignorante", afirma.

La Santa Muerte tiene alrededor de dos millones de seguidores en México, la mitad de los cuales radica en la capital del país. En Tepito, barrio matriarcal como lo define el documental Santa muerte, [i]Virgen de los olvidados[/i] (2017), la guardiana también es una mujer, Doña Queta.

En este documento audiovisual, uno de los más completos y recientes, el historiador del barrio explica que esta deidad es venerada por aquellos que han dejado de creer en todo lo demás, porque ya nada funciona.

El cumpleaños de la Santa Muerte es el 1 de noviembre, esta fecha se aprovecha para hacer las peticiones, según cuenta una persona que asistió a la peregrinación. A diferencia de los cristianos, los devotos a la Santa Muerte no lo ven como un estado, sino como un personaje que los ayuda en momentos donde la muerte es quien tiene “la última voluntad”. Afirman que tarde o temprano todos estaremos frente a ella, pero las oraciones no se limitan a peticiones de vida o muerte, sino a la paz, la tranquilidad, el dinero, las envidias, entre otras cosas.

El culto a la Santa Muerte no es reconocido en México como una religión desde el 2005, cuando se canceló el registro constitutivo por la Secretaría de Gobernación (Segob) bajo el argumento de que “desvía gravemente los fines establecidos en los estatutos de la ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público de México”.

Quienes se reúnen a adorar a la Santa Muerte este día son personas de todas las edades, hombres y mujeres, niños y adultos mayores. Algunos caen en el estereotipo: ropa negra, tatuajes, mirada rojiza. El tufo de mariguana se siente entre la multitud y un hombre que carga una estatua de la Santa Muerte con la imagen de Jesús Malverde se cambia de lugar.

La opinión pública vincula a los narcotraficantes con el culto, sin embargo, los investigadores que han tratado el tema de la Santa Muerte afirman que la relación más estrecha está con Malverde.

Jesús Juárez Mazo, mejor conocido como Malverde, fue un bandido sinaloense, patrón de los delincuentes o el [i]Robin Hood del siglo XX[/i], a quien se le han creado capillas en Tijuana, Culiacán y Chihuahua.

Algunas de las imágenes que cargan los fieles tienen a un Malverde sentado a los pies de la Santa, pero son las menos. Hay muchas más donde la patrona aparece vestida con un manto del color de la bandera LGBT. Una así, de tamaño regular (aproximadamente 40 centímetros) cuesta menos de 300 pesos con todo y envío por internet, platica un joven.

Antes de que la comparsa abra camino al santuario, un grupo de personas toca instrumentos de viento prehispánicos. Algunos artículos sobre la Santa Muerte muestran que existe un sincretismo entre el culto prehispánico y la iglesia católica. El periodista José Gil Olmos es quien la llama “la virgen de los olvidados”.

La caravana sale escoltada por [i]choppers[/i], camionetas con corridos sobre la Santa Muerte, esculturas hechas a mano, una Muerte vestida de novia, otra con un elegante vestido de encaje y un contingente de 350 personas que lleva su figura en los brazos. Los organizadores piden con ímpetu que dejen pasar a la carroza primero, que tomen el hilo con fuerza para que nadie se salga del carril. Protección civil es el último carro alegórico de una peregrinación que tiene la vibra alegre de un carnaval.

Detrás de ellos vienen automovilistas que suenan el claxon quizá por el malestar del tránsito o por la desaprobación al culto. Mientras, una familia de esa misma calle que vende flores de cempasúchil dice que todavía no se convencen de participar. “Todavía no estamos seguros. A lo mejor el próximo año”, contestan.


Lo más reciente

Suena la campana: segundo debate

Editorial

La Jornada Maya

Suena la campana: segundo debate

De manteles largos

El tiempo transformó las fiestas, nos toca reimaginarlas

Margarita Robleda Moguel

De manteles largos

Ciencia e ideología: ¿enemigos naturales?

Curiosidades filosóficas

Nalliely Hernández

Ciencia e ideología: ¿enemigos naturales?

Bolón Rodríguez vuelve a lanzar en las Mayores

La última vez que el yucateco jugó en las Grandes Ligas fue en 2022

La Jornada Maya

Bolón Rodríguez vuelve a lanzar en las Mayores